Flores

1352 Words
"Siempre hay algo de locura en el amor" .Friedrich Nietzsche Bastian Cox Desperté, a las once de la mañana buscando su cuerpo entre las sabanas, pase la noche más increíble de mi vida con esa mujer, al colocarme el pantalón siento algo en el bolsillo, Una tanga diminuta y de encaje rojo, creo que empezare a coleccionar su ropa interior, porque esta no será la única vez. Hay una nota de agradecimiento con su nombre, siempre hago esto, nunca me lo habían hecho a mí. recuerdos de esa noche se repiten en mi cabeza una y otra vez a lo largo del día. En horas de la tarde me dispongo inútilmente a trabajar y no logro concentrarme en nada, recuerdo su estrechez exquisita, cuando el abogado de mi abuelo me pregunta– ¿Estás bien? Y es que no logro concentrarme en nada, –La verdad no.– Le digo sin revelarle que mi falta de concentración se debe a un par de piernas largas con poderosas razones… –Estas distraído ¿Te puedo ayudar en algo?.– Me pregunta –¿Conoces un buen investigador privado, que sea discreto?.– Le pregunto, dispuesto a hacer una locura, parezco un maldito adolescente. No quiero decirle de que se trata, ya que en ese mismo instante te pone a planificar la boda solo para complacer al viejo loco de mi abuelo. "Solo quiero volver a comerme ese manjar de mujer, tal vez todo lo que sentí fue por la novedad." Me digo a mi mismo. –No te engañes jamás estuviste de cabeza por una mujer.– Me responde mi conciencia –¿Quién te pidió tu opinión.– Me respondo en la cabeza, es como una lucha interna que tengo conmigo mismo, mientras Antonio me observa en silencio (creo) –Muchacho loco.– Expresa –¿Que sucede?.– Pregunto volviendo a la realidad –Deberías irte a tu casa a descansar, hoy no vas a ser de utilidad con la cabeza en las nubes.– –¿Por qué lo dices?.– Le pregunto fingiendo interés –Tengo diez minutos intentando decirte que, ya tienes en tu teléfono el mensaje, con el numero del investigador que quieres, para que dejes de pensar tanto en lo que te tiene loco y distraído.– me dice el viejo saliendo de mi oficina. –¿Cuándo nos tomamos una café?.– Le pregunto, intentando mantener una conversación amigable, definitivamente mi cuerpo estaba acá, pero mi mente estaba haciéndole el amor de nuevo a una dulce peliroja, recuerdo sus gemidos y me estremezco… Definitivamente, debo repetir, para que se me quite en embotamiento que tengo,¡ o se termine de empeorar!.– Me respondo, marcando inmediatamente el número del investigador privado… –Buenas tardes, necesito de sus buenos servicios.– Hablo directamente al número, de un tal Keyco Li. –¿Quién es usted y que necesita?.– –Necesito, localizar una chica, soy Bastian Cox.– –¿El abogado?.– Pregunta el, yo ruedo los ojos –Efectivamente.– Respondo –¿No es nada ilegal cierto?.– Pregunta con voz dulce y me hace reír, pensar que tiene nombre como de hombre. –No, a menos que sea ilegal buscar a una mujer que se llevo algo mío. – –¿Lo robo?.– Pregunta –Algo por el estilo.– Respondo, no puedo creer que esté haciendo esto, persiguiendo a una chica. –Se llama Adriana Levine, quiero localizarla y saber todo de ella, lo más rápido posible.– Le digo al investigador –Son las cuatro de la tarde, si lo requieres la información para hoy mismo, te va a costar.– Me responde, la chica, del otro lado de la línea. –No importa cuánto cueste, necesito saber de ella.– Ok, le enviare la información a su correo –Ya le envió mi dirección de correo.– Le digo a a ella –No se preocupe, ya la tengo.– Me dice, sorprendiéndome por su efectividad, puede ser extremadamente peligroso contactar gente así, pero ya lo hice. ¡Ojala mi abuelo no se entere de esto!, si lo hace soy hombre casado….Pienso preocupado. –Me subo al auto, y manejo sin rumbo, es decir no quiero regresar a mi casa en este momento, comienza a oscurecer y veo una tienda de flores a punto de cerrar. Me detengo por impulso,–No cierre por favor necesito un ramo de flores, para mi novia.– –Pase, para usted lo que desee.–Me dice la chica que atiende con una sonrisa en los labios. –Veo todas las flores y hay una en particular que me llama la atención, son unas rosas casi de un color vino, muy grandes y con un olor dulce y profundo. –¿Puedes preparar un ramo grande de estas?.– Le señalo –Esas están apartadas para una petición de matrimonio.–Me dice ella con cara de pesar, negando –Diles que les sucedió algo, quiero esas.– Le digo dándole un billete de cien a modo de persuasión. –No lo sé, el cliente es muy bueno.– Dice ella dudando, le doy otro billete –Bueno siendo así, las flores llegaron muy feas, para ese cliente.– Responde sonriendo la chica. –Quiero que prepares el ramo más bonito que puedas.– Le digo –Que suerte tiene ella, se ve que estas enamorado.– Dice ella con una sonrisa boba. –Si enamorado.– Digo en forma sarcástica, yo ni siquiera sé lo que es el amor, todavía no sé si llegara la información que necesito… Parezco idiota, comprando esto sin tener seguridad de nada, siempre puedo enviarle esto a alguna compañera de cama… Mejor no, me respondo a mí mismo, pueden mal interpretar y querer más de lo que estoy dispuesto a dar. Cuando ella termina el impresionante ramo, me llega la notificación del correo, el cual tiene más de diez páginas según veo, pero la primera contiene lo que me importa, por ahora. Adriana Levine, Lugar de Nacimiento; Miami, Estado Unidos Características Morfológicas: Rubia, ojos azules Edad: treinta y siete años. –Estatura: 1, 80 metros Peso: Cincuenta y ocho kilos Graduada en la universidad Estadal como licenciada en educación Integral. Estado Civil: Divorciada, con dos hijos Luna de veinte años y Adrien de ocho años. Los datos me sorprenden, tiene casi mi edad, no parece, su piel es tan firme como una chica de veintitantos años, jamás imagine que era rubia natural y mucho menos divorciada, ¿ Que estúpido deja marchar una mujer así?.– –¿Va a cancelar con efectivo o con tarjeta?.– Pregunta la chica tomándome del brazo, sigo algo perdido, tal vez follado a Adriana de nuevo se me quite lo tonto que me dejo. –Le entrego la tarjeta con los datos, y la chica me ve y se ríe.– –Me prestas una tarjeta para dejarle una nota?.– –¿De qué te ríes preciosa?.– Le pregunto –De que Cupido, le dio bien duro.– Me dice ella con marcado acento latino, que me hace reír también…Rio para no llorar, ojala que no sea lo que ella dice, porque no me quiero enamorar… Escribo la nota: "Un detalle, por la primera de muchas noches inolvidables mi reina, su eterno servidor Bastian Cox". Conduzco hacia la dirección que me dieron coloco el ramo en la puerta, toco el timbre y salgo corriendo como un niño al que casi atrapan haciendo una tontería. Miro detrás de un árbol, como un pendejo, como ella sonríe al ver el ramo, ve a todas direcciones lo toma y entra, dejándome agitado…Cuando volteo hacia la cara con una tonta sonrisa un perro estaba gruñendo a mis espalda. –Shu, shu, perro .–Lo espanto, y él me gruñe, mostrando unos afilados colmillos No sé como sucede, pero el maldito perro, me pone a correr hasta mi auto, donde entro riendo de mis mismo, me pregunto ¿Qué demonios me sucede?, traer personalmente unas flores, no soy de esos.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD