El almuerzo estuvo en silencio, Alexander no estaba tan convencido de ir al club, seguía insistiendo que el don Juan me enamoraría. -Oye, ¿confías en mí?- pregunté tomando su mano. -Sabes que si.- -Hoy no lo siento así, me miras como si creyeras que yo voy a fallarte.- -Perdóname es solo que ese tipo no me gusta para nada, siempre que fija un objetivo lo cumple como sea.- -Lo dices como si pensaras que se fijara en mí.- -Estoy seguro que así será.- -No soy la reina de belleza, quizás ni me determine.- -Eres bellísima Julia, creo que jamás en la vida he visto una mujer como tú, todo en ti es hermoso, inclusive la cicatriz de tu cesaría, te hace aún más especial, cada estría de tu trasero dibuja una forma única de tu esencia, simplemente eres perfecta.- Alexander tomó mi mano y la

