_ Un diario? _ Dije sin poder creerlo. Tuve que reír por lo gracioso e inadecuado que me pareció. Y es que:
_ quién escribe un diario en estos tiempos? _ dije hablando solo todavía. Y como sé que no se debe leer un diario de otra persona, lo dejé sobre la mesita de noche, para no olvidar dejarlo en la recepción con una nota para que Luis se lo entregara. Volví a mirarlo y sacudí mi cabeza todavía incrédulo.
_ Sin dudas no se parece a ninguna. _
Decidido a irme como estaba planeado, recogí todas mis cosas. Preparé mi maleta y la cerré. Me senté en la cama para tratar de encontrar el equilibrio que no lograba tener entre mis razonamientos y los sentimientos que me invadían a la vez. No dejaba de pensar en ella. Recordaba cada momento y sentía como se oprimía mi corazón de pensar que no l
