—¿Y cómo porque tendrías tales consideraciones?
—No quiero dar de que hablar aquí.
—No te sientas obligado. Podría fingirme enferma….
Desvió la mirada nuevamente y entonces, él hizo una pregunta:
—Daha iyi hissediyor musun? (¿Te sientes mejor?)
—Evet, endişelenme. (Si, no te molestes.)
Fue tajante en la respuesta y volteó hacia la salida, pensando en que pretexto podía dar para marcharse. ¿Terminar un dibujo? ¿Un poco de hambre? ¿O cansancio? Debía pensar en algo rápido. No quería que se fuera por las ramas con el tema de su malestar.
—Puedo tener mis displicencias contigo, Aksoy, pero si no te sientes bien, podemos ir al médico o le diré a Ahmet que traiga a uno. La viudez es una promesa atrayente que prefiero evitar, Aksoy.
Ella no pudo creer el comentario y decidió ser igual
