A la oficina principal, llegaron Owen y Amelia, parecían niñ0s que acaban de ser reprendidos, estaban callados, con los entrecejos unidos. Él se tiró en la silla giratoria detrás del escritorio y sacó su móvil, empezó deslizar su dedo por la pantalla pareciendo que jugueteaba con él para detallar a Amelia disimuladamente, mientras que ella estaba instalada dándole la espalda de brazos cruzados mirando hacia afuera por la ventana.
«Okey, veamos... el cabello es del mismo color de mi conejita, lindo, por cierto. Hmmm, tienen más o menos la misma estatura, contextura y color de piel.» Hacía su análisis más profundo. «Aunque mi conejita es la más dulce, Amelia es todo lo contrario, presumida...»
A Amelia le dio la ligera impresión de que era observada, volteó de repente con una mirada de d
