A tiempo completo

1296 Words
Fabio Mis padres me contaban que decidieron mutuamente, después que yo nací, tener un solo hijo. Para poder ocuparse de sus negocios. Según decían. Estaban convencidos de que, más de uno sería un problema, y en verdad eran personas comprometidas con sus decisiones y sus metas. Virtud que me heredaron por supuesto. A pesar de que yo no estaba de acuerdo con esa decisión, nunca tuve derecho a opinar al respecto. Quería tener hermanos. Y, sobre todo, porque volcaban toda su atención solo en mí. Me transmitieron todo su conocimiento y aprendí de ellos. No fui un malcriado, aunque tenía todo para serlo. Ellos no me dejaron, porque la esperanza de que el legado de cada uno de ellos siguiera, era por supuesto: yo. Y aunque vivía mi vida como yo deseaba y no permitía que ellos interfieran, siempre intentaban controlarme. Mi padre, un hombre de negocios, duro y de mucho carácter, era un poco más comprensivo y tolerante conmigo. Pero fanático de su mujer. A la que amó y le fue fiel incondicionalmente desde que la conoció. Siempre me decía que, uno de los secretos para mantener el éxito, era concentrase en una sola mujer. Respetarla y amarla. Que la promiscuidad, atraía a la ruina. Y ella que conocía el poder que ejercía en él, lo aprovechaba, y muy bien. No solo había heredado de ellos el fruto de sus negocios y riquezas, sus inteligencias y carismas para los negocios. Mi madre era una mujer hermosa, descendiente de una familia de prominentes. Toda su vida se movía desde que nació en el ámbito del entretenimiento. Ella se había decido por la moda. Fue modelo y diseñadora. Y era de esperar que su único hijo, terminara casado con una del mismo ámbito. No me interesaba el mundo del entretenimiento, así que me dediqué a los negocios de mi padre. Mi padre era también de muy buen porte físico. Su padre y su abuelo se habían dedicado al negocio del petróleo. Y aunque contaban con una muy buena fortuna para cuando mi padre heredó, él hizo crecer el triple ese capital invirtiéndolo en lo que lo apasiona: bancos. Sin abandonar el negocio familiar. Su formación en los mejores colegios suizos lo llevaron a hacer una investigación del fuerte del país neutro y se apasionó con ello, de modo que comenzó en ese negocio. Pero también invirtió en la tecnología. Y, por si fuera poco, en centros de recreación balnearios. Todo eso me heredaron y también sus genes de belleza. No tenía problemas con las mujeres. También mi padre tenía en mente que terminaría con una de las hijas de sus amigos magnates. Sí me metí entre las piernas de unas cuantas, de ellas, es cierto. Pero fue solo después de mi primera decepción con las mujeres. Mi primera experiencia con el amor me convirtió en un depredador de ellas. Y tomé decisiones de las que me arrepentí, solo después que llegó Emily a mi vida. No sabía si catalogar como algo reconfortante este momento, después de lo que pasé la noche de anoche antes ir a recoger a mi esposa, y el hecho de sospechar que mi mujer probablemente se había acostado con otro hombre, y que, además, no era cualquier hombre para ella. Comenzaba a cuestionarme si estuvo mal que, por mi egoísmo, decidiera apartarla de él, antes de darle la oportunidad de elegir lo que ella quería. En aquel momento no me importó. La deseaba más que a ninguna antes y fue tal que hasta el día de hoy, estoy seguro de que volvería a hacerlo todo otra vez. Pero tal vez y no tuviera que pasar por lo que está pasando ahora. Se que no será fácil. Ella es todavía joven y llena de vida. Y yo no tenía derecho de impedirle seguir viviendo, por el hecho de que yo, no pueda seguir haciéndolo. El caso es que estamos compartiendo como siempre lo hemos hecho desde que estamos juntos. Recordando aquellos momentos que ahora nos hacen reír, y es que aquella vez que me enojé muchísimo con ella porque se fue a escondidas… _ Voy a esperarte en la habitación. Se que vendrás. _ Me dijo en medio de lo que parecía una discusión entre los dos, y se fue. Unos segundos después de dejarme allí pensando en cómo hacer lo contrario de lo que decía mi corazón, una de sus vecinas que, estaba cerca y vio todo el show, se acercó a mí, después de cerciorarse de que Emily ya estaba adentro y que nadie le prestaba atención. _ Ella está enamorada de otro. No seas tonto. _ Me dijo y se alejó otra vez, dejándome más enojado aún. Pero yo había husmeado en su diario. Sabía que estaba enamorada de otro. Eso no era nuevo para mí. Me enfurecí a pesar de que lo sabía, al oír que aquella mujer me lo dijo. ¿Entonces todos allí lo sabían? ¿Es que estaba haciendo el tonto acaso yo ahí? Es este el momento en el que tengo que abandonar y alejarme de toda esta gente y de todo este mundo tan diferente al que estaba acostumbrado.? La recordé entrando aquella noche al club, cuando la vi por primera vez. Pensé en hacerla mia como a todas las demás. Pero ella pasó su mirada y no la fijó en mí. Pensé que no me había visto. Y entonces hice todo para que me viera. Aun así, se comportó ausente ante mi presencia. Se convirtió en un reto hasta que comencé a invitarla a salir. Cada día me gustaba más la chiquita. Pensaba en la diferencia de edad y la descartaba inmediatamente para no tener que abandonar por ética. Entonces nos besamos por primera vez. Vi su hermosa cara asombrada y sus ojos desorbitados, cuando tuvo su primer orgasmo. Nos vi enredados una y otra vez, amándonos como si fuera yo a quien amaba. Era mi nombre el que susurraba cuando explotaba de placer. Eran mis ojos los que miraba mientras me suplicaba por más y más. El ardor en la boca de mi estómago, el sentimiento de reducción en mi corazón por el miedo de no volver a verla, de no ser quien desatara toda esa pasión que había en ella, de que no sea mi nombre el que grite en medio de su pasión, me hizo detenerme. La vi también unos minutos atrás pidiéndome perdón y diciéndome que no me fuera. Me estaba esperando a dentro ahora mismo. Y lo decidí. No me importa si lo vio o no. Si está enamorada de otro, yo puedo hacer que lo olvide. No quiero renunciar a ella. No todavía. Y lo decidí allí. Seguiré mi plan. Y fue perfecto. Le hice creer que me iba, que la estaba dejando. Me pidió perdón y me rogó delante de todos que no la dejara. Lo cual no estaba en mis planes, pero me pareció perfecto que sucediera de esa forma, para quitar dudas de la mente de esa mujer y todos allí presente. Agradecí realmente a ese ser divino que, a escondidas de mí, estaba haciendo que las cosas encajaran; que hasta aquella canción que sonaba cuando bailamos por primera vez vino a ser parte de ese momento. No podía ser mejor. Aquella canción, pasó a ser nuestra canción. Y qué decir de lo que sucedió después. Hasta la policía nos sorprendió, teniendo sexo en el auto estacionado en la oscuridad a la orilla de la carretera. Nunca estuve más seguro de querer ejecutar la segunda parte de mi plan, después de esa noche. Después de esa noche, estaba más que convencido, de que iba a tomar la mejor decisión, porque ya no podría prescindir de mi chiquita. La quería en mi vida a tiempo completo.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD