El hombre es guapo.

1320 Words
_ Escucha… yo… primeramente quiero disculparme contigo. Es cierto que no he sido amable. Y la verdad es que nunca me ha interesado realmente la opinión de los demás. Pero… _ No puedo verle a los ojos, así que desvío mi mirada a otra parte. _ no creo que será bueno que nos conozcamos. _ El también aparta su mirada, asintiendo con movimientos repetitivos de la cabeza. Muerde su labio inferior y da un suave golpe en la tierra con el pie, como si estuviera pateando una pelota o así. _ Está bien. Será como tú digas. - Dijo _ Entonces me voy. No quiero hacerte perder más tiempo. _ Yo asiento también con la cabeza. Estaba segura en ese momento, de que eso era lo mejor. No creía en la suerte. Este hombre solo quería una aventura y yo no tenía el valor para soportar que me desprecie cuando yo ya no le sirva y le guste otra, como hizo con la rubia de piernas y cuello largos. _ Ciao Chiquita. _ se despide. _ Adiós. _ Seguía allí todavía, parado, mirándome. _ Gracias… por...todo. _ Le dije _ A ti, por ser sincera conmigo. _ Yo perturbada y sin saber que decir _ Ah... ok… ya… me voy. Adiós. _ y me salgo caminando a casa. Antes de entrar por la puerta miro hacia atrás y lo veo aún allí, parado y mirándome. Todavía con las manos en los bolsillos y parado recto y elegante. Agacha la mirada y se da vuelta. Lo veo como llega al auto con el que andaba, se sube y se va, sin volver a mirar atrás. Sentí como un vacío dentro de mí. Un extraño sentimiento de desasosiego se apodera de mí, dejando paso al miedo. ¿Miedo a qué? Me pregunte. Tal vez de haber perdido una oportunidad como dice Luis. ¡Ay, Emily! ¿Cómo puedes ser tan idiota? _ Me decía a mí misma. Si despreció a esa rubia de piernas y cuello largos, cuánto más a ti, que ni siquiera pasas de 1,60m.!? ¡Olvídalo! No estás para hacer el ridículo. Me decía todo eso. Pero en el fondo de mi corazón, algo me decía, que al menos me hubiera dado el lujo de haberme llevado a la cama, aunque sea por una vez a ese hombre tan guapo. Recuerdo que la duda me aumentó, cuando mi madre viene hacía mí y me dice muy descaradamente. _ El hombre es guapo. Y se ve que le gustas. Dime que no lo rechazaste. _ Mi teléfono suena, sacándome de mis recuerdos. Y me sorprendo cuando veo la pantalla y refleja incandescente el nombre de “Mi amor”, solicitando una video llamada. El remordimiento aumenta al doble y me debato en medio de la indecisión de responder o de no hacerlo. Al final, me decido por hacerlo, al ver que insistía. Me levanto rápido de la cama tratando de verme calmada. _ Hola amor_ Le digo cuando lo veo aparecer en la pantalla. _ Hola chiquita. Tutto a posto? _ Me pregunta Fabio, con esa hermosa y seductora sonrisa a la que los años no habían podido quitarle el encanto. _ Sí amor. Todo en orden. Ya estoy terminando de arreglar todo. Y tú, ¿cómo estás? _ Mi manchi tanto. _ Aquellas palabras comprimieron mi corazón. Su mirada se torna un tanto triste y su sonrisa parecía irónica. Me sentía descubierta, y eso me hizo sentir culpable. No sabía qué responder. Pero sabía que tenía que decir Algo. Analicé por un breve momento en mi corazón y sí, no era mentira lo que iba a decir: _También te extraño amor. _ Hubo una pequeña pausa, en la que esperé que él dijera algo y, hasta tal vez él esperaba lo mismo de mí. Pensé por el modo como me miraba. _ Pero mañana estaremos juntos otra vez. Faltan solo unas pocas horas. _ seguí hablando para aligerar la tensión que yo misma me había creado, por causa de mis lujuriosos pensamientos hacia otro hombre que no era mi esposo. La culpa me hacía creer que, aunque estábamos lejos y solo era una video llamada, que Fabio podía leer en mis pensamientos. Así que para cuando terminamos nuestra video llamada, yo ya había decidido, recoger todas las cosas e irme al hotel del aeropuerto, sin decir nada a nadie. Noah Ya estábamos casi todos lo que habíamos acordado encontrarnos en mi casa para la barbacoa. Volví a mirar entre todos, queriendo ver que faltaban más de una persona. Pero por más que seguía insistiendo estaba seguro de que la única que no había llegado aún, era ella. Miré otra vez el reloj de pulsera en mi mano y pensé que todavía quedaba tiempo. Estábamos todos en el jardín de mi casa. La había comprado ya hecha, pero le hice algunas remodelaciones que me parecieron necesarias, y algunas estéticas, para armonizar el ambiente y porque me gustaban, además. Entre ellas el jardín que es bastante amplio. En medio y a unos 5 metros de la casa mandé a construir una hermosa fuente con una estatua de un delfín grande en el medio y varios delfines más pequeños, ordenados por hileras y en orden de tamaño al rededor del grande, todos derramando agua. Una hermosa terraza de madera cubierta con enredaderas llenas de flores según la temporada para relajarse leyendo, conversando, y hasta para hacer una pequeña descarga. Viviana había organizado la barbacoa un poco más apartada de todo esto. Quedando Debajo de la sombra de los árboles. Había puesto varias sillas y mesas de picnic y también mantas y almohadas en el suelo, para los que desearan sentarse en ellos. Desde esa ubicación podía ver perfectamente si se acercaba alguien. Volví a mirar hacia la calle. Y la desilusión me invadió. Tenía que llamarla. Estaba seguro de que vendría. Maldita sea.! Pensé. Confié en que vendría. Por eso no respondí sus llamadas ni sus mensajes. Querías castigarla Noah, esa era tu intención. Pero te salió mal. Maldición.! Y ahora qué vas a hacer.? No puedes salir corriendo a buscarla con toda esta gente aquí. _ Oye Emily se fue? _ Me saca de mis pensamientos mi amigo Rey_ Ella dijo que iba a venir hoy. _ Bueno eso dijo. Pero ya ves que no ha llagado. Creo que se iba mañana. Es todo lo que se. _ Le dije _ Puedes quedarte un momento atendiendo esta carne. Voy a ir adentro y regreso rápido. _ Ok. Dale. _ Entré a mi cuarto, cogí el teléfono. No tenía nada de ella más que los mensajes que había enviado el viernes. Ayer sábado estuve todo el día con mi hijo y Viviana. No dudé para marcar su número, pero no recibí respuesta alguna. Le dejé un mensaje. _ Espero que no hallas olvidado lo de la barbacoa. Té estamos esperando. Esperé para ver si respondía, pero después de unos minutos decidí no seguir esperando. Entonces me eché el teléfono en el bolsillo del pantalón y salí a atender a mis invitados. Todos estaban muy felices. Comieron y bebieron tanto como desearon. Yo traté de disimular mi frustración tanto como pude, al ver que ella no llegó y ni siquiera escribió o llamó. Maquiné todo el tiempo en mi cabeza un plan para salir apenas que todos se marcharan. Necesitaba ir a verla. _ Oye Rey, necesito que me ayudes para poder salir. _ Me acerqué a mi amigo, antes de que se fuera. _ _ Qué pasa Noah.? Has estado entretenido todo el tiempo. Casi ni comiste. ¿Se trata de Emily verdad? _ Me sorprendí cuando me lo dijo, porque en verdad me esforcé para que no lo notaran, pero evidentemente para él había sido obvio. Me sentí un poco incomodo y frustrado. Miré a mi alrededor, queriendo descifrar algún indicio, de si los demás también lo habían notado.
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