Elena abre sus ojos su cuerpo dolía se sentía agotada miró a su alrededor y cayó en cuenta lo que había hecho, pero por alguna extraña razón no se arrepentía. El olor del cuerpo de Christopher estaba en ella impregnado y no sabía cómo sentirse era indiscutiblemente un experto en el tema y ella simplemente era una novata que estaba cayendo en las garras de un hombre que podría ser un dolor de cabeza más adelante.
Ella se pone una de las camisas de Christoper que estaba en el suelo, sale de la habitación y llega hasta la sala en donde le encuentro hablando por teléfono.
Él le da una mirada y le hace señas para que espere mientras termina de atender la llamada. Ella esperó unos cuantos minutos y al momento él termina cuelga el teléfono y se acerca a ella.
—Casi no te levantas —él menciona con su voz ronca.
—Estaba realmente cansada, le agradezco haberme dejado dormir.
—No tuve más alternativa, caíste rendida como una piedra, Elena deberías tutearme, al menos mientras estamos a solas creo que es lo más indicado.
—Está bien, lo haré. Ahora quiero irme para mi casa si no hay ningún problema.
Él se pone de pie y camina sigilosamente hasta donde ella, las manos de Cristopher se ubican en la cintura de ella y no tarda mucho en levantarla colocandola sobre la encimera que estaba allí
—¿Cuál es el afán?
—Necesito saber de mi madre, que esté bien. —Él mueve con sus manos el cabello de ella colocándolo detrás de la oreja y luego acerca su rostro inhalando el aroma que desprende el cuello de Elena.
—Eso se puede saber fácil, te cuento que los teléfonos fueron inventados para poder comunicarnos con otras personas. —Ella sonríe y se siente intimidad al tiempo por la mirada tan cargada de él—. Llámala y si hace falta contrátale una enfermera.
—No, no es necesario.
—Elena tienes que trabajar y estudiar Por ende no puedes estar al pendiente de tu madre todo el tiempo, no te lo voy a pagar yo porque no sería correcto. Pero podríamos hacer un acuerdo de pago y que sea la oficina quién la pague.
—¿Por qué debería de aceptar?
—Porque con esto que sucedió entre nosotros hoy aprovecharé la mayor cantidad de tiempo para disfrutarte en totalidad.
Antes de que ella pudiera responder los labios de él se chocan fuertemente con los de ella y esta vez él beso que Cristopher le está dando es salvajemente pasional dejándola sin aliento.
—Quiero continuar en lo que estaba… creo que ya te di el tiempo necesario para que asimilaras lo de tu primera vez, ahora es momento de poder llevarte a mi lugar favorito. ¿Estás de acuerdo?
—Puedo intentarlo —ella respondió entre jadeos al sentir la mano de él metiéndose por su intimidad.
Christopher la levanta sujetándola de las nalgas y la lleva hasta una de las habitaciones del lugar.
Al llevarla allí ella se quedó observando todo a su alrededor y como si fuera sacado de una película de acción y no precisamente con peleas, la habitación era sumamente erótica llena de objetos la hacía pensar exactamente para qué se podrían usar.
—¿Todo eso lo vamos a usar? —ella pregunta.
Él suelta una risa lo suficientemente ronca que la hizo erizar por completo.
—Usarlo todo de una vez sería avaricia y aunque quisiera hacerlo, tal vez tu cuerpo no aguantaría. —Ella queda en silencio ocultando una sonrisa que le provoca todo esto.
Él se ve como todo un ogro. Pero la realidad es otra es todo un caballero.
Él aprovecha que ella está en esa posición y la besa con intensidad. Luego retirar lentamente cada uno de los botones de la camisa que tiene puesto y se la quita lanzándole al suelo.
—Gírate —él ordena—. Gírate y obedece.
Ella lo hace, Christopher toma una de sus vendas tapando los ojos a Elena. Cuando ella finalmente tiene los ojos tapados, él le pide que se levante y la recuesta sobre la cama, él tomó unas esposas amarrándola en cada extremo dejándola con muy poca movilidad, el pecho de Elena comenzó a subir y a bajar sintiéndose a la expectativa sin saber exactamente qué estar pasando o qué va a pasar.
Christopher toma un pequeño lazo que tiene una punta cómoda y pomposa, y comienza a deslizarlo suavemente alrededor del cuerpo de ella.
Elena comienza a moverse desesperadamente el sentir la fricción de aquel objeto en su cuerpo.
—Me vas arrugar que entre en ti… ¿Te queda claro Elena?
—Sí.
—Se responde: sí amo. De nuevo te pregunto ¿Te queda claro Elena?
—Sí amo.
Él comenzó a simularla con aquel objeto pasando levemente por los pezones erectos de ella. Elena comenzó a removerse en su puesto, sabía que él quería que le suplicara y aunque sonaba excitante la realidad es que ella pretendía hacer que él fuera el que se rindiera y lo hiciera por cuenta propia.
A medida que Christopher va pasando aquel objeto por la parte superior del cuerpo de ella, sus dedos comienzan a entrar y salir de manera desesperada del vientre de ella.
Los gemidos de Elena van en aumento, ella mueve su pelvis por inercia intentando tener mayor contacto y muerde su lengua para no caer tan rápido y tan fácil ante él.
El cuerpo de Elena comienza a temblar y a mojarse completamente.
Christopher pasa la lengua por el pecho de ella, Elena jadea sí puede evitarlo al sentir la lengua rasposa de Christopher pasar por ella.
El falo de él comienza a gotear al notar como ella se pone.
Él mete y saca la mano sin piedad alguna… hasta que Elena no aguanta más.
—Amo… por favor necesito que entres en mí. Necesito poder sentir de nuevo tu cuerpo en mí.
Christopher sonrió. Había empezado el juego.