Los días han sido llenos de nervios, se acerca el momento de iniciar esta nueva vida, no negaré que es una buena oportunidad para vengarme pero también debo pasar tiempo con un extraño, fingir amor ante los demás es algo que me tiene pensativa.
-Hija ya está aquí Alexander, te espera en el despacho.- escucho a Don Gabriel hablar.-
-¿Ya está aquí?-
-Si, solo estará por un momento, tiene asuntos que atender.-
-Bien ya voy.-
Me revise en el espejo, decidí ponerme un vestido n***o, tenía solo una manga larga, se ajustaba muy bien a mi cuerpo, el cual debo decir que no quedaba rastro del anterior.
Arregle bien mi cabello, maquillaje suave y labios rojos, un poco de loción no estaría mal.
Ahora íbamos rumbo a mi destino, siento que el camino se hizo eterno, estaba nerviosa pero no podía dejarlo en evidencia.
Don Gabriel abrió el despacho, podía ver un hombre de espalda, él veía el jardín sin perder detalle.
-Hijo, ya está Julia aquí.-
Lo vi darse vuelta, era casi como en cámara lenta, dejo el vaso de licor sobre el escritorio para subir su mirada.
Mis nervios ya se fueron al suelo, ese hombre es bellísimo, ahora me siento avergonzada, no creo que yo sea de su mismo nivel.
-Julia.- lo escuché decir
-Alexander.- fue mi respuesta
Don Gabriel pasó y lo abrazó, vi como el hombre sonrió, era genuina.
-Hijo hace tiempo que no te veía, estás muy bien.-
-Lo mismo digo, yo estoy envejeciendo y tú te vuelves joven.-
-Bueno creo que ustedes donde tienen mucho de qué hablar, solo les diré a los dos, que deben cuidarse, trátense bien que así lograrán sus objetivos.-
-Si.- respondimos los dos.-
Don Gabriel salió de despacho, yo seguía observando al hombre, hoy vestida de traje, era n***o con camisa blanca, su corbata negra también y muy delgada, se nota que es hecho a su medida.
-Bueno tú dirás.- mencioné y me senté en el sofá.-
El camino hacia el licor y se sirvió uno más.
-¿Bebes?- preguntó
Asentí y preparó uno para mi.
Sus pasos eran refinados igual que sus movimientos, me dio el trago, soltó los botones de su traje y se sentó a mi lado.
-Se que viste el expediente, ¿tienes preguntas?-
-Muchas pero quiero iniciar preguntado ¿por qué ahora vuelves por la presidencia?-
-Me alejé por algunos pendientes.-
-Hablaremos con la verdad, es necesario que esto funcione.-
-Tratamientos médicos.-
-¿Por lo de la quemadura?-
-Así es.-
-Otra, supongo que estás envuelto en un lío amoroso con tu primo y su nueva esposa que era tu antigua novia no es así.-
-No hay lío.-
-¿Seguro? Algo me dice que vienes a cobrar esa ofensa, solo quiero la verdad, no deseo estar ahí en medio de ese amor que aún esté vivo, quedaré como la engañada.-
-He dicho que no hay nada allí.-
-¿Cómo terminaron?-
Vi como se tensionó, sé que es un tema difícil para el.
-Cuando pasó lo del incendio yo estuve en el hospital tres meses, al principio Cecilia iba a verme, teníamos planeado casarnos, después de un tiempo mencionó que no soportaba la situación, que ella no estaba lista para lo que debía afrontar conmigo y me dejó.-
-Para casarse con tu primo.-
-Poco después.-
-Algo me dice que ella no te quería, pero… ¿tú qué sientes por ella?-
-Nada, es una extraña.-
-¿Seguro? se iban a casar.-
-Dime Julia ¿qué sientes por Adrián?-
-Odio, ganas de asesinarlo quisiera que le cayera un maldición encima.-
-Que honesta.-
-Estamos siéndolo ¿no?-
-Si.-
-Bien, ahora háblame de tu familia, son amorosos o son de ese tipo que hay que tener cuidado.-
-Mis padres son unos seres especiales, siempre han querido lo mejor para mí aunque a veces hagan cosas que no me gustan, pero de ellos no te preocupes.-
-Entonces el rival directo el John ¿verdad?-
-Si, él está en la presidencia por encargo mientras que yo me recuperaba, pero he visto que desde hace un tiempo está haciendo alianzas para quedarse en el poder.-
-Esto suena como una película, el primo malvado provoca un accidente, se queda con tu chica y la empresa, creo que ya lo he visto en algún lado.-
-No pude comprobar lo del accidente.-
-Entonces si lo pensaste…-
-Así es.-
-Bien, ya más o menos sé de ti, de mí no es mucho, mi ex me engañó con mi hermana y enviaron asesinarme, pero eso no importa por qué ahora soy otra, puedes inventar la vida que quieras.-
-Te llamas Helena, nuestra hija es Abigail, nos conocimos en el centro médico de Londres, yo recibía atención y tu fuiste a visitar una amiga, comenzamos una amistad, después un romance y el nacimiento de nuestra hija, ahora estamos comprometidos en matrimonio.-
-¿Cuando se supone que nos casaremos?-
-En seis meses.-
-Pero está claro que no será así ¿verdad?-
-No, espero que para esa fecha ya esté todo resuelto.-
-Bien, ya más o menos sé algunas cosas de ti, tus gustos me los dejaste escrito en el expediente, pero dime algo que realmente sea especial para ti, algo que nadie más sepa.-
-Nada raro.-
-Vamos, todo el mundo tiene algo que le fascina así no sea bien visto por la sociedad, por ejemplo yo amo los sándwiches que venden en los puestos callejeros, están llenos de grasa y salsas pero son mi debilidad.-
-Bueno, me gustan las películas…-
-¿De?-
-Romance.-
-Vaya, quien lo hubiera imaginado, te ves tan fuerte y varonil, te veía más en películas de acción.- mencioné, lo vi sonreír de medio lado, quizás Don Gabriel tiene razón, él es un buen hombre pero lastimado por la vida.-
-¿Algo más que desees saber?- preguntó
-Si, una cosa más, pero quiero que me acompañes a mi habitación.-
-¿Por qué?-
-Aquí hay cámaras, ven conmigo.- mencioné
Salí del despacho, Alexander venía detrás de mí, podía escuchar sus pasos, Don Gabriel pasó con mi hija en sus brazos, debo acostumbrarme a llamarla Abigail.
Llegue a mi habitación, él entró también, cerré con seguro para no ser interrumpidos.
-¿Qué es lo que pasa?-
-Quiero que te desnudes.-
-¿Qué?-
-Como lo escuchas, quiero que te desnudes.-
-No lo haré.-
-Se supone que tenemos una relación, también hicimos una hija, debo saber muy bien cómo eres.-
-No.-
-Si, yo también lo haré.- me acerqué a él para que me soltara la cremallera del vestido, él no deseaba hacerlo pero insistí.
-Desnúdame, no quiero que nos descubran por una tontería como esta, hazlo.-
Él comenzó a bajar la cremallera, una vez terminó me di la vuelta para que viera el vestido caer, sé que estaba en ropa interior pero podía tener una vista de mi cuerpo.
Tome su mano y la acerqué a mis senos, hice que los estrujara.
-Son naturales y aún están lactando.- mencioné
Me di la vuelta y le mostré mi espalda y trasero, también el tatuaje que me había hecho en una pierna, era una frase muy delicada y delgada que rodeaba el muslo. “Justicia & Karma” mis dos palabras favoritas.
-Es tu turno.-
-No, sabes que no lo haré.-
-Si lo harás.- me acerqué a él y comencé a quitar su saco, el puso sus manos sobre las mía, podía sentir que temblaba.-
-Déjame verte.- mencioné y seguí desvistiéndolo, el no apartó sus ojos de los míos, yo con delicadeza lo despojé de su ropa, podía ver el miedo que sentía pero no hay por qué sentirlo.-
Lo dejé solo con su ropa interior, me alejé un poco para observarlo, podía ver sus cicatrices, le cubría una parte del pecho y espalda, estaba inclinado hacia el lado derecho, su brazo también tenía estas marcas pero él había hecho algo asombroso de su tragedia.
Pasé mis manos por cada una de ellas, todo su dorso estaba tatuado, era como una noche oscura, veía lobos y la luna, en su mano había como una especie de leyenda, todo estaba en blanco y n***o.
-Las cubriste.- susurré
-Aunque traté de hacerlo allí están.-
-Es impresionante.-
-Ya se, me veo horri… yo lo interrumpí
-Hermoso…-
-¿Qué?-
-Eres bellísimo, no será difícil fingir ser tu prometida, ahora ya te puedes vestir.- mencioné
Comencé a vestirme de nuevo, podía ver como él se ponía su traje , me acerqué y le ayude ajustar su corbata.
-Bueno mañana comenzaremos con esta farsa, quiero que sepas que aunque tenemos objetivos fijos cada uno, puedes verme como una amiga.- mencioné y extendí mi mano, Alexander la tomó y dejando un beso en ella.
-Amigos.- susurro
-Ahora vamos a que conozcas a tu hija, amigo.- mencioné
“Mañana comenzaremos una nueva historia, que Dios se apiade de esos malditos, ellos deben pagar por lo que nos han hecho”.