Capitulo 4

1872 Words
CAPITULO 4 Una chica llamada Natalia, rubia, alta y bonita, me coqueteó hoy en la escuela, pero no me importaba. Pero al salir, sucedió algo inusual que me enfadó un poco. Natalia me tiró de los brazos y me llevó a una esquina detrás del baño de hombres. Y estaba esperando a Lucía en ese momento, cuando Natalia me llevó allí, se tiró encima de mí para besarme, pero antes de que eso sucediera, la empujé y me alejé. — es esta Natalia? ¿! No te di la libertad de besarme ni nada por el estilo. – dije y la miré muy seriamente —Pensé que lo querías, pensé que durante el descanso era solo un encanto tuyo. ¡Yo soy linda! ¿Por qué te negaste a besarme? — dijo pasándose las manos por el cabello. —Eres bonita, sí, pero me gusta otra chica y no quiero nada con una chica que no sea ella. – dije sentándome en el piso del patio. —¡¿Qué?! ¿Te gusta otra? No puedo creerlo, pero esta bien, esa chica tiene que ser muy bonita para que me desprecies así. – Dijo como si fuera la última cocaína en el desierto. —Incluso si no fuera bonita, me gustaría de todos modos, ¿sabes lo que odio de una chica? – le pregunté, para ver si dejaba de decir tantas bobadas —¿Qué? – preguntó en tono burlón. —¡Odio a las chicas como tú! ¡Que son engreídas, arrogantes, que piensan que son demasiado! Las chicas así no me interesan en lo más mínimo. – dije y decidí irme, pero Natalia me tiró hacia atrás y soltó su veneno. —¡Mira chico! ¿Quién te crees que eres para hablarme así? ¿Crees que eres el más guapo? Pero sabes qué, no eres todo lo que crees que eres, ¿verdad? Y No soy así como dijiste, ¡puedo ser mucho peor! Y solo debes saber que no será así, haré algo para hacer que la gente de esta escuela se ría de ti, para humillarte de alguna manera. — Dijo y soltó mi brazo. —Quiero que sepas que no te tengo miedo, solo eres una niña mimada que no sabe cómo lidiar con el rechazo. Solo lo siento por ti, espero que algún día te des cuenta de lo ridícula que eres. — dije y salí de allí lo más rápido posible, pero cuando llegué al centro de la escuela, todos se habían ido. Y Lucía también, ¿me había estado esperando demasiado tiempo? ¿O vio a Natalia tirando de mí? ¿Estaría enojada porque me había esperado por nada? Fui a la casa y me pregunté qué haría durante mucho tiempo. Después de pensar tanto, decidí llamar a su puerta. Me abrió una chica de cabello castaño claro y que usaba anteojos. —Hola, ¿Qué buscas? – preguntó la niña, balanceando sus piernas. —¿Está Lucía en casa? – pregunté un poco avergonzado. —¡¿Mi hermana?! Vaya … ¿De verdad quieres ver a mi hermana? – preguntó ella sin creer lo que había escuchado y sonrió. —Si, a ella misma. Dile que es Josh. – respondí, me estaba poniendo un poco Impaciente. —Ya mismo le digo, ¡No te vayas de aquí! ¡ven, entra! – Me llevó a la casa y estaba muy feliz —¡La llamaré pronto! ¡Por favor, no te vayas! – gritó y subió corriendo las escaleras como loca. Esto no lo esperaba, no sabía que tenía una hermana, unos instantes después la chica de las gafas bajó corriendo las escaleras, tirando a Lucía por las manos. No pude notar nada más que cómo estaba vestida Lucía. Llevaba un camisón muy corto y una blusa blanca escrita con Amor, la blusa le quedaba muy ceñida al cuerpo y estaba descalza, con el cabello suelto y despeinado, pero de todos modos se veía hermosa. Parecía que su hermana acababa de despertarla. —¡Aquí está! — Gritó la chica y la empujó a Lucía encima de mí. —¡Emily! – gritó Lucía. No creo que no se diera cuenta del atuendo que llevaba, no fue hasta que miró sus piernas que lo vio. — ¡Ay Dios mío! ¡Emily! ¡Mira el atuendo que llevo! Lo siento Josh, yo estaba durmiendo, espera, subiré las escaleras y me cambiaré. — Dijo muriéndose de vergüenza. —No te sorprendas, Lucía es así! – Su hermana, Emily, nos tomó a las dos de las manos y nos llevó a su habitación, la habitación de Emily. — Puedes quedarte aquí en mi habitación hay más silencio para que hables. — dijo y cerró la puerta. Después de eso, Lucía se sentó en la cama de Emily y puso sus manos en la cara. —No tienes por qué avergonzarte, tu hermana está un poco loca ¿no? — pregunté y me senté a su lado. —¡Está totalmente sorprendida! Pero … mira la ropa que me encuentro, quiero, ¡No me mires! – Dijo avergonzada y con la cabeza gacha. —¡Te ves muy sexy así! Pero cálmate, no miraré, quería hablarte de hoy. – dije y levanté su barbilla con mis manos. Nuestras caras casi se tocaban y nos miramos y estábamos tan cerca que retrocedí un poco. —No me encontraste allí, porque Natalia me llevó a otro lugar, y resultó que cuando regresé, ya no estabas — Dije, esperando alguna reacción de ella mientras estaba en silencio. —Si, los Vi — Dijo en voz baja. —¿Qué fue lo que viste? – pregunté, sin saber exactamente lo que había visto —Tienes buen gusto, pero ¿qué más pasó entre ustedes? — Preguntó y miró en mi dirección. —¿QUÉ? ¡No! ¡No es nada de eso! No me quedé con ella, ella quería estar conmigo, pero la dejé allí sola — dije y terminé analizando su boca. —¿La dejaste? ¿Por qué? – Ella preguntó. —No me gusta ella, eso es todo. — Hablé y me acerqué a ella un poco. —Lo entiendo, aun así, no tuviste que molestarte en dar una explicación, no hacía falta que me dijeras lo que había sucedido, tampoco te hubieras molestado en venir solo para eso — Dijo y miró al suelo. —Aun así siento que te debía una explicación y no me molesté en venir aquí, valió mucho la pena haber venido. – Hablé y miré, sin darme cuenta, la miré de arriba abajo. Sin embargo, ella se dio cuenta —¿Por qué me miras así? — preguntó mientras se levantaba. —Es que eres muy sexy – dije y solté una risa nerviosa —¿Es esto una broma? ¿O es en serio? ¡deja de mirarme así! ¡Eres un tonto! — Dijo y me tapó los ojos con las manos. —¡Por supuesto que es verdad! – dije y quité sus manos de mis ojos y comencé a hacerle cosquillas. Ella comenzó a reír muy fuerte, diciendo que parara, y así riendo tan fuerte nos caímos en la cama cansados, nos miramos y comenzamos a reír aún más. Ella se levantó y yo también, así que decidí despedirme e ir a la casa. —Me voy, espero que tengamos más tardes como la que tuvimos ahora. — Dije y arreglé un mechón de su cabello que estaba a un lado incorrecto. —Yo también espero que así sea — Dijo ella y me dio un besó en la cara. —Podrías venir a mi casa mañana. — le dije sonriendo. —¡Seguro! Lo haré, adiós. -Dijo ella y sonrió. Esa sonrisa era real, era natural y lo hermoso que había visto en mi vida, Si supiera que reír la hace aún más hermosa, Tal vez ella debería sonreír aún más —Adiós. – dije, caminé hacia la salida y Emily me condujo hasta la puerta. —Espero que la conversación haya sido buena ahí arriba. — dijo ella con una mirada traviesa. —¡Sí lo fue, adiós Emily! — Me despedí —¡Adiós y vuelve a menudo! – Ella gritó. En realidad, Emily y Lucía no se parecían mucho, ni siquiera en sus personalidades, mientras que Lucía es más tímida y cuidadosa, Emily está loca, loca y tal vez incluso es un poco rebelde. Quizás la locura de Lucia se esconde dentro de ella. Llegué a mi casa y mi madre me saludó diciendo. —¿Dónde estabas hijo mío? — Dijo y puso sus manos en sus caderas. —En la casa de una amiga, está justo enfrente de la nuestra, ¿lo has notado? – dije entrando —He visto la casa, simplemente no sabía que tenías una amiga que vive allí, ¿es especial para ti? – preguntó, siguiéndome por la casa mientras yo caminaba —¿Qué quieres decir con especial? – le pregunté suspicazmente, ella nunca me preguntaba por mis amigos, o adónde iba, pensé que era extraño. —¿Solo la quieres como amiga? – dijo, y luego se sentó en mi cama. —La quiero como novia. – Estaba serio y un poco avergonzado, nunca hablé con mi madre de las chicas que me gustan. Ella sonrió y me llamó para que me sentara a su lado. —Si quieres que sea tu novia, debes abrirte con ella, decirle lo que sientes, tal vez ella sienta lo mismo y ustedes dos están perdiendo el tiempo, estoy segura de que al menos ella piensa que eres un lindo, porque eres el hijo más hermoso del mundo. – dijo y acarició mi cabello. Estaba soñando? ¿Mi mamá me dice estas cosas? Está bien, ella nunca me trató mal, pero tampoco me trató con tanto cariño como ahora. —Eres mi madre, no sirve de nada decir que soy hermoso. – Hablé y la abracé. —¡Eres hermosa y estoy segura de que lo sabes! No dejes que la felicidad se escape, ¿vale? – preguntó y me abrazó de nuevo. —Está bien, mamá, ¿te sientes enferma? —No, por qué? – dijo ella y me miró. —Es que eres más cariñosa conmigo, eso no suele pasar por aquí. – dije, volviendo la cabeza hacia el otro lado. —No te preocupes, yo soy así, es que la vida es complicada, bonito, un día lo entenderás, aunque no te dé mucho cariño, de una cosa puedes estar seguro. Te quiero mucho, mucho, nunca lo dudes. — habló, y en ese momento mis ojos se llenaron de lágrimas, fue la primera vez que escuché a mi madre decir que me ama. Ella nunca me había dicho esto antes. —Yo también te amo mamá, ojalá que todos los días fueran así. – Hablé con los ojos casi llorando. Nos abrazamos y cuando mi madre salió de la habitación me eché a llorar, pero era un llanto de felicidad. ¿Podrían las cosas estar cambiando para mejor? Espero que si. No puedo esperar a que llegue mi padre para contarle las novedades de mamá.
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