LIAM Despertar así debería ser ilegal. No por lo que hicimos antes de quedarnos dormidos, sino por lo que siento ahora. Todavía estoy dentro de ella, su calor envolviéndome como si no hubiera una línea que separara mi cuerpo del suyo. Tiene los brazos enredados en mi espalda, y sus piernas ligeramente abiertas para acomodarme. Podría quedarme así para siempre. El cuarto está en penumbra. Apenas se cuela un hilo de luz por la cortina, y su respiración es lo único que escucho. Es lenta, profunda… duerme. Y yo, como idiota, me quedo quieto, absorbiendo cada detalle. Su piel está tibia y húmeda todavía, su cuello desprende ese olor a menta y algo más… algo que ahora reconozco como ella. Paso la mano por su costado, acariciando la curva de su cintura, la línea suave que sube hasta sus costil

