Capitulo 2

1209 Words
*Samantha* Caminando apresurada por los pasillos desolados de la escuela, evitando correr para que mi falda no se alce. Odio llegar tarde, sobre todo a esta odiosa clase, ya que a la profesora no le caigo en gracia, por culpa de mi madre y su lengua viperina. -Cooper, llegas tarde – anuncia mirándome de pies a cabeza. ¡Ya lo sé!, tengo reloj. -Lo siento, Profesora. Me quedé dormida – no tengo por que mentir. -Pues vaya a seguir durmiendo, Cooper. No puede pasar a mi clase – señala el pasillo a mi espalda. -Pero... -Nada de peros ¡largo! – sentencia. Se escuchan murmullos dentro del salón, al final se levanta uno de mis compañeros. -Profesora, déjela pasar, ella es la vocera estudiantil – habla en mi defensa, apoyado por el resto de la clase. -Por mi podría ser el mismísimo Harry Potter en persona, y ni aun así pasaría a mi clase – escupe con odio. Me giro sobre mis talones, dispuesta a irme hacia la cafetería. Ciertamente no me puedo dar el lujo de perder una clase de matemáticas, mucho menos con los exámenes finales tan cerca, pero tampoco es que voy a rogarle de rodillas que me deje entrar a su clase. Pido un batido de chocolate y un muffin para ir a sentarme en las desoladas mesas al aire libre, aprovechando para repasar el contenido de la siguiente clase. Pasa un rato hasta que de la nada una gigantesca sombra de un hombre grande, me tapa la iluminación, haciéndome levantar la vista para ver de quien se trata. -Samantha ¿Qué haces sola en el patio? – inquiere el profesor Warren, el director del colegio - ¿A caso te has fugado de clases? -No, no, no Señor Director... Es que llegué tarde y la profesora Queen no me dejó entrar a su clase – explico. -Sam, ya te he dicho que cuando estemos solos, puedes llamarme Marc. No soy tan viejo para que me digas Señor a cada rato – sonríe amable. -Si, pero... -Ya es muy tarde, pero la próxima vez que vuelva a pasar algo como esto, búscame en mi oficina. Yo haré que te dejen pasar para que no pierdas tu clase ¿Entendido? Solo asiento con la cabeza, me parece muy amable de su parte que me ayude la próxima vez que la profesora no me quiera dejar entrar en su clase. -Gracias... Marc – sonrío tímida. Es extraño no decirle Señor, aunque tiene razón en lo de que no es tan viejo, al menos aparenta un poco más de treinta años, cabello n***o, piel bronceada y ojos marrones, no es la gran cosa en cuanto a físico, pero es muy intimidante cuando está molesto, les ha robado suspiros a muchas de mis compañeras. En lo personal, no me parece atractivo, nunca he tenido novio, pero estoy segura de que me gustan mayores que yo, aunque no tanto, quizá con el cabello más claro, como un castaño tirando a rubio, los ojos grises con mirada intensa, y un cuerpo trabajado que... ¡Oh, mierda! Acabo de describir al Señor Fisher, aunque de señor no tenga mucho. Recuerdo su mirada en la oficina de papá, mojé mis bragas y me partí el labio de tanto mordérmelos, apenas el roce de nuestras manos envió una descarga eléctrica a todas mis terminales nerviosas. -¿Qué estas estudiando? – la voz de Marc me hace volver a la realidad, ni siquiera noté que esta sentado a mi lado. -Geografía – respondo un poco distraía todavía. Hace muecas como si estuviera pensando, pero sin quitar la mirada de mi cara. -Pronto vendrán los exámenes finales, Samantha. Deberías conseguir un tutor. No creo que lo necesite, soy aplicada, estudiosa y dedicada, no creo que sea problema pasar los exámenes finales. -Yo podría ayudarte sin problemas después de clases – se ofrece al ver que no respondo – Un poco de ayuda extra no hace daño. Puede que tenga razón, con un poco de ayuda extra en matemáticas, puedo subir mi promedio, que no está mal, pero podría ser perfecto y con eso ganarme un bonito auto para mi cumpleaños. La campana suena anunciando mi próxima clase, así que recojo mis cosas con rapidez y me marcho, despidiéndome de Marc con una seña de la mano. Luego de eso, el día transcurre con normalidad. A pesar de que mis anteojos de pasta pueden darme la apariencia de una nerd, la realidad es que soy bastante bonita, lista y muy rica, por lo que soy mas o menos popular. Así como estoy en muchas actividades extracurriculares, todos los profesores y alumnos me conocen y me aman, las chicas quieres ser mis amigas y los chicos mis novios, es una cosa muy rara. En fin, el único ser humano de esta escuela que me odia, es la vieja cascarrabias de Queen. **** Como de costumbre, el chofer va a buscarme al colegio y me trae devuelta a casa, donde usualmente no hay nadie aparte del personal, pero hoy es diferente, me encuentro con la sorpresa de que mi padre está en la cocina, super relajado comiendo pastel con una taza de café y leyendo algo en su celular. -Hola papá – saludo dándole un beso en la mejilla - ¿Qué haces aquí? -Hola, hermosa. Tuve un rato libre y quise venir a verte y comer un poco de este delicioso pastel que hiso Liz – señala su cucharilla - ¿Qué tal la escuela? -Lo de siempre, clases aburridas y eso... ¿Dónde esta mamá? – pregunto acercándome a la nevera para buscar pastel que hiso el ama de llaves. -En la peluquería. Gruño en respuesta, siempre es lo mismo, básicamente veo a mi madre una vez al día; cuando voy a dormir, sube para darme un beso en la frente, como si fuera la madre mas amorosa, pero estoy empezando a pensar que lo hace solo para saber si estoy en mi cama a esa hora y no me he escapado para irme a una fiesta o algo así. El resto del día se la pasa de compras, con sus amigas o en la peluquería. Justo antes de retirarme a mi habitación, recuerdo lo que hablé hoy con Marc y decido hacerle caso. -Papá ¿Puedo ir mañana a la empresa? – pregunto haciendo que me mire extrañado. -¿Y eso como para qué? -Quiero que Nora me ayude con una tarea de matemática. Nora es la contadora de la empresa, sabe mucho de matemáticas, según ella, le encantan. Aparte, es muy amable y divertida, lo que la hace perfecta para ser mi tutora, al menos por unas horas. -Bien, siempre y cuando no interfieras en su trabajo, recuerda que yo le pago por hacer cuentas, no por ser tu maestra – espeta serio. -¿Y por que no? Ella podría enseñarme a llevar las cuentas de la empresa ¿No es eso lo que quieres que aprenda? – trato de manipularlo usando sus cartas en su contra. Se queda pensando unos segundos. -Tienes razón, entonces que te explique todo lo que tengas que saber y le pagaré un bono extra – sonríe satisfecho. Ok, ambos ganamos. Ahora me largo a mi cuarto. 
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