LIAM Nunca pensé que un fin de semana en un gimnasio de escalada pudiera ponerme así de… vivo. Tenía a Saanvi frente a mí, con ese casco que le quedaba un poco grande y el arnés abrazando sus caderas. Me fascinaba verla aceptar el reto sin dudar, con esa terquedad competitiva que tanto me calienta. Había algo en ella, en la forma en que se enfrentaba a todo sin miedo, que me hacía querer probarla en cada límite posible. Entre descansos descubrí cosas de ella que me arrancaban sonrisas como idiota. Que odiaba las berenjenas con pasión, pero amaba el brócoli. Que se pedía bebidas dulces con caramelo y chocolate… y después se quejaba de la culpa. Que era fanática de los frappés, aunque fingiera que no. Cosas pequeñas, sí, pero que me iban armando un mapa más completo de quién era mi Kali.

