Capítulo 44. ¿Qué harías si tu amante y tu esposo son la misma persona? El aire se atoró en la garganta de Maia. Vicenzo continuó hablando con un tono cargado de algo que la dejó sin aliento. -- Pienso que mi esposa, en realidad significa demasiado para mí – Maia sintió que su corazón se aceleraba y un escalofrío le recorrió la espina dorsal. Sus dedos temblaron levemente sobre las sabanas, pero disimuló sujetándolas con más fuerza. No se esperaba esa respuesta. No tan directa. Menos aún tan... intensa, pero Vicenzo no había terminado, ella quería saber y él estaba ahí para hablar. -- Y también creo… – de pronto su mano subió lentamente por el respaldar de la cama hasta alcanzar su nuca, enredando sus dedos en su cabello, arrojando todo el aire que había contenido hasta ese momento.

