Capitulo 2

2236 Words
Mire con detenimiento sentada en el borde de cama, lo limpio y ordenado que está todo, creo que está hasta mejor que mi cuarto. El castaño me mira con una sonrisa que promete muchas cosas, se cruza brazos y puede que vea como se le marcan las venas solo por ese movimiento… de repente hace calor aquí. Solo necesitaba esto para caer en cuenta el poder que tiene mi amigo en las mujeres. Antes no me había planteado verlo desde este punto de vista, ahora que lo hago me resulta bastante atractivo y peligroso. —¿Juguemos princesa? —Suelta después de un rato en silencio. Lo detallo de nuevo con los ojos entre cerrados, analizando su propuesta. —¿Qué quieres jugar Daddy? —Respondí con una sonrisa burlona. —Desnúdate —Su tono es demandante. Odio que me manden. —Pe... —No me dejo terminar de hablar, cuando ya se había acercado lo suficiente para no tener espacio entre los dos. Bruscamente, me da la vuelta y siento su mano impactar en mi trasero, jadeo por lo fuerte que fue aun así me gusto y envió una corriente a mi cuerpo de puro éxtasis, no conocía está parte de mi. —Regla numero 3: no te opongas a lo que yo te haga —Susurra demandante en mi oído, todavía no me se las reglas y no creo que las aprenda rápido. Me levanto de mala gana y lo escucho sonreír. Imbécil. —Si, Daddy —Respondo después de un rato… Comienzo a quitarme la ropa poco a poco y la tiro a un lado de la cama, quedando semi desnuda con solo unos pequeños pedazos de telas de encaje muy transparente cubriéndome. Mi nerviosismo aumento cuando no escucho que el castaño habla, por eso con mis mejillas sonrojadas levanto la mirada y me encuentro al castaño recorriendo mi cuerpo de pies a cabeza, a pesar de que no era la primera vez que mi amigo me veía así, pero esta vez es diferente porque ese simple gesto me pareció súper satisfactorio. —Que obediente princesa. Sólo te faltaba una nalgada —Dice levantándose y yo ruedo los ojos. Comienza a rodearme como lo hace un animal a su presa, con eso aumento mi nerviosismo. —¿Qué jugaremos? —Pregunto con curiosidad. Meto un mechón de mi cabello detrás de mi oreja y él no se pierde ese detalle. —The Colors —Hago una mueca de confusión. El castaño sonríe maliciosamente. —¿Cómo se juega? —Respondo aún confundida. —Sabia que lo preguntarías —Dice riéndose — Se juega, de la siguiente manera: yo te marcare algunas partes de tu cuerpo con colores diferentes, tú me dirás un color y si aciertas yo lo tocaré o inclusive puedo probar —Responde con un toque de picardía en su voz. —¿Y si digo un color que no es? —Habrá un castigo —Chasqueo la lengua, me va gustando esta parte demandante de Tae. —¿Qué clase de castigo? —Respondo, el saca de su bolsillo trasero una venda. Me toma las manos para atar mis muñecas, me dirige al espaldar de la cama y ahí, me ata a la cama. Después, tapa mis ojos dejándome a ciegas, solo escucho sus pasos en la habitación. De repente, siento algo frío en mi cuerpo y me sobresalto. —¿Qué haces? —Preguntó en un susurro débil. —Marcándote. Me limitó a guardar silencio, no tengo nada que decir. Me siento ansiosa por estar amarrada en la cama. Tengo los nervios a flor de piel. —Empezamos, ¿dime un color? —Duró varios segundos pensando un color para no equivocarme, no quiero un castigo. Tae es bastante predecible, así que sólo tengo opción de los colores básicos. —Rosado —Susurro, siento la presencia de Tae más cerca. —Lindo lugar para empezar —Sus dedos tocan mi vientre haciendo movimientos circulares en él, sólo por eso me estremezco un poco. Siento su aliento cerca de mi vientre, jadeo. Me remuevo cuando empieza a dar pequeños besos húmedos en esa zona su lengua pasa por mi estómago, mi piel se erizara por el contacto, de un momento a otro se detiene y yo quede con mi respiración entre cortada. —¿Por qué te detienes? —Protestó, con la respiración agitada. —Tranquila princesa, ¿otro color? —Azul —Poco a poco su respiración pesada chocó con mi cuello y sentí que mi cuerpo se erizaba por ese pequeño contacto. Hace lo mismo que en mi vientre pero esta vez ya mis jadeos eran más fuertes, duro unos minutos así, hasta que se detuvo y corto el momento. —¿Todavía no cumplo con tus expectativas? —Su tono burlón, no me pasa desapercibido, recordé lo que le dije en la mañana. —No todavía nada, sabes me encantaría hacer lo mismo contigo, ¿me dejas? Te aseguro que a mi me quedaría mejor —Necesito tocarlo. Estar atada me incómoda. —Ya veras como las cumplo. Además te dejaría pero para eso tendría que soltarte y no te daré el gusto. ¿Princesa, menciona otro color? —Bufo y pienso otro color. —Verde. —Color equivocado —Siento que me desata las muñecas, no me da tiempo pensar y soy volteada bruscamente. Estoy con mi trasero empinado, sintiendo una parte de él que está algo emocionado, me frotó en busca de más contacto y siento que se aleja. Solo soy consiente de mi cuando jala de mis cabellos algo fuerte, lo próximo es que su mano impacta con mi trasero dándome una nalgada logrando que un quejido saliera de mi. Cuatros nalgadas después siento mi trasero arder, aun así no hay dolor, solo húmeda. ¿En que momento me volví este ser lujurioso y sin vergüenza? —Por favor, quiero mas —Sin pensarlo tanto, solo lo dije con mi respiración súper pesada, deseosa de más. Aun así, mis suplicas no son escuchadas y siento como soy atada de nuevo a la a barandilla de la cama. —Te gusta que te castiguen, me encanta. Todavía falta más. ¿Otro color? —Su voz ronca me hace estremecer, su aliento choca cerca de mis labios. —Amarillo —Logró decir al final. —Estaba esperando que dijeras ese color, desde hace rato. Levanta mi brasier, dejando mis senos en el aire y mis senos se endurecen más. Se lo que viene y lo quiero con ansia. De repente, siento la necesidad que me toque, que me haga suya de una vez. Yo no soy así. Con una de sus manos acaricio uno de mis senos y con su boca agarró el otro, dejándome salir un jadeo. Sus manos tocan mis senos y aun así no los cubre todos. —Son perfectos para mi… —Susurra… Emito un gemido cuando su boca chupa uno de mis senos y me toca él otro. Todo sube más de tono cuando me muerde, la piel se me eriza ante ese toque. Varios minutos pasan y le da atención a mi otro seno, soy consciente de todas las sensaciones que él causa en mi. Se detiene, dejándome frustrada porqué quería más. —¿Te gusta hacerme sufrir verdad? —Protestó en un susurro apenas audible. —Si… es tu castigo. —¿Por qué? —Me dijiste que no cumplo tus expectativas, ¿Ahora si lo hago? —Sonrió. —Todavía no lo haces, falta un trecho largo, daddy. —Respondo con un tono seductor. Escucho su estridente carcajada y sonrió también. —Ya veremos, princesa. ¿Otro color princesa? —Déjame pensarlo... Bueno, el rojo Daddy — Soy besada por una boca experta, que quiere todo de mi. Su lengua busca la mía en un tacto desesperado y yo, le correspondo como se debe. Muerdo su labio inferior y escuchó su jadeo. »Quiero verte, daddy. Por favor. —Pido, con desespero. Quiero verlo… deseo hacerlo. Me quita la venda de los ojos y me acostumbro a la luz. Lo primero que veo son sus ojos, con un brillo especial que no se identificar. —¿Mejor? —Asiento. —¿Y no me vas a soltar las muñecas? —Niega sonriendo. —Por favor… Quiero tocarte. —No, princesa. —Hay duda en su voz, y se que esa es mi señal para insistir un poco más. —Daddy… También quiero tocarte y poder gemirte en el oído —Suelta un suspiro, dudándolo todavía. —Eres tramposa —Le sonrió. —Por favor… —Cuando me va a desatar las muñecas sonrió con suficiencia.. —Siempre haces que haga lo que digas. —Tengo encanto. —Antes que hable lo atraigo hacia mi y lo beso como es. Enredo mis manos en su cabello e introduzco mi lengua en su boca, se sorprende al momento pero me sigue con la misma ímpetu y ansias. —Yo… —Me mira con tanta intensidad cuando se separa en busca de aire y yo deseo seguir hasta el final —Te queda un solo color, elige. —No lo pienso mucho. —El n***o, uno de mis favoritos.—Me sonríe con malicia. —Lo se, por eso acertaste —Quita mi ropa interior con mucha lentitud que me parece estresante. »Abre más las piernas. —Mis mejillas se me sonrojan a más no poder. Abro las piernas totalmente avergonzada. Nunca me imagine así delante de mi mejor amigo. Su mirada no se despega de mi centro, pareciera embobado. Me acaricia de arriba hacia abajo y sus dedos resbalan por tanta húmeda. Verlo así me parece tan hipnótico y apetecible. —Tae… —Suplico, sus caricias me están afectando mucho más. —Húmeda, deseosa y solo para mi —Susurra tan su voz tan ronca, que me excita más. Sale de su embobamiento y se recuesta a mi lado, boca arriba me pierdo un momento porque la frustración puede más. —¿Es en serio? —Me mira y me sonríe. —Pon tú apetecible dulce en mi boca —Abro mi boca algo sorprendida y mis mejillas no pueden estar más sonrojadas. Escucharlo hablar así me resulta excitante —Ven. Hago lo que me pide y mis piernas quedan a cada lado de su cara, mientras que mi palpitante centro en su boca. Me apoyo en el barandal de la cama para que tenga más acceso a mi. Lo observo desde arriba y me sonríe, antes de comerme como es. Su boca choca en mi centro haciendo que me estremezca. Su lengua traza círculos en mi clítoris dándome lo que necesito desde el principio, unos de sus dedos entra en mí de manera lenta y tortuosa, gemidos salen de mí y un nudo se forma en mi vientre. Su manera de comerme el coño me encanta, con tanta ansías que me enloquece a tal punto que muchos gemidos salen de mi. Me remuevo en busca de más, moviéndome de arriba hacia abajo y otro dedo entra en mi. Tae me sostiene con su otra mano para que me quede quieta, no se si buscó quitarme o quiero más, todo es demasiado intenso para mi. Su lengua y sus movimiento son más rápido y siento que me falta muy poco para estallar en un orgasmo, que tanto necesito. Toco mis senos, en busca de más y siento una mirada intensa sobre mi, se muy bien que es la de él. Tae saca sus dedos de mi y no me deja protestar cuando su lengua toma su lugar moviéndose demasiado rápido para mi bien y me enciendo más al escuchar los sonidos obscenos que hace. Me frota con sus dedos en mi punto sensible y es lo que necesitaba para estallar. Me estremezco por la corriente que arrasa con mi cuerpo, gimo fuerte y trató de cerrar mis piernas y me lo impide porque su cabeza está entre ellas. Su boca todavía sigue en mi centro tomando todo de mi orgasmo y yo todavía siento espasmos en todo mi cuerpo. —¿Co-Como hiciste eso? —Recuperándome un poco, me atrevo a hablar, todavía con mi respiración entre cortada y mi voz ronca. Me quitó de encima y me siento en toda la esquina. Se sienta quedando enfrente de mi, mirándome y sonriendo con suficiencia. —Puedo lograr eso y más princesa —Jadeo al verlo chupar los dedos que estaban dentro de mi. Demonios… eso fue excitante. —Deliciosa —Me sonrojo otra vez. Se acerca hasta que queda muy cerca de mi. Lo tomo por el cuello y lo beso sintiendo mi sabor en su boca. Profundizó el beso y comienzo a levantar su camisa lentamente para quitarla, pero su teléfono suena sacándonos de nuestra burbuja. El no le presta atención y me sigue besando, pero vuelve a sonar. —Demonios. —Se baja de la cama y busca su teléfono. —Contesta —Asiente. —Es mi abuela, le voy a regresar la llamada. »Nona, ¿Qué sucedió? — Su rostro cambio totalmente, palideció —Ok ya voy para allá. Arreglo su ropa, mientras yo me vestí, súper rápido. Salió de la habitación dejándome ahí, a medio vestir. Le gritó para que me esperé. —Hey espérame, yo voy contigo —El volteó y asintió.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD