Estaba atrapado y Elif no se estaba midiendo. —Cuatrocientas mil a la una, a las dos…—se tomó un momento para dar expectación antes de lanzar la última cuenta regresiva—, a las… —Quinientas mil… Naim palideció al escuchar la oferta, no por el número, sino porque el hombre que la había pronunciado era el propio Guven. Rizvan se puso de pie y sonrió, antes de voltear para encararlo. La música paro y Elif cruzó miradas con Ahmet y después vio a su marido rojo de la rabia acercarse al escenario. Se había dado cuenta. Maldita sea. —Mi apreciable Guven, siempre está rodeado de mujeres hermosa y todas buscan complacerlo. Tenia intensiones de esta en particular. Me sorprende que se una a la puja. Es sabido que sus amantes siempre han sido seleccionadas especialmente para usted—comentó Rizvan

