Capítulo 45. Maia está mejor que nunca. Vicenzo entrecerró los ojos, analizándola. -- Eso es trampa, señora Farelli – murmuró con voz ronca. -- Yo hice la pregunta – le dijo y Maia le dedicó una sonrisa inocente. -- Solo estoy jugando con las mismas reglas que tu cariño – le respondió ella, -- ¿Las reglas que tú rompiste desde el principio? – Maia sintió que su piel se erizaba, eso era verdad. Ella había sido quien había roto las reglas desde el inicio, sí. Pero él había sido quien comenzó todo este juego. La tensión entre ambos era palpable. Maia aún estaba debajo de él, sintiendo el calor de su cuerpo contra el suyo, su respiración rozándole la piel, su mirada fija en ella como si esperara algo más que una simple respuesta. Los dos respirando agitadamente, los dos deseando mucho

