Capítulo 1 "La despedida de soltera"
Mi amiga Lennox siempre ha sido la reina de las celebraciones, así que cuando le conté sobre mi compromiso y la próxima boda, no me sorprendió en lo más mínimo que quisiera organizar la despedida de soltera más épica de todas.
La noche finalmente llegó, y el ambiente en el exclusivo salón de eventos que Lennox había reservado era eléctrico. Las luces parpadeantes, la música vibrante y las risas de nuestras amigas llenaban el lugar. Estaba emocionada de estar rodeada de todas ellas antes del gran día, pero algo en la actitud de Lennox me hizo sentir un poco ansiosa desde el principio.
La velada comenzó con cócteles y brindis, y pronto Lennox estaba pasando entre nosotras con bandejas llenas de bebidas.
—¡Vamos, Aria, es tu despedida de soltera! ¡Tienes que celebrar a lo grande! —exclamó Lennox con entusiasmo, empujándome una copa de champán.
Yo no era exactamente una gran bebedora, pero pensé que era una ocasión especial, así que me dejé llevar por la emoción del momento y empecé a tomar más de lo habitual. Cada sorbo parecía hacerme sentir más ligera y despreocupada.
Con el tiempo, la sala comenzó a girar un poco a mi alrededor, y me di cuenta de que había perdido la noción del tiempo. Lennox se acercó con una sonrisa traviesa y me susurró al oído—. Aria, tengo una sorpresa para ti. Ven conmigo.
Me dejé guiar por Lennox hacia una sección más privada del salón, donde había una figura alta y misteriosa esperando en la penumbra. Era un hombre apuesto con ojos penetrantes que parecían ver directamente a través de mí.
Mis mejillas se calentaron cuando Lennox nos presentó. Las palabras se volvieron borrosas mientras intentaba mantener una conversación coherente. Declan, ese era su nombre, era encantador y educado, pero sentí que algo estaba fuera de lugar. La mezcla de alcohol y la tensión en el aire me hicieron sentir incómoda.
A medida que avanzaba la noche, me encontré riendo exageradamente a las bromas de Declan, mientras mi mente luchaba por mantenerse enfocada. Mi sentido de la realidad se estaba desvaneciendo lentamente, y aunque sabía que algo no estaba bien, no podía controlar mi cuerpo correctamente.
Me desperté lentamente, sintiéndome desorientada por la luz tenue que se filtraba a través de las cortinas. La habitación a mi alrededor era elegante y lujosa, completamente desconocida para mí. Un escalofrío recorrió mi espalda cuando me di cuenta de que no sabía en dónde estaba.
Entonces, sentí un calor reconfortante a mi lado y noté un brazo fuerte y seguro rodeándome. Giré con cautela y me encontré en el inexpresivo, pero atractivo rostro de Declan, quien estaba dormido junto a mí. Mi corazón comenzó a latir con fuerza en mi pecho mientras mi mente intentaba procesar la situación.
Me senté abruptamente en la cama, tratando de recordar cómo había llegado hasta allí. Flashes borrosos de la noche anterior empezaron a aparecer en mi mente: la despedida de soltera, las copas de más, la presencia enigmática de Declan. El recuerdo de lo que pudo haber ocurrido entre nosotros inundó mi mente de confusión y ansiedad.
Declan se despertó lentamente, parpadeando mientras se ajustaba a la luz del día. Al notar mi expresión preocupada, su rostro se llenó de comprensión—. ¿Estás bien?" —preguntó con voz suave.
Tragué saliva, sintiéndome vulnerable, pero decidida a enfrentar la situación—. ¿Declan, verdad?, ¿qué pasó anoche? —murmuré, con mi voz apenas audible en la habitación tranquila.
Ni siquiera podía estar segura de que ese era el nombre de ese hombre, mi mente era un bucle, ni siquiera comenzó a hablar cuando noté la ausencia de la ropa en su cuerpo.
Declan me miró con seriedad, como si estuviera calculando sus palabras— No estoy seguro de cómo terminamos aquí, pero puedo asegurarte que estás a salvo —respondió con calma.
No me sentía a salvo con un completo desconocido, tampoco me pensaba quedar a tener una conversación en la cual ambos seríamos amistosos el uno con el otro.
Le lancé un cojín a la cara, no llevaba ropa y al menos quería llegar hasta el baño para poder colocarme mi ropa sin tener sus ojos recorriendo mi cuerpo.
—No me veas —le ordené mientras sentada al borde de la cama recogía mi ropa del suelo.
Apenas logré dar unos pasos antes de voltear medio rostro para asegurarme que seguía con su rostro cubierto.
—Esto es una tontería —dijo fastidiado por la situación.
Pero aquello no fue lo que me hizo detenerme en seco, sino la mancha en las sábanas blancas, que eran la confirmación de lo que había ocurrido entre ambos.
Entré de prisa al baño azotando la puerta, no podía creer que había perdido mi virginidad con un completo desconocido. Aquello me hizo sentir una profunda angustia, pero no era el simple hecho de haber perdido mi virginidad con un desconocido, sino lo mucho que me había esforzado por guardarme de ese modo soñando con un momento especial e íntimo con Jake.
Me quedé con la espalda apoyada en la pared, no dejaba de pensar en que debía recordar lo que había ocurrido, como había resultado todo aquello de aquel modo, como era posible que lo hubiera arruinado en cuestión de horas.
Entonces los recuerdos vinieron a mí, como si todo fuera demasiado evidente y yo fuera la única que me negaba a verlo.
Me encontraba en medio de la fiesta, sintiendo los efectos del alcohol mientras las risas y la música llenaban el ambiente. Lennox se acercó con una sonrisa traviesa en el rostro, como si estuviera planeando algo.
—Vaya, vaya, ¿qué tenemos aquí? —exclamó Lennox con tono juguetón al verme con Declan, tal como nos había dejado luego de presentarnos.
Mis sentidos estaban embotados por las copas que había tomado, y me dejé llevar por la situación sin pensar demasiado. Comencé a reír, incapaz de contenerme ante la actitud juguetona de Lennox.
Lennox se acercó más, susurrándome al oído mientras me tomaba del brazo—. Aria, diviértete un poco. Es tu última noche de soltera —dijo con un tono insinuante.
No pude evitar sonreír, sintiéndome libre y despreocupada por un momento. Sentí cómo Declan se acercaba, su presencia magnética aumentando mi confusión.
Lennox sacó su teléfono y comenzó a tomar fotos de Declan y yo juntos.
—Esto será divertido —murmuró Lennox con una mirada traviesa.
Me dejé llevar por la situación, sin darme cuenta del peligro que se estaba gestando. La risa y la euforia del momento nublaban mi juicio mientras Lennox continuaba con su misma actitud.
Declan me tomó por la cintura al ver que estaba siguiendo con ese juego, empezó a dejar pequeños besos por mi cuello, que poco a poco encendían un intenso fuego interior.
—Estás destruyendo tu compromiso, Aria —susurró Lennox en mi oído con malicia—. Sigue adelante, diviértete un poco. Nadie tiene por qué saberlo.
Una risa nerviosa escapó de mis labios mientras me dejaba llevar por las palabras Lennox. Sentí que había perdido el control de la situación, pero en ese momento, no podía pensar con claridad.
Sentí el aliento caliente de Declan acariciar mi cuello, pasé saliva con dificultad ante aquello y mis ojos se cerraron por inercia, ¿qué era lo que me estaba ocurriendo? ¿Por qué sentía aquel calor intenso al sentirlo tan cerca?
Observé la sonrisa en los labios de Declan, incluso la existencia de Lennox se había borrado de mi mente. Mi cerebro dejó de funcionar, mis manos se posaron alrededor de su cuello y fui sometida por la tentación.
Las manos de Declan subieron lentamente por mi espalda, mientras mis labios jugaban con los suyos, salvajes, con sed de probar mucho más de él, todo mi cuerpo aclamaba probarlo, lo deseaba ferozmente, era imposible que me detuviera justo ahora.
Pequeños recuerdos volvieron a mi mente, estaban desordenados. Yo cayendo encima de la cama, la mirada de Declan al verme casi sin ropa, yo mordiendo mi labio mientras miraba su abdomen al viento. Su cuerpo caliente encima del mío, un dolor intenso que se desvanecía…
…
Ahora me quedaba un poco más en claro como había ocurrido, luego de meditarlo un momento, había sido Lennox, la que todo este tiempo había visto como mi mejor amiga. Ella me había empujado a los brazos de un desconocido, todo esto era por su culpa.
Los golpes en la puerta me sobresaltaron y la voz de Declan me sobresaltó un poco—. Tu celular no deja de sonar, ¿al menos puedes abrir un momento para que pueda entregártelo?
No quería ver quién me estaba llamando, pero no me quedaban alternativas más que asumir mis responsabilidades.
Entreabrí la puerta, tomé el celular sin mirar a su rostro y la puerta se volvió a cerrar. Escuché que había murmurado algunas palabras, sin embargo, no di demasiada importancia, me centré en lo verdaderamente importante.
No era una llamada, sino incontables mensajes de Jake. “¿Por qué no das la cara?”, “¿No piensas aparecer?” “Me debes una explicación, Aria, al menos me debes eso”.
En ese instante supe que tenía una conversación pendiente no solamente con Jake, sino con Lennox, quién deberá de decirme qué fue lo que le hice para recibir una traición tan grande de su parte.