La noche corona el cielo con sus hermosas estrellas parpadeantes, el tenue frío se mueve en leves corrientes arrastrando consigo las hojas secas del suelo. Apenas se escucha el sonido lejano de los autos, el ladrido de algunos perros en guardia ante las sombras que dibuja la farola de las calles. Es una noche que algunos disfrutan, las copas chocan en algunos sitios y se derraman hilos de alcohol en el suelo. Pero, la noche no es igual para todos. Se mueve torpemente por la calles, con su vista nublada y repitiendo entre balbuceos el único nombre que le sostiene con vida. La suela de su zapato de arrastra causando un sonido seco que apenas logra escuchar entre el bullicio de su mente, su ropa desubicada le da un aspecto poco amigable y la torpeza de sus movimientos aleja a los que pasan

