Analizó sus heridas. Un desmayo fingido no sería suficiente. Habia empezado dos días atrás. Fue un simple comentario de una de las enfermeras que vino a ver sus heridas. Dijo que dos de ellas eran profundas, pero que estaban sanando bien, sin embargo, la más larga tenía tendencia de sangrado y que debía cuidarla demasiado. Mantenerse en cama fue consejo, pero Elif lo tomó como algo distinto cuando pronunció “podría volver al hospital por eso”. El comentario vino, cuando comentó que tenía la sangre más liquida de lo normal y un sangrado pequeño podía volverse algo más grande. Los médicos aconsejaron que, si volvía a sangrar, debía volver al hospital, esa fue la condición con la que la dejaron marcharse y una que Elif no dejó de pensar durante toda la noche. No habia tomado el desayuno y

