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Mas malos que nunca

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intro-logo
Blurb

Más secretos, más mentiras, más dolor.

Las mentiras duelen, Katherine lo supo desde el día en que todo pareció ir a

un lienzo diferente, creció con mentirosos, ¡Sorpresa, sorpresa! para terminar en

una ciudad, donde estos habitan todo el lugar, el tiempo pasa y el juego se

expande, el imperio de las chicas Morgan se desmoronó haciendo que todas corran

peligro, ¿Estás listo para el juego? Seguro que no.

¿Sabes en quien confiar? Nada de lo que ves aquí es lo que es.

Labial rojo en un espejo, mensajes de texto… ¿Listos para el siguiente nivel?

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¿Listos para el siguiente nivel?
Somos humanos, hacemos hasta lo imposible por sobresalir. Antes, yo no solía creer ni en ángeles, mucho menos en demonios. Hasta que ellos me arrastraron al cielo, después de que... Los demonios me hicieron tocar el infierno. ¿Ellos eran malos?, Quizá sí, quizá eran los peores, pero nadie era capaz de decirlo en voz alta… ¿Esto era real? ¿Ellos eran reales? ¿Todo lo fue? Hospital, Nueva Jersey. Katherine Morgan: Despiertas en un mundo, en el tuyo, las cosas dejaron de ser blancas y negras, grises quizás, con un poco de suerte crees que las cosas cambiaran, lo gracioso, nunca lo hace. Mis ojos enfocaron el techo, liso, blanco y perfectamente pintado, iluminado por un foco. Esta vez había despertado con un toque de esperanza en mí, esperaba que las cosas que habían sucedido en este último tiempo hubiera sido solo un sueño. Los sueños, lastimosamente suelen hacerse realidad. Sin embargo, con un poco de suerte las cosas después de aquella tormenta vendrían la calma. Mis ojos pararon en Saith, quien se había quedado mirado hacía el techo mientras que un par de pensamientos cruzaban dentro de él, podía notarlo en su mirada, siempre había conocido demasiado de él por su mirada. Lastimosamente, las cosas no parecían ser un juego a nuestro favor, mis esperanzas cayeron al suelo, mientras que mi sangre se helo y el sonido de aquella maquina que registraba mis latidos comenzaba a sonar con un poco de rapidez, cómo si estuviera a punto de sufrir un infarto. Quizás lo sufriría. Pensé. Mi celular vibro, al igual que el de los chicos que se encontraban en la misma habitación que yo, mi piel se erizo, mientras que una corriente fría recorría mi cuerpo con violencia, con miedo, una parte de mi temía mirarlo, sin embargo, el miedo solo me impulsaba a hacerlo. Después de un tiempo, comienzas a tomar pensamientos claros, la vida se vuelve algo demasiado claro a decir verdad, las personas solemos creer que no tenemos nada que temer, solemos creer que somos la especie dominante que se escapa de los peligros, sin embargo, no hay un pensamiento mas errado que eso, después de un tiempo las cosas se aclaran, lo peor se posa frente a nuestros ojos con una fuerza demasiado radical para ser verdad, somos pequeños, mientras que a nuestro lado se encuentran los mismos demonios que pueden llevarnos al infierno. Miré hacía los chicos nuevamente, ambos lucían tan consternados como yo, sin entender con claridad lo que estaba sucediendo, ¿Alguien lo hacía?. Cada persona tiene un don, una habilidad o algo que solo a ella le puede caracterizar, escuchaba constantemente sobre buenas historias, ¿Pero esto? Todos nosotros teníamos la esperanza de poder ser lo suficientemente fuertes para poder salir de aquello que nos hacía tanto daño, quizá fueron los intentos, o la falta de fe, pero no importaba cuanto esfuerzo incrustábamos a esto, el daño nos había alcanzado, era aquí donde llegábamos a aquella decisión que en realidad nadie quería tomar, ¿Seguir luchando? ¿O rendirnos? Después de todo, aun si nos esforzábamos , era el quien siempre tenía el gane. Temíamos de una historia que creíamos finalizar, sube, baja, aumenta, sin embargo, nunca finaliza. Me levante con violencia, sintiendo como un dolor pequeño estaba sobre mi muñeca, estire la mano contraría tomando mi celular, esperanzada que aquella notificación que había recibido no fuera de un número desconocido, las cosas habían finalizado. Miré la pantalla, aquella que ilumino mi rostro y me cegó por lo que fueron un par de segundos, sin embargo, aquello se encontraba ahí, en la pantalla con un mensaje que hubiera deseado con todas mis fuerzas no recibir, ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Grace y yo recibimos un jodido disparo para que esto finalizara! ¿Qué mierda era esto? El sudor en mis manos apareció, mientras que sentí como un vuelco en mi estómago creció. Las cosas empeoraron cuando miré hacía Saith, quien tenía en su rostro una mueca demasiado grande, misma mueca que se encontraba en los labios de Darwin. Quité la aguja que me administraba el suero, para acercarme a ellos. —¡Katherine! —me reprendió Darwin, sus manos rodearon mi cuerpo, intentando calmarme en un intento en vano—¡Para! ¡Te harás daño! ¡Deja de hacer eso! —¡Ustedes lo recibieron! —mis manos se movían bruscamente intentando tomar su celular, un intento en vano puesto Darwin me lo quito—¡Ustedes no tenían que recibirlos! ¡Ustedes no! ¡Ustedes no estaban dentro de esto! —Cálmate, ¡Joder! ¡Te vas a hacer daño! —espeta dejándome en la cama—Quizá… Quizá en lo contrarío a lo que esperaba Darwin; Los labios de Saith tiraron en una mueca marcada mientras que sus ojos aún miraban su celular, aún intentaba procesar lo que había sucedido. Soltó un suspiro pesado, que confirmó todo lo que mis pensamientos habían pensado, miró hacía arriba y sus manos se pasaron por su cabello. La mejor definición de eso, problemas. —¡Mierda! ¡Creí que esto había terminado! —se exaltó. Miró en mi dirección mientras que sus ojos demostraban un poco de miedo—¡Grace está en terapia intensiva! ¡Tu recién despertaste! ¡¿Cómo mierda es esto posible!? —me senté, sintiendo como un nudo crecía en mi garganta, tomé su celular y el me miro con preocupación—Katherine… Sus palabras fueron cómo una bomba que estallo en mi rostro, los sentimientos, todo. Salpicando todo el lugar de emociones que no era capaz de entender. —¡No es posible! —las lágrimas comenzaron a inundar mis ojos, casi muero y aún… Esto seguía siendo así—¡No debía de mandarles mensajes a ustedes! ¡Ustedes no! —recriminé tomando el celular de Darwin segundos después confirmando que las cosas seguirían con la misma y jodida dirección—¡Mierda! Mis latidos comenzaban a ser más lento, el nudo creciente en mi garganta solo se sentía cada vez más y más profundo, doloroso, había esperado que las cosas hubieran sido diferentes, había añorado que por fin tuviera una jodida vida normal, ¡Mierda, encontré a mi hermano! ¡Tengo una herida de bala! ¡Escuché a mamá morir! —Katherine—, me llamo Darwin, mientras me ayudaba a colocarme de nuevo en aquella camilla—Tienes que tranquilizarte… No puedes dejarte caer… —¡Es que no tenía que suceder! ¡La vencimos! —Kathy... —¡Merezco ser feliz! —jadee, mientras que el aire me faltaba un poco—¡Yo merezco ser feliz! ¿No es así? Yo... —Lo arreglaremos—me consoló Darwin—Te prometo hermanita, que las cosas serán mejores. Lo prometo. Somos más, ella ya no tiene el poder. Sabía que las historias eran difíciles de procesar—yo aún no podía hacerlo—, era difícil si quiera de hacerlo, en ocasiones lograbas encontrarte en la cima, a veces eras aquella carnada que se encontraba casi desvanecida a un punto de no poder seguir adelante. Sentí como mi cabello se pegaba a mi frente, mientras que una parte de mí, Jamás se rendiría. —Kath—me llama Saith, sentándose junto a mí—Lo resolveremos, tranquila— me consuela, mientras me entrega una pequeña sonrisa—Podemos hacerlo. Les di una pequeña mirada, a ambos mientras que una parte de mi se achicaba, ellos eran todo lo que tenía, mi mejor amigo, y mi hermano—el único familiar directo que tenía—, suspiré u miré en su dirección. —Ustedes no deberían de estar dentro… No puedo perderlos. —Siempre estaremos aquí Kath, lo prometo—aseguro Saith, mientras se recargaba en mi hombro. Antes de poder hacer algo más, el chirrido de la puerta se escuchó, a través de ella apareció Gilberto, con un rostro lleno de desesperación, el cuál se calmó un poco apenas logró enfocarme. —Ya lo leíste, ¿Cierto? —preguntó a lo que asentí—Somos un equipo grande, podremos salir de esta, ¿Lo sabes? Asentí, sin embargo, no me encontraba completamente segura de que las cosas sucederían de ese modo, no creía mucho que las cosas pudieran llegar a cambiar, no lo hizo antes… Dudaba que lo hiciera ahora. Después de las palabras que salieron de sus labios uno a uno fue entrando, haciendo que todos se encontraran aquí, a excepción de Grace—que quien cómo había escuchado se encontraba en terapia intensiva—, noté como sus ojos, el de todos se encontraban llenos de tantas emociones, todos habíamos sido el juguete de quien había comenzado todo esto, su modo de entretenimiento, un modo de burla en el cuál, el terminaba sintiéndose superior. —Todos lo recibieron, ¿No es así? —pregunté. Una parte de mi sentía la esperanza de que alguien diera un movimiento negativo, sin embargo, aquellas miradas llenas de emociones, confirmaron lo contrario—Demonios. —Recibimos todos el mensaje—aseguro Gael con una ligera mueca—Es decir… Que las cosas seguirán siendo un desastre…. Y nadie estará a salvo. Apenas esas palabras salen de los labios de Gael, Gisela abre los ojos a par, muchas emociones parecieran estar cruzando sus pensamientos. — Grace—, susurro Gisela para después desaparecer de nuestra vista, no podía creer que esto fuera siquiera real, el tiempo pasaba frente a mi sin siquiera poder notar si todo esto era real… En mi campo de visión se poso una chica, su cabello era oscuro cayendo sobre sus hombros, en su celular se posaba un celular, mientras que su mirada estaba desconcertada, comencé a inspeccionar su apariencia, hasta que en mis pensamientos llegó, era hermana de Grace y Kyara. —¡¿Esto es una broma!? —pregunto demasiado exaltada—Debe de serlo, ¿En que tontería me han involucrado? Podía ver en sus ojos la molestia, el modo en que sus brazos se cruzaban sobre su pecho y sus cejas se fruncían a un punto impresionante. Sabía que una parte de ella, sabía lo que esto significaba, recordaba a completo detalle la historia que me había contado Kyara, todo el desastre que ocasionó Grace, todo el dolor, la angustia, pasaron demasiadas cosas. Una historia con el corazón roto de Grace, a falta del amor de sus padres… —¿De que hablas? —preguntó Juls, mientras que sus cejas se fruncían un poco—¿De que estas hablando Olivia? —insistió. —“Bienvenida al juego, los secretos comienzan” —susurró con un tonó cansado—¡Ni siquiera los conozco! —exclamo con demasiada sorpresa—Se que son parientes de Kyara… Pero, esto no tendría que ver nada conmigo, no los conozco. —Así funcionan las reglas de juegos cómo estos, bonita—, le dice en tono retador Guillermo, un desastre—, Ninguno de nosotros escogió entrar. Miró hacía él, para verle con furia, su rostro enrojeció por completo y tan rápido cómo entro, salió del lugar hecha una furia. En mi campo de visión se adentro Anna, contoneando sus caderas y con aquellos lentes oscuros cubriendo su rostro, a pesar de todo lo que había sucedido el glamour no había salido de su ser, noté como pasaba a ver a cada uno de los que se encontraban aquí, por lo que fue en un a cuestión de segundos sus labios se inclinaron en una mueca un poco marcada. —¿Alguien murió? —preguntó quitándose las gafas. Todos se miraron entré si, sin embargo, nadie formulo palabra alguna, Juls dio un par de pasos hacía ella, mirando sus ojos, termino rompiendo el silencio, marcando una pequeña mueca, sus ojos se pasaron por un par de segundos hacía mí, para regresar a ella. —¿En donde se encuentra Claudia? —alzó ambas cejas—Escuché… —Se encuentra sedada, desde que llegamos aquí—señala, metiendo sus lentes dentro de la bolsa—Así será por un par de días, la mantendrán aquí hasta que se le de la alta, para ser enviada nuevamente al hospital psiquiátrico de California. Mierda, miré hacía ella para después pasar mi mirada hacía un costado, de ser las cosas así, las cosas no podían tener sentido, ¿Claudia tenía a alguien que le ayudaba? Es decir, si ella se encontraba sedada… No pudo haber mandado si quiera un solo mensaje, era ridículo. Tal parece que no fui a la única que le paso por la cabeza ello, enfoqué la mirada de todos, notando como cada uno se encontraban más que confundidos, era más que obvió que nos encontraríamos de ese modo. Sin embargo, cada uno de los que se encontraban aquí, no mencionaban palabra alguna, ¿Qué decir? ¿Alguien nuevo a llegado a torturarnos? Si bien, no todo tenía sentido… La historia seguía sintiéndose con un par de huecos, pero… Añoraba que se quedará de ese modo, no indagar debajo de esta... — Entonces es una broma—, mencionó Guillermo, rompiendo aquel silencio que se había convertido en el mismísimo infierno—, ¡Bendita broma! Creí que era real, por poco me lo creí, ¿Quién la hizo? —preguntó—,Fue muy gracioso, basta. Interrumpiendo el discurso esperanzado de Guillermo por que todo esto fuera una broma, el sonido de los celulares de cada una de las personas que se encontraban aquí reino por todo el lugar, miré hacía las personas que se encontraban aquí, nuevamente mi piel se erizo, sentía el miedo recorrer mi espina dorsal y aquel vuelco en el estómago se hacía cada vez más y más fuerte. Sin embargo, quien tuvo el valor de mirar su celular fue Danik, con una mirada llena de sorpresa miro esté, para después terminar sobre los ojos de Uriel, quien al recibir esta, miró su celular, la culpa creció dentro de él, conocía como era él—solo una pequeña parte de él—, uno de los chicos malos, creciendo en una ciudad diferente, solo para conseguir una nueva oportunidad. Yo llegué aquí porque quería una nueva oportunidad, —No deberíamos… Antes de que pudieran decirlo, la voz de Danik resonó en la habitación, generando aquella tensión que había esperado no llegará. —El grupo de los cinco, ¿Qué tan bien lo conocen? —comenzó a leer, mientras que sus cejas se fruncían cada vez más—, Éste es liderado por Uriel, ¿Tenían el conocimiento de que existen personas que lo buscan? El día que se fue de la ciudad donde creció, dejo gravemente herido a tres personas, junto en coma a su padre…—una mueca enorme creció en sus labios para después tomar una enorme bocanada de aire—Misma que, hasta el día de hoy aún no sale… ¡Joder! El silencio incómodo se sintió por encima de todo, miré como la culpa entraba en Uriel, junto con un millar de emociones recorrían su cuerpo. —Eso… ¿Eso es cierto Uriel? —pregunto Juls en un tonó de sorpresa, mientras que sus ojos se abrían un poco más. Sus ojos delataron que se sintió un poco mal—Es decir y-yo… —Las cosas no son como parecen princesita—le aseguró, tomando sus manos, por encima de aquella panza que delataba su embarazo ya un poco avanzado—Solo es... —Basta—interrumpí, mientras que una mueca crecía en mis labios—Si lo quieren hablar, adelante. Pero solos—señalé, una punzada comenzó en mi cabeza, mientras que sentía un poco de cansancio—Son cosas personales de Uriel. Escuché alguna vez tu historia… No creo que nadie esté para juzgar, ninguno de nosotros es perfecto. —Pero Kath—mencionó Danik, esperando proseguir, —En las últimas horas, escuché demasiadas cosas sobre cada uno de ustedes. Cosas que me hicieron ustedes a mí—noté como en el rostro de cada uno de ellos parecía convertirse en una mueca pesada—No quiero saber si son ciertas o no, pero se que somos por ahora un equipo—uno demasiado malo—nos tenemos solo a nosotros, ese anónimo busca separarnos, de ser así, sería más fácil destruirnos. — Por mucho que me molesté lo que escuché, Katherine tiene razón—, indica mi tía, Anna, ella se sentó al borde de mi cama y soltó un suspiró un poco pesado—, No sabemos que sea lo que este pasando, pero por el momento sólo nos tenemos a nosotros. — Claudia… ¿Siempre fue así?—,preguntó Juls, para mirar hacía el frente—Es decir, leí varios de los informes médicos y si quiera esos parecen concordar con ninguna historia. Sus ojos recorrieron el lugar, para después sacar todo el aire que se encontraba en sus pulmones, con una ligera mueca se enderezó para negar. — La envidia nació en el corazón de Claudia cuando Laura nació, ella era perfectamente linda, tal cuál luce actualmente Katherine—, me sonrió para después alzar levemente los hombros—, Ella fue inteligente, adelantada para su época, parecía siquiera esforzarse, los celos entre familia son los peores, conmigo no tenía porque lucimos igual y nos teníamos una a la otra. — Es que esto no tiene sentido—, recrimine—¿Por qué esperaría tanto tiempo? Fueron diez años, en los expedientes que vimos decía que ella lo había superado, lo único que decía era que era Claudia… Y eso era verdad. — Tampoco lo entiendo claramente, después de que murieron nuestros padres y los tuyos Katherine, ella mejoró, la venganza si fue de ella en ese entonces, pero… Claudia no arriesgaría a Logan, lo quiere, también quería a las gemelas—, mira a Juls—Paso con ustedes la mayor parte de su niñez… — Claudia mandó mensajes a Fernanda, quien comenzó a ayudar desde fuera para que los bandos peleen… Pero, ingresó a Uriel desde un principio, ¿Por qué? — Podemos hablar con ella—, sugirió Juls—, Es nuestra prima y por lo que vimos en la casa donde nos tenían cautivos… A ella en realidad le importaba el bienestar de Claudia—, recordó, para después mirar hacía Gisela—, ¿En donde estabas? — Grace—, señaló Logan—, Tenía una nota pegada en el monitor, le están haciendo estudios puesto que éste decía que le habían drogado. — Entonces el siguiente paso es...— , comencé sin embargo Darwin me interrumpió. — El siguiente paso es que tu y Grace mejoren— , exclama— , Será aproximadamente una semana, estaremos bien. — No creo que el estupido anónimo espere Darwin— , reclamé— , Por favor, no necesito estar en cama y tendré el cuidado necesario. Una enfermera entró, miró hacía cada uno de los que se encontraban aquí, hasta que sus ojos enfocaron el suero. —¿Por qué te quitaste la aguja Katherine? —me reprendió, para después mirar hacía a Saith—Jovencito, tienes que cuidar a tu novia, no dejar que se quite las cosas que le colocamos por su bien. —Una disculpa—menciona Saith intentando ocultar la sonrisa burlesca de sus labios. El rostro de Gilberto se volvió completamente rojo, como si se encontrara completamente celoso de lo que estuviera pasando, aun no sabía que era lo que el sentía por mí o que era lo que yo sentía por él, sin embargo, esto me causaba de un modo extraño una sensación en el vientre, ¿Por qué el jamás era completamente honesto conmigo? Lastimosamente, había dejado de lado por completo la idea de estar con alguien románticamente, es decir, Saith y yo no teníamos oportunidad y Gilberto me mentía desde el día uno. Ella tomo una aguja, para después acercarse a mí, tomando mi brazo, apenas miré la aguja un hueco nació en mi estómago, una especie de miedo por aquella aguja, gire mi rostro al lado contrario y Darwin tomo mi mano, esperando que me calmara, quizá apreté su mano un poco—quizá fue un poco más fuerte de lo que pudiera haber llegado a esperar—, el hizo una mueca al igual que yo, sentí como aquella aguja se incrustaba en mi piel. —No pueden quedarse mucho tiempo todos en la habitación—les informa la enfermera mirando en dirección de los demás—El estrés no es bueno para la chica. Después de que mi tía asegurará que no se quedarían demasiado tiempo ya, la enfermera salió de mi campo de visión, mientras que en sus manos se llevaba unas hojas donde había anotado mis signos vitales, después de ello, mi tía cumplió su palabra, la charla que tuvimos fue demasiado corta—además de que no pudimos llegar a una idea de quien podía ser quien nos estuviera haciendo todo esto—, misma razón por la cuál la conversación se dio por finalizada, ya que lo único que estábamos haciendo era dar suposiciones de lo que fuera a suceder o de quien podría ser. Sin embargo, eso no quitaba si quiera por un par de segundos lo que a todos nos estaba afectando esto—y del modo que lo hacía—, el hecho de que nadie pudiera hacer absolutamente nada al respecto, porque nadie conocía un modo de que esto pudiera cambiar. Después de un par de minutos me quede dormida, mis ojos se cerraron, mientras que sentía como los dedos de Saith se pasaban por mi cabello, generándome la paz que me había hecho tanta falta. Sin embargo, esa paz no se quedo dentro de mi cuerpo por mucho tiempo, los pensamientos y los recuerdos sobre lo que había sucedido con respecto a aquel desconocido, reinaron mis sueños, haciendo que este se apoderará de mí, de mi mente, sin embargo, lo que menos manejaba, era sentido, solo me hacía sentir de cierto modo… encerrada en los recuerdos que me hacían sentir de un modo vacía. Un recuerdo absurdo y abstracto de lo que sucedió en esa casa, el haber visto a Juls vuelta un manojo de nervios que parecía que solo le aumentaba con el paso del tiempo, todo comenzó a ser una especie de transición de las fotografías en la casa, en la casa de playa y la de California, fotografías personales, de las gemelas, de Michi, Cam, Logan, yo… En la fotografía tenía partes quemadas o rayones con plumón rojo, solo en las que me encontraba yo… Cómo si la única persona que les interesase dañar fuera yo… No podía dejar de pensar en ello o de sentir como los pensamientos me iban doliendo cada vez más… Cuando Julieta salto por la ventana, nadie fue tras de ella, se quedaron ahí a hacerme daño a mí, me atraparon a mí, pero a ella… Nadie la alcanzó, si quiera se esforzaron ni un poco porque eso sucediera, como si no tuvieran el mínimo de interés de dañar a alguien que no fuera yo. No quería sentirme el centro de atención o que solo importaba yo… Claro que no quería pensar en ello, pero así era como parecían verse las cosas. Grace cuando recibió la herida de bala, fue cuando comenzó a interferir en las palabras que recibía yo, o palabras que yo decía, sin embargo… Ella había parecido estar inmune a lo que sucedía, hasta que interfirió por mí, ir más a fondo, conmigo, solo intento salvarme, por como sé… La salvaron a ella, un poco. Pero, de mismo modo, las cosas dejaban de tener sentido, es decir, corría peligro cuando estaba lejos, pero estando con Logan o las gemelas… Ahí me encontraba a salvo. Solo con ellos me encontraba a salvo. Una parte dentro de mi se achico, ¿Desde cuando las cosas eran así? ¿Qué había hecho que las c osas cambiaran de ese modo? No recordaba que alguno de nosotros hubiera hecho el mal para merecer eso—por lo menos sentía que yo no—pero de ser así… Siendo que las cosas hubieran tenido ese giro tan estrepitoso, le habíamos fallado a alguien, quizá, pero ¿A quién? Si la mayoría de los que se encontraban aquí eran expertos mentirosos, ¿Qué hacía que yo fuera quien tuviera que pagar los platos rotos? Una luz cegadora se poso frente a mí, poco a poco se iba aclarando, mostrando así la mirada llena de compasión de mamá, sus manos se pasearon por mi cabello, calmando el millar de emociones que comenzaban a recorrer mi cuerpo, si bien todos tenían razón ella y yo parecíamos dos gotas de agua, tan similares una con la otra, le di una pequeña sonrisa, para después recargarme en sus manos suaves, por tantos años esperé un momento madre e hija, ahora solo podía pedir que esté se mantuviera eterno… Verla por mucho más tiempo del que la vida me había dejado. —Lo estás haciendo muy bien cielo—me felicito con tono dulce, sus manos aun sostenían mi rostro—Lo estás haciendo muy bien. Negué, las cosas se iban de mal en peor, nos habíamos esforzado para que después de tanto tiempo aquella historia amarga por fin tuviera un final, uno feliz, no pedíamos demasiado, ¿O sí? Recibí una herida de bala, fui golpeada, por proteger a los míos, exactamente… Exactamente como lo hizo mamá el día de su muerte. —Las cosas no están saliendo bien—contradije con aquel hueco en el estómago que parecía querer quedarse dentro de mí—Vamos perdiendo, nada está saliendo bien mamá… Las cosas solo podían parecer ir de mal en peor, ¿Qué estaría haciendo bien? Solo estábamos yendo en un espiral de dolor que con el paso del tiempo solo parecía querer empeorar, se alejo un poco de mí, mirándome con aquellos ojos castaños bien iluminados, parecía que la esperanza sobre mí podía llegar a sobrarle. Sin embargo, yo no entendía el por qué. —Todo va a mejorar, solo ten fe. No siempre las cosas son malas. Esto parecía serlo, un par de recuerdos vagos y el dolor creciente en mi pecho, no podía detener mis pensamientos, ni el dolor que sentía, si quiera por un solo segundo, ella parecía querer ayudarme, pero sería imposible, habíamos reunido todas nuestras fuerzas, comenzó a pasearse por la habitación, aquella que se encontraba completamente blanca, intentando una vibra similar a la paz, ¿Había muerto? Ella me dio una ligera sonrisa, una que parecía decir que aquí estaría siempre, tal y como lo había prometido, sus manos tomaron las mías mientras que sus ojos me examinaban, milímetro a milímetro, esperando que las cosas fueran mejores, no podía decir que lo estaba logrando, no lo sentía de ese modo, un miedo crecía en mi cuerpo, recorría mi espina dorsal y me llenaba de inseguridades que nadie sería capaz de borrar. Mis ojos se volvieron llorosos, solo me sentía cada vez con más miedo, con menos libertad, quería ver esos ojos castaños por toda mi vida, si este era el cielo, añoraría un toque de esperanza que me dejará mantenerme con ella, no me interesaba el mundo de los vivos, ahí ya me había mantenido sufriendo los últimos años…. —Tengo miedo mamá—confesé, mientras que mis ojos hacían lo posible por contener aquellas lagrimas amargas—No va a terminar, ¿Verdad? —Eres fuerte cariño, lo sabes—insistió, sus ojos me llenaban la vida, pero está… yo no sabía con claridad si aún quería vivirla—Tu podrás hacerlo… —No mamá, tengo miedo—sollocé abrazándola, mientras que sentía como en mi pecho se apretujaba mi corazón—No soy fuerte mamá… Yo no puedo lograrlo… —¿Sigues confundido cariño? ¿Confundida sobre lo que ha estado pasando? —pregunta, mientras una leve mueca salía de sus labios—Lo estás, sólo tienes que abrir los ojos. La respuesta está frente a ti. —Nunca terminará…. —Lo hará, solo tienes que mirar, la respuesta está frente a tus ojos. —¡Es que nosotros lo resolvimos! —espeté con desesperación—¡Lo habíamos resuelto mamá! ¡¿Por qué sigue pasando!? —Nunca lo resolviste Katherine, prometiste que lo harías—me recordó, sin embargo, yo negué con los ojos llorosos—Katherine… —Mamá quiero rendirme—sollocé, estaba cansada, me sentía devastada. —Prometiste que llegarías al final cielo—susurro pasando sus manos por mi cabello—Lo harás, ahora abre los ojos Katherine. —¿Qué dices? —¡Nunca fue Claudia! ¡Abre los ojos! Abrí los ojos sobresaltada mientras que mi respiración se tornaba demasiado rápida, me sentía asfixiada, miré hacía Saith que se encontraba profundamente dormido en aquella silla, a un par de centímetros—quizá un metro—de mí, fruncí mis cejas para después enfocar aquella silueta que se encontraba a un par de metros de mí, apunto de salir por la ventana. —¡Espera! —intenté formular, un intento en vano, mi cuerpo se sentía más pesado cada vez—Para… Aquella silueta termino por salir por aquella ventana, sin si quiera mirar hacía mí, si no me hubiera encontrado aquí jamás, salió sin mirar atrás. Intente levantarme, pero mi cuerpo se sentía cada vez más y más pesado, sentía como mis ojos pesaban más y más… Miré hacía un costado, hacía el monitor, una nota que se encontraba ahí, intente estirarme, sin embargo, mis músculos se contraían, dolía. —Saith—gimoteó, no entendía lo que sucedía. ¿Esto era un sueño? ¿Por qué nadie me escuchaba? Intenté estirarme, cada vez más hasta que mis dedos comenzaron a tocar el papel, no pude tomarle…. ¿Sabías que Gilberto nunca te amo? Juls le pagó para protegerte, puesto sabía que era el del corazón más noble. Dulces sueños, perra.

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