Los ojos son el reflejo del alma

1776 Words
Salí caminando sin prestar atención al camino, por la angustia que embargó mi corazón. No podía dejar de escuchar la voz de Anni, diciéndome que Noah se había casado y que ni siquiera me dijo nada. Ni siquiera preguntó por mí. Tal vez me había creído esa historia que todos decían que íbamos a terminar casados. Qué ese era el final de dos amigos como nosotros, qué así terminaba la amistad como la que teníamos: en amor. Pero se casó y no era conmigo. Quizás y ni siquiera es amor, si no, el hecho de esperar que sucediera lo que escuchaba decir a otros. Estaba triste, pero enojada conmigo misma. ¿Cómo puedo ser tan ingenua? Acaso no veía yo misma cómo la miraba, con aquellos ojos llenos de amor.? Se veía que estaba enamorado. Pero había demasiadas escenas que me hacían creer que me quería no solo como amiga. Nunca olvido, que todo comenzó cuando le hablé de mi libro favorito, y se apareció con el libro para mí, dos días después de nuestra primera conversación. Me dijo que lo había robado en la biblioteca, porque no encontró donde comprarlo y quería que yo lo tuviera para mí. O aquellas flores que me regalaba cada mañana y que yo guardaba dentro del libro que robó para mí. O momentos como la primera vez que me esperó para ir a comer juntos. O como ese día que después de clases no lo vi más y me fui a comer sin él, ya que no sabía dónde estaba. Siempre comíamos juntos él y yo. Sin importar la novia que tuviera, siempre hacíamos todo juntos. No llegó durante toda la cena. Me fui a mi dormitorio y me había quedado dormida. Siento que alguien me estaba despertando y cuando miro, veo a Noah, con el libro que yo estaba leyendo en las manos. Mirándome con sus lindos ojos verdes y una risa burlona. Apartó los cabellos que caían sobre su frente cubriendo casi sus ojos, porque no le permitían ver bien. Supongo. Yo pensé que estaba soñando. _ Oye polilla, estabas roncando _ me dice riéndose de mí, bajito, para no despertar a las demás compañeras. Abrí mis ojos desmesuradamente asombrada cuando me habló, porque supe que no era un sueño y me incorporé. _ Me gusta como duermes. te vez sexi. _ me dijo riéndose. antes de que yo pudiera hablar _ Qué haces aquí Noah.? ¿Estás loco? Además, no seas mentiroso. Yo no ronco. _ Dije asustada, porque era prohibido que los varones entraran en el dormitorio de las chicas. Como hablé alto sin darme cuenta, rápido tapo mi boca con una mano y me dijo _ Ssscchhh! Habla bajito. vas a despertar a las demás _ me dijo en un susurro _ Ya estamos despiertas. _ Dijo una de las compañeras. Mi corazón iba a salirse de mi pecho. Si lo cogían allí tendríamos problemas. entonces le quite las manos de mi boca y molesta porque a él le parecía muy graciosa la situación, mientras que a mí me iba a dar un infarto en cualquier momento. _ Estás loco? Qué haces aquí.? le volví a preguntar, esta vez susurrando _ Vine a verte. No podía irme a dormir sin antes verte y desearte buenas noches. _ Yo me quedé de piedra. No sabía que decir, ni que pensar en ese momento. Pero estaba tan asustada y avergonzada con mis compañeras que solo quería que se fuera. _ Está bien. Vale. Gracias y buenas noches. Ahora desaparece, Noah por favor. _ Le supliqué. _ Si te ven aquí, vamos a tener problemas _ Está bien, está bien ya me voy. Duerme bien polilla. _ Entonces lo miré ofendida y lo tomé del brazo antes de que pudiera levantarse _ Espera. ¿Qué significa eso de polilla? _ Le pregunté. Fue también la primera vez que comenzó a decirme así. Tuve que Sonreír al recordar lo que me dijo, mientras tomaba la mano con la que lo detuve y dándome en beso en ella me dijo. _ Porque siempre estás entre libros. Soltó mi mano y tomó el libro que él había quitado de mi pecho, porque me había quedado dormida. _ Duerme bien mi polilla. Nos vemos mañana. _ Y se fue, dejándome con el sabor más dulce que pude sentir en mi corazón, creyendo que esas cosas no las hacía un amigo normal. Que tal vez Noah, estaba enamorado de mí. También reviví el día que llegó corriendo a contarme muy feliz, que al fin Caroline le había dado el sí, y que ahora tenían una relación. La chica más guapa de la preparatoria ahora es mi novia. Como me dijo mirándome a los ojos. _ Pues me alegra por ti, Noah.! ¡Qué la disfrutes! Le regalé una sonrisa molesta y me fui a mi dormitorio. Una hora después, estaba leyendo en mi habitación y una compañera de cuarto me avisa que Noah estaba en la puerta preguntando por mí. Así que salí a ver que quería, porque hacía poco habíamos comido juntos y me despedí diciéndole que me retiraba a dormir. Estaba recostado a la pared de la entrada de mi habitación, mirando en otra dirección. Se vuelve al sentir que estaba cerca y me sonríe. _Oye polilla, ¿qué hacías? _ Me pregunta muy alegre cuando me vio. Levanté un hombro, indicándole que para qué preguntaba si él lo sabía. _ Ya. Leyendo. Como siempre. _ Me dice alzando los ojos dejándolos en blanco, lo que significaba que yo era muy aburrida, porque hacía siempre lo mismo. _ Qué pasa? ¿Por qué vienes? ¿Tan pronto te aburriste de tu nueva novia, la chica más guapa de la prepa? _ le pregunté irónicamente. Mira ladeando la cabeza entre cerrando un ojo y levantando una ceja. _ Estás celosa Em? _ me pregunta con una sonrisa demasiado amplía para mi gusto. Y cómo me sentí descubierta, preferí ignorarlo. _ No fastidies Noah, y dime por fin a qué has venido. _ Entonces su semblante se pone serio. Su mirada… cuando me miraba así... yo... veía que me decía que me amaba con esas miradas, pero que no se atrevía a decírmelo. _ Nada, que me voy a dormir. Y no Quería irme a dormir sin verte antes. Ya sabes _ me dijo mirándome como si yo fuera su amada. Como si quisiera besarme en aquel momento. Entonces salió de detrás de mí, su nueva conquista. La chica más linda de toda la prepa, como decía él. Sí las miradas mataran, él no hubiese hecho el cuento al otro día. Porque lo miré como si lo tuviera cogido por el cuello. _ Buenas noches entonces Noah. _ le dije irónicamente. _ Deseo que no puedas dormir. Qué tengas pesadillas viéndome con mis manos en tu cuello. Que te caigas de la cama y te partas un brazo… era lo que quería gritarle. Pero le dije con una sonrisa falsa: _ qué duermas bieeeen.! ¡Hasta mañaaaana! _ . Cuando vi que ella apareció y le dio un beso. Pero cuando me doy la vuelta para irme, siento que me toma del brazo y me da un beso suave en la mejilla. Seguido me susurra al oído. _ Qué duermas bien polillita. ¿No leas tanto y procura dormir temprano, quieres? _ me suelta el brazo porque ella se para al lado de él. _ Nos vemos mañana. _ me dijo. Yo la miro a ella apenada y confundida. veo que todo estaba bien y me fui. El como siempre lo hacía esperó hasta que entré y cerré la puerta. Sí. Porque Siempre hacía eso Noah. Esperaba hasta que yo entraba y cerraba la puerta. Cuando lo descubrí, yo esperaba unos segundos adentro y abría un poquito para verificar, y ahí estaba todavía. Entonces cerraba rápido para que él no me viera. Pero me descubrió. _ A dormir. _ Me decía después que me descubrió, y se reía. Yo cerraba rápido y me iba a la cama convencida de que un día me lo diría, que me amaba. Pero ahora sé que no era así. Me decía muchas veces que era como una hermana par él. Pero me lo decía con aquella mirada, que parecía decir, completamente lo contario. Esos eran sus sentimientos. De hermano, de amigo. Yo fui quien confundió las cosas. Oh, Emily, oh. Anni tiene toda la razón. Tienes que dejar de vivir esa fantasía. Concéntrate en… Ensimismada en mis pensamientos ni siquiera recordaba que había salido a escondidas y que debía regresar por el mismo lugar por donde salí. El ruido demasiado molesto de las carcajadas de mujeres, tan cerca, que escuché, me devolvió a la actualidad. Cuando me di cuenta, ya estaba al frente de la casa. Todos me observaban atentamente. Los miré yo también a todos y ahí frente a mí, a una distancia de unos pocos pasos, estaba Fabio. Fabio, el italiano. Me dije a mi misma. Volví a escuchar la voz de Anni mi amiga: Corre a casa amiga corre. Ve con ese italiano y vive lo que te ofrece... ¿qué no ves lo que está haciendo por ti? El me miró y pude ver dolor, tristeza y decepción en su mirada. Me asusté mucho, porque me descubrió. Me fui a escondidas de él. ¿Y si se va ahora? Es cierto que lo que ha hecho por estar conmigo es…es .... porque me quiere? De pronto caí en cuenta. Si no me quisiera, se habría ido. Y entonces entendí las palabras de mi amiga. Mi corazón se alegró y fui corriendo hasta él. Lo abracé y pude sentir los agitados latidos de su corazón. Sabía que debía estar enojado conmigo, pero, escuchar el palpitar en su pecho, calmó la tristeza del mio. aunque él no me abrazó, me sentí bien allí. Cada palpito me hacía sentir bienvenida, acogida, amada, protegida, consolada y hasta descanso. Toda tristeza se fue de repente. Y me dije a mí misma, que no lo dejaría ir. Si se va, me iré con él. Seré yo quien suplique ahora si tengo que hacerlo. Pero no dejaré ir esta oportunidad. Después de todo, no es que sea indiferente para mí. El hombre me gustaba muchísimo. Así que no lo dejaría sin hacer resistencia, en caso de que ya haya perdido mi oportunidad. Y aunque mi Fabio se mostró duro y orgulloso, sabía lo que me había dicho su corazón tras cada latido que escuché. Mucho más cuando lo miré. Los ojos son el reflejo del alma. Así que sus ojos me decían lo que su boca no quería expresar.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD