+LILIANE+
La estúpida persona que apareció a interrumpirnos… lo arruinó todo.
Mathis se hizo atrás como si lo hubieran jalado por un hilo invisible. Su cuerpo se tensó, sus ojos se nublaron y su respiración se volvió un soplo seco y roto.
—Me tengo que ir… —dijo con la voz ronca, los labios aún hinchados por el beso que nos habíamos dado—. Liliane… no te cases. No lo hagas.
Me incorporé de golpe, sin importarme estar desnuda, ni el cabello revuelto, ni el rubor evidente que aún tenía en la piel. Lo vi darse la vuelta y marcharse como un maldito cobarde que suelta una bomba y luego se esconde entre los escombros.
—¡Mathis! —quise gritarle, detenerlo, agarrarlo del cuello de la camisa y zarandearlo—. ¡No me dejes así!
Pero lo hizo.
Se fue.
Y me dejó más caliente que la superficie del
