ENCUENTRO CON SATANÁS

TOMY. 30 de Septiembre 2021. No veo nada, ni una sola señal de luz, la obscuridad me abraza .Parpadeo para verificar que tengo los ojos abiertos. Muchas sensaciones comienzan a adueñarse de mi ser. Tristeza,soledad,desesperanza,miedo, angustia. Todas ellas hacen que mi cuerpo sienta una extrema sensación de desesperación .Algo inexplicable. Hace frío, mucho frío que parece llegar hasta la médula, como jamás he sentido en mi vida . Mi mandíbula comienza a temblar, los dientes chocan entre sí, sin poderlo controlar. Las orejas empiezan a adormecer al igual que los dedos de mis manos, pareciera que se van a caer a pedazos . No me atrevo a dar ni un solo paso, pues no se que hay delante de mi , no quiero despegar los brazos que están entrelazados apretando fuertemente mi pecho con la esperanza de recuperar un poco de calor. ¿En donde estoy?Me pregunto. Giro la cabeza en todas direcciones buscando si hay algo que pueda aclarar mi visión pero es inútil. Todo está completamente obscuro. Me armo de valor y doy un primer paso y mi pie está desnudo, como todo mi cuerpo. El frío no me había permitido sentir que en el piso hay agua, aproximadamente 5 centímetros de altura. Quizás estoy en las alcantarillas, ¿pero como es eso posible?, el olor debería ser insoportable y todo lo contrario mi nariz percibe un olor que es una mezcla de limpiador y jabón,extrañamente huele a limpio. Es insoportable caminar en estas condiciones pero sigo avanzando igual que un bebe cuando apenas da sus primeros pasos, temeroso de que pueda tropezar o resbalar. El aire se siente húmedo, como cuando llueve y el viento sopla. Incluso juraría que se siente una brisa pero igual de helada. Avanzo por un par de minutos que parecen horas sin ver absolutamente nada y no llego a ningún lado, no entiendo porque no he muerto de hipotermia con este frío invernal. No aguanto más, mi cuerpo no puede resistir más. Caigo de rodillas, como si hubiese caminado kilómetros y pido ayuda, lo grito con todas mis fuerzas. Con lágrimas a punto de salir de mis ojos.La desesperación e impotencia se ah hecho presente. Pienso en cómo diablos llegue hasta aquí, siento unas ganas inmensas de inhalar una línea de cocaína para tomar fuerza y seguir adelante. Pero no llevo nada encima. El llanto es inevitable, me acuesto sobre el piso frió en posición fetal mientras el agua me cubre un poco.Solo queda esperar que mi cuerpo colapse, sería un alivio para mi que muriera. Pero eso no sucede, ya perdí la noción del tiempo. No entiendo como no eh muerto o como no me eh congelado. Lo único que me quedaba por hacer era rezar en voz alta esperando que dios hiciera algo por mi a pesar de no ser creyente. Pero es en estos momentos cuando no sabes a quien acudir que recurres a algún ser divino. Esto me hizo recordar cuando mi madre nos hacía rezar antes de dormir para que no tuviésemos pesadillas, me pregunto si esto solo es un sueño, un sueño que parece tan real y del que no logro despertar. Perdí la cuenta de los padre nuestro que rece. —Dios mío ayúdame, llévame contigo. Por favor termina con este sufrimiento.— Grite con todas mis fuerzas. De pronto el ruido de una cerradura interrumpió mi rezo. Y como pude me incorporé.Al hacerlo sentí el cuerpo adolorido y los pies adormecidos de tanto tiempo que estuve en esa posición. Mire en todas las direcciones hasta que a unos 3 metros de distancia se habría una puerta y salió una inmensa luz, la cual me deslumbró y después de unos segundos mi vista se adaptó. Por la puerta salió un anciano decrépito y encorvado, con algo de obesidad con calvicie muy prominente.Aproximadamente media 1.50 de estatura, era bastante pequeño en comparación a mi que mido 1.85. —Anda pasa. Tus gritos y plegarias vacías me han despertado. —Grito aquel hombre con una voz grave y deteriorada por la avanzada edad. Camine hacía el con mucha inseguridad, pero no tenía opción. Era ir con el o seguir aquí en la nada. Se dio la vuelta y entró, yo lo seguí obediente y al entrar ya mi vista era más clara pude observar mejor aquel extraño sujeto. No podía confiarme pues no se cual sean sus intenciones. ¿Pero porque habrá dicho plegarias vacías?. Vestía una gabardina vieja color guinda, con una camisa blanca y percudida, pantalón n***o y zapatos algo gastados y sucios, si no me equivoco era lodo. —Ayúdeme señor, no se que hago aquí. Estoy muriendo de frío. — La desesperación me hizo pedir ayuda a un completo desconocido. Se dio la vuelta y ojalá no lo hubiera hecho, busqué sus ojos y al encontrarlos me llevé una terrible sorpresa, eran completamente negros. Me di la vuelta y corrí de nuevo hacia la nada, era preferible que ir con esa cosa. El respondió gritando con voz gruesa y tétrica: —¿Porque pides ayuda Tomy y te vas corriendo?. — Quede impactado por que ese anciano sabía mi nombre.Me detuve de golpe. —¿Que pasa? ¿Impresionado?, Eso no es nada.Espera a ver lo demás.Bienvenido Tomas Valdés. Seguido de una risa escalofriante. —Adelante pasa el jefe te está ESPERANDO.— —¿Cual jefe?. —Respondí. —El diablo o satanás, lucifer, luz bell, belial, Samael, la bestia o como le llaman en tu país "chamuco", es el que más me resulta gracioso.—Contesto. No sabía cómo reaccionar, extrañamente no sentí miedo, pensé que se trataba de una broma.Lo único en que podía pensar es en el terrible frío que aún tenía.El cual me paralizaba y a la vez ayudaba a que no hiciera alguna tontería.Me vi obligado a regresar a la entrada, si quisiera hacerme daño esa cosa, ya lo habría hecho. —Yo soy Astaroth, un placer sígueme.— Cambio completamente su voz a una amable. Se adentró en la luz de la puerta en la que salió y caminé hacia el. Al entrar vi un lugar inmenso, con paredes blancas y con muchos anaqueles plateados uno tras otro.Formando pasillos largos, parecido a una especie de bodega. En los anaqueles había cofres de tamaño mediano, había aproximadamente 20 cofres por anaquel. Eran de color rojo carmesí. Me acerqué para verlos más detalladamente, tenían una especie de inscripción en la tapa. Como pude enfoque la vista.Eran nombres completos de personas, que obviamente no conocía. Quise preguntar a quien pertenecían esos nombres.Pero me reservé. —No te acerques a esos cofres Tomy no querrás estar en alguno de ellos, sigue caminando. Se lo que te estás preguntando, adentro de los cofres hay almas.— Dijo Astaroth. Aún me cuesta creer todo lo que mis ojos están observando, acelere el paso para alcanzarlo. No lograba explicarme como un anciano con obesidad podía caminar tan rápido. Sin darme cuenta el frío había disminuido al entrar por la puerta, que aunque estaba desnudo ya podía tolerarlo. Lo seguí por al menos 5 minutos en los cuales solo había visto los mismos anaqueles y cofres, hasta que llegamos a una puerta de cristal deslizable como las que hay en centros comerciales, al pasar había una estancia con sillones grandes y lujosos forrados en piel color rojo carmesí. Exactamente el mismo tono que los cofres que contienen las almas. Si todo lo que dice ese sujeto es real, estoy en el infierno pero era algo que no quería asimilar, porque entonces ya estaría muerto. No me extrañaría que mi alma no esté el cielo pues soy un hombre que ah hecho cosas terribles. —Tomy siéntate por favor, espérame un segundo.—Dijo Astaroth. Obedecí . Y el se dirigió a otra puerta de color chocolate con molduras y una cerradura que parecía de oro. Toco la puerta con sus arrugadas y feas manos e ingresó. Mire a mi al rededor para no perderme cada detalle. Unas macetas color plateado, contenían unas hermosas flores de kadupul en color rojo, que hacían juego con los sillones. Las miré incrédulo ya que esas flores son de un valor incalculable, por que solo florecen una vez a medianoche y mueren en la noche del día siguiente. Siempre quise al menos una de ellas para mi despacho. Para ser exactos eran 8 macetas con esas hermosas kadupul una en cada lado de los cuatro sillones para 5 personas que había en la estancia. Eran lo único que le daba un poco de vida a la habitación. Ya que las paredes color blanco estaban desnudas , sin cuadros o retratos a excepción de la que estaba frente a mi. La cual tenía un cuadro enorme de la última cena de Leonardo da vinci, con un marco bañado en oro y con inscripciones en una lengua extraña que desconocía. Podía reconocer el oro a varios metros de distancia. Ese hecho me hizo preguntarme si supuesta mente el diablo me iba a recibir,¿porque tenía ese cuadro en la estancia?. Ya que retrata a Jesucristo en esa pintura,eso parecía algo descabellado.Busque algún reloj para ver la hora, no se por que razón pero quería saberla.Y no corrí con suerte. No había nada más en la habitación, salvo otra puerta doble de madera con unos dos metros de altura. Y tenía múltiples demonios grabados. Muero de curiosidad por saber que hay detrás de esa puerta. Tuve unos minutos para meditar y pensar, el motivo por el cual me encontraba ahí, quizás estoy muerto por alguna sobredosis de heroínas o cocaína y me encuentro en el infierno para pagar mis pecados. Esa idea me produce escalofríos pero fue lo primero que se me vino a la mente.Astaroth salió por la puerta que había entrado con una sonrisa en el rostro, interrumpiendo mis pensamientos deprimentes.Y se acercó. A una distancia razonable y tomo asiento en el mismo sillón que yo. —Tomy se que tienes muchas preguntas, tu solo te metiste en esto, lo siento mucho por ti.Como te darás cuenta estas en el infierno.Te queda de consuelo que no eres el primero, ni el último.—En fin. Pasa, Satanás te está esperando ansioso.— Satanás me invito pasar a su oficina indicándole a Astaroth que me diera una manta para cubrir mi desnudo cuerpo. Estaba de espaldas en una silla con el respaldo muy grande con forma de trono. —Adelante Tommy siéntate.— Dijo Satanás con una voz sumamente varonil. Obedecí, y giro su silla quedando de frente hacia mí, algo muy extraño me estaba pasando. Me encontraba sorprendido pues su rostro me resultaba familiar.Satanás era un humano y no un toro o una especie de humanoide con cuernos y cola como lo retratan un sin número de historias, películas y religiones.Era un señor de aproximadamente 30 años, muy bien parecido. Con cabello castaño que estaba perfectamente peinado hacia atrás. Sus cejas eran pobladas delicadamente alineadas como si las hubieran pintado con un pincel. No quería perderme cada detalle de su rostro que era hipnotizante de alguna manera que no tengo las palabras para explicar.La nariz afilada, los labios de grosor mediano.Como si unas dosis de botox hubieran dado más volumen al labio inferior.todos sus rasgos eran perfectos. Su piel estaba muy bien cuidada y no tenía ni una sola arruga,pero lo que más me causó temor y la vez asombro. Fueron sus ojos gris claro la pupila casi transparente que miraban fijamente clavándose en los míos sin parpadear. Portaba un traje color vino con camisa blanca y corbata azul a rayas blancas que hacían juego perfectamente con el color de su traje, un chaleco del mismo color del saco se asomaba por la solapa. No podía ver su altura por que estaba sentado en una silla enorme de color blanco con molduras doradas. Pero parecía ser un tipo alto. El escritorio era del mismo diseño que las sillas. En el no había papeles, plumas ni nada de lo que habría en el escritorio de una oficina en la vida real. Pero no me extrañaba ya que era la oficina del diablo. Las paredes y el techo eran de color hueso, en ellas se podían ver inscripciones en tono dorado en la parte superior . En un idioma que yo desconocía. A espaldas de la silla de Satanás, una pintura enorme del ángel caído adornaba la triste oficina.Una lámpara en forma de enredadera de oro puro alumbraba toda la oficina. Soy un fiel apreciador del arte, ya que todas las paredes de mi casa colgaban cuadros de pintores muy reconocidos y de muchos miles de pesos mexicanos. Admiraba la pintura extasiado.Hasta que interrumpió. —¿Te gusta el Arte verdad Tomy?. — —No soy un experto en las pinturas pero si me encantan y esa obra es muy popular. —Al ver a Luzbel, saliendo lágrimas de sus ojos. Te puedes llegar a conectar con su sentir. — Respondí. —¿Crees que una pintura pueda expresar la impotencia que se siente al ver que la humanidad cree fervientemente que Satanás es malvado cuando en realidad sólo está haciendo la voluntad de dios?.— —¿Y no es así?, señor.Disculpe el atrevimiento pero todo el tiempo nos están repitiendo que el diablo es malvado y el infierno el lugar donde ardes por tus pecados.—Conteste con el mayor respeto posible ya que no sabía como dirigirme hacia el. —Lamentablemente todo eso formaba parte de la encomienda. Dios observaba a su creación maestra desde el paraíso, estaba decepcionado de ustedes los seres humanos. Todo era un caos, se mataban unos a los otros por comida,por un hogar, por una pareja. Absolutamente por todo, la violencia era incontrolable. Los humanos no estaban prosperando. Pero dios los ama infinitamente y pensó que si les daba un ser a quien temer, ustedes dejarían de cometer tantas atrocidades por miedo de ir al infierno. Yo era su ángel más leal y poderoso, me ofrecí con todo el dolor. El accedió sin dudarlo, ya que no había otro ser al que dios le confiaría el inframundo, lugar a donde van aquellos nunca se arrepienten de sus actos. Yo Acepte la encomienda, pero muy tarde me di cuenta que toda la humanidad me repudiaba por ser Satanás. Aquel que traicionó a dios y es el culpable de todas las tragedias que les suceden. O al menos es así como lo interpretaron ciertas religiones.— —Ahora todo tiene sentido usted es el ángel que llora de la pintura.— Soltó una risotada como si le hubiese contado un chiste de color. —Es obvio que soy yo,de lo contrario no lo tendría adornando mi pared. En 1874 cansado de todo esto, visite a un pintor que en ese entonces era nada. Pero tenía un buen corazón y muchas ganas de ser alguien importante. Era Alexandre Cabanel, tenía un indudable talento. Yo solo le dije lo que quería que dibujara y el hizo el resto. Poseía un don, que era la imaginación. Increíble que un ser humano haga ese tipo de arte. Pero vayamos al grano Tommy basta de hablar de mí. Ya ah sido suficiente, eres muy afortunado de poder charlar conmigo. ¿Sabes por qué te encuentras en este sitió?.— —En realidad, no no recuerdo nada de lo que ah pasado en las últimas horas, supongo eh muerto. Y estoy por pagar mis pecados.— —Este no es un lugar donde pagues por tus pecados Tommy, aquí tu alma tiene que arrepentirse de todas las malas acciones. —Dijo en tono molesto. —Discúlpeme. — —¿De verdad no recuerdas nada Tommy? . Déjame refrescar tu memoria, te llamas Tomás Valdes, tienes 35 años, eres un pobre adicto a la heroína y cocaina. No conforme con eso haces que jóvenes, adultos, mujeres e incluso niños consuman la porquería que vendes. Pasaste 5 años de tu vida en prisión narcotráfico algo muy penado en tu país, saliste por que todo el sistema que hace justicia, si así se puede llamar, esta podrido . ¿Y adivina que hiciste al salir después de haber cumplido tu sentencia?.— No sabia que responder, me sentía sorprendido y la vez intimidado por el tono en el que me estaba hablando. Todo lo que menciono lo recordaba perfectamente. —Anda. ¡Responde Tommy, no es difícil adivinar cuando se trata de un narco y además adicto a las drogas! . Responde, usa por primera vez el cerebro que dios te dio para razonar y pensar antes de actuar. Habla, con esa boca que te fue dada para alimentarte y que tu usaste para fumar mariguana y cristal.— Tenía ganas de salir corriendo por la manera en que me estaba hablando, sentí que me golpearía. A nadie nos gusta que nos digan las verdades. —Lo se, desate una ola de violencia contra aquellos que me encerraron y seguí con mi imperio de narcotráfico. — —¿Lo ves?, no era nada difícil. Si. Y estúpidamente también volviste a drogarte, pero tampoco para eso eres bueno. No calculaste la dosis y estas en coma por sobredosis de heroína. ¿No te avergüenzas Tommy?, de lo miserable que son tu y tu vida.¿Tan fácil olvidaste lo que viviste con tu hermano?. La violencia, las carencias, las humillaciones. A diferencia de Eddy, tu no supiste canalizar ese sufrimiento para hacer algo importante en tu vida. Y ahora estás aquí entre la vida y la muerte.— Mi hermano, no se ni en donde se encuentra hacia años que no lo veía. Tenia razón en cada palabra que dijo. Pero sin embargo no me arrepiento. Sin embargo no podía decírselo. —No se que decir. —Conteste. —Tantos siglos y sigo sin comprender la forma de actuar de los humanos. Han pasado toda su existencia culpando a Satanás de sus malas acciones. Pero lo que no saben es que yo no los invito a actuar mal, Dios les dio libre albedrío y eso no se puede tocar. Si ustedes matan, violan, roban, insultan, agreden, entre otras cosas atroces, es porque así lo quieren.— Satanás parecía verdaderamente enojado y eso me producía un escalofrío que recorría todo mi cuerpo. Todo lo que dijo me dejó aún más confundido, ya que en mi religión el diablo es un ser maligno culpable de todo el mal en el mundo. —Perdón señor, se que eh actuado muy mal. Merezco otra oportunidad. — —Tommy, Dios te ama como a todos los seres vivos y cree que aún puedes arreglar tu desastrosa vida, te ah dado una oportunidad. Obviamente por tus acciones no has llegado al paraíso, así que a mi me toca decidir que hacer contigo. Tu vida no ah sido fácil así que esta es la última oportunidad que tienes.Regresaras a la tierra con una condición. — —¿Cuál condición señor?. — —Tu misión será usar toda la fortuna que hiciste ilegalmente, en ayudar al prójimo. Crearas el orfanato más grande del mundo donde ayudaras a los niños que se encuentren en la misma Situación que tu y Eddy pasaron. Le hablaras a los hombres de mi y mi labor real. Tienes 3 años para lograrlo o de lo contrario regresaras aquí sin poder volver nunca más y vivirás el resto de tus días en un cofre. En estos momentos estás en tu costosa mansión y desnudo tirado en tu cama. Tanta gente ya hizo de todo pero no vuelves en sí y están a punto de incinerar tu cuerpo, pensaron que estabas muerto. ¿No te da vergüenza lo bajo que has caído?. No lo podía creer, aquella revelación me cayó como un balde de agua fría. Me sentía extraño como si todo mi cuerpo tuviera un vacío y crecía en mi estómago. . Satanás se puso de pie y camino hasta mi lado. —Señor pero no puedo, ¿De que vivirán mi esposa e hijos?. — —Trabajar de manera honesta como la mayoría de los humanos. Bien Tommy, es momento que regreses a tu cuerpo. Recuerda tu y tu hermano fueron marcados, tenían un destino que cumplir y solo Eddy lo consiguió. — Presiono su dedo índice en mi pecho fuertemente, que incluso me hizo sentir un dolor agudo en esa parte. —¡Despierta!. —