—No te preocupes por lo que pasó esta noche. Lo manejaré. —¿Lo manejaras? —He tomado mis decisiones y aunque parezcan impulsivas, se lo que hago—dijo buscando tranquilizarla—. Ellos cruzaron la línea hoy al intentar humillarte así. No pensaba permitirlo, porque cada vez que alguien suelta un comentario mordaz en tu contra, pone en vilo mi apellido. Uso el pretexto más creíble que tenía a la mano. Elif asintió. Claro, todo se resumía al apellido. —Lo agradezco de todas formas—logró decir—. Iré a cambiarme. Casi con dolor, la vio alejarse. Cerró sus ojos y pasó las manos por su sien. El apellido. Lo hizo para hacer respetar el maldito apellido. Era el pretexto perfecto, pero en lo que menos pensó fue en eso. Recordó como la acribillaron, como intentaron emboscarla de la forma más cob

