23. Una nueva lección para Marianne. Un mes después. Cada noche, desde que no viene mi maestra Sofía a verme a mi dormitorio, me quedo viendo las voluptuosas mujeres que salen en las revistas Playboy, como hice anoche, y ahora llevo el sueño atrasado. Después de las clases noto que mi gemela se ve decaída, comienza a quejarse de cansancio y está muy sensible, llora por cualquier motivo. Intento consolarla, hasta que pienso que lo mejor que puedo hacer era follarla. —Vamos a dar un paseo, te sentirás mejor. Entramos en el depósito de nuestro padre y en seguida paso a la acción. —Hoy no quiero, Henry —me rechaza. —Vamos, Lucy, tú siempre me pides, tal vez te ayude a sentirte mejor. —Pero no sé, creo que se me adelantará la regla este mes. —Por eso, si se te adelanta, pasaré muchos dí

