Samantha Landers El timbre sonó, anunciando la culminación de la jornada escolar. Comencé a recoger mis cosas mientras Sofí me contaba acerca de su viaje. Yo había decidido pasar mis vacaciones con Cami, así que no tenía nada importante para comentar. - ¡Fue fantástico!, en serio. Tenemos que ir juntas algún día. - ¡Oh!, no sé –le sonreí-, no se me da bien eso de caminar entre momias. Había lanzado una carcajada que se vio interrumpida por la presencia de Camila. Nunca logré comprender a qué se debía tanto miedo, aunque ella le llamaba “respeto”. Cami la saludó con la mano y se inclinó hacia mí. - ¿Qué harás hoy? - Tengo práctica en el club, ¿y tú? - Nada, quería ver si hacíamos algo juntas pero en ese caso mejor voy a casa a estudiar. No quiero que me pillen los exámenes y mole

