—¿Qué es lo que quieres, Johannes? — la pregunta y la seriedad de las palabras de Isak me tomaron por sorpresa, no supe qué decir o qué hacer a parte de mirarlo con manos y labios temblorosos, porque sabía que cualquier cosa que dijera ahora sería una asquerosa mentira. Me acerqué a él lentamente y rodeé su cuerpo con mis brazos, no porque fuera lo correcto o lo mejor, sino porque era lo único que podía hacer ahora, no podía empezar a perderlo todo tan deprisa. Y aunque sonaba cruel y absurdo, Isak era lo mejor que podía tener después de Even, y si no tenía a Even conmigo, bastaría con él ahora. Me sorprendí de lo frío que fue aquello, de lo cruel y cobarde que estaba siendo en esos momentos, pero no importaba ya, al final sabía que Isak no se iría de repente, sabía que él se quedaría

