Levantó los platos con un claro pretexto, terminar con el tema. No es que le molestara, solo que tener sus ojos en todo momento sobre ella le causaban ciertas sensaciones difíciles que decidió mantener a raya lavando los platos y pensando en que debía ocupar su mente en algún dibujo o simplemente evadiendo su presencia. El juego de los nervios, lo estaba perdiendo ella. Con todas sus fuerzas, intentó que ese nerviosismo fuera cubierto por despreocupación. Nunca fue buena ignorando personas, pero decidió que esa noche iba a intentarlo o en su caso, contra atacar si es que venían en su dirección. No creyó prudente llamar desayuno a una comida después del mediodía, pero como la noche fue tan movida, terminó despertando un poco tarde y al ser la primera comida del día, fue denominada de es

