MI DESEO NO ESTÁ EN TI.

3132 Words
— ¿Porque un hombre tan atractivo y con un auto de lujo está en esta zona de la ciudad buscando una sexo servidora?. — — No sólo estoy buscando sexo, estoy buscando algo más y tu tienes algo que me atrae, eres el perfil que busco en una mujer.— — En pocas palabras soy la afortunada que has elegido. — — Si quieres decirlo así, son las palabras justas. — — ¿Que estas buscando?. — — Quiero encontrar y satisfacer mi deseo. — — En todos mis años como sexo servidora, nunca había escuchado tal cosa. Espero no seas un psicópata. — — No, nada de eso. — — Bien, $3000 pesos 2 horas, corazón. — — No importa el precio solo quiero que subas al auto. — — Uy, ya empezamos muy bien. — Zafiro subió e inmediatamente el auto se inundó con el aroma de su perfume que no era del todo agradable para mí nariz, aunque no soy un experto en perfumes pero notaba que era económico. Al sentarse en el asiento del copiloto, la muy corta falda de Zafiro se subió, dejando ver sus largas y bien formadas piernas casi por completo, volviéndose un imán de miradas que no podía controlar. — ¿Que pasa?, nunca habías visto un par de piernas. — — No como las tuyas. — — ¿Y que tienen las mías?. — — Son largas, hermosas y muy bien trabajadas, se nota que haces ejercicio. — — Y en unos momentos que me veas en 4, te van a gustar más. — La respuesta de Zafiro me hizo sentir un cosquilleo en la entrepierna, haciendo que mi parte se pusiera duro y erecto. Algo que se notaba a simple vista y ella se dio cuenta. — Que rápido se enciende el amiguito. Espero que no termines así de rápido como empezaste. — — No se que vaya a pasar, pero lo menos probable es que salgas decepcionada de este encuentro. — — Ja, ja, ja, eh escuchado tantas veces eso que ya no les creo a los hombres. — — Pero no lo habías escuchado de mí. — — Dentente, aquí es el hotel donde trabajamos. — — No vamos a ir a ese hotel, te llevare a uno mucho mejor. — — ¿Debería desconfiar?, porque estoy a punto de salir del auto. — — Tendrás que correr el riesgo. — Zafiro en el interior sabía que no tenía porque desconfiar de mí. — Espero no arrepentirme después. — — Y si lo haces será muy tarde. — Dije con un ligero tono de burla que no me salía del todo bien. — — A donde me llevarás. — — Al hotel Sofitel que está en reforma. — — No puedo tardar mucho, no suelo dedicar más de 2 horas con un solo cliente. — — ¿Cuanto ganas en tu mejor día?. — — $20,000. — Por lo hermosa que era Zafiro, creí que ganaba más. — — Te pagaré el doble, así que no tienes de que preocuparte. — — Aún estoy que no me la creo. Si tienes tanto dinero, ¿porque no fuiste a otro lugar?. — — Porque me interesas tú. — — Ja, ja, ja, y yo porque. — — Es la primera vez que voy a vivir esta experiencia y tenía que ser con una mujer que me interese y que desee. — — Lo note desde la primera vez que hablamos, pero eso no responde mi pregunta. — — Lo sabrás a su tiempo. — — Eres todo un misterio, y ¿cuál es tu nombre?. — — Alessandro. — — Hasta nombre de telenovela, viéndolo bien creo que no podría quedarte otro nombre. — — Lo sé, va con mi personalidad. — Dije con una voz pícara y sarcástica. — Creo que acabo de elevar tu ego hasta el cielo, o ¿eres así todo el tiempo?. — — No todo el tiempo pero si la mayor parte. — — Que odioso debe ser tener que soportar a un hombre tan ególatra todos los días, pobre de tu esposa. — Zafiro lanzó ese comentario como anzuelo para ver si revelaba mi estado civil. — Al menos no se ah quejado. — — Eres casado, lo debí suponer. Los hombres casados son mis clientes más frecuentes, yo soy el motivo por el cual sus respectivos matrimonios no se han roto. — — Que interesante, ¿porque crees eso?. — — Porque conmigo hacen todo lo que no se atreven hacer con sus esposas, vienen dispuestos a realizar todas sus fantasías y al llegar a casa están dispuestos a amar a sus esposas nuevamente. — — Quizás tengas razón, no puedo afirmarlo hasta que no lo viva. — — Hoy al llegar a tu casa seras un hombre diferente. — — Seré el mismo hombre con otra perspectiva, eso es todo no. — — Tu me dirás si tengo razón el día de mañana. — — Quiero saber si mi deseo esta en ti. — Zafiro no supo que contestar, solo miro hacia enfrente como si estuviera muy interesada en el camino y no dijo mas hasta que estacione mi auto frente a Sofitel, bajamos del auto y uno de los ballet parking quedo impactado por la belleza y sensualidad de Zafiro mientras bajaba del auto. Le entregue mis llaves y el me dio un ticket con el cual pedir el auto al salir del hotel. No puedo negar que me causaba un poco de vergüenza que la gente me mirara con Zafiro, ya que por su atuendo era mas que evidente, no podía ocultar que era una sexo servidora. Me acerque a recepcionista para solicitar mi habitación, y Zafiro tomo asiento en la sala de espera. — Buenas tardes señorita mi nombre es Aleesandro Buen día tengo membresía y necesito una habitación. — — Muy buenas tardes señor Alessandro bienvenido, ¿que habitación necesita?. — — La presidencial por favor. — Tenia al rededor de 6 años que no venia a este hotel, la última vez que vine fue con Laurence, en aquellos días en los que imaginábamos que aun eramos novios ansiosos de un lugar diferente a nuestro hogar en donde hacer el amor. — Perfecto señor, ¿su pago sera en efectivo o con tarjeta de crédito?. — — Tarjeta de crédito señorita. — Dije mientras entregaba mi tarjeta american express black. — Una cosa mas, podrían hacer el cargo con otro nombre que no sea el del hotel. — La precaución ante todo es lo mas importante. — Por supuesto que si señor, aparecerá en su estado de cuenta como restaurante lombrich. — — Eso estaría muy bien. — — Le entrego su tarjeta de crédito y la tarjeta que es la llave de la habitación. ¿Necesita que llevemos su equipaje?. — — No se preocupe mi estancia sera solo de unas horas, le agradezco la atención y que tenga una buena tarde. — — Igualmente señor que disfrute su estancia. — Camine de vuelta a la sala de espera donde se encontraba Zafiro, note que estaba un tanto impaciente e incomoda ya que no son los lugares a los que este acostumbrada visitar y a eso hay que sumarle las miradas furtivas y libidinosas de los hombres, las miradas de celos y desprecio de otras mujeres. — Listo, ¿subimos?. — — Si por favor, es demasiado incomodo estar en te lugar. Las mujeres me miran de manera horrible y los hombres me hacen el amor con sus ojos. — — Me di cuenta desde el momento en que bajamos del auto. — Tome del brazo a Zafiro y caminamos al elevador. — Estoy acostumbrada a esas miradas pero no de este tipo de hombres. — — ¿Y como son este tipo de hombres?. — — Creen que son dueños de todo y que podrían hacer lo que quieran con nosotras las mujeres, por el hecho de que sus cuentas de banco son inmensas sienten que todo tiene un precio el cual pueden pagar con facilidad. Este tipo de hombres son mucho mas peligrosos que los clientes con los que normalmente trato. — — Me estas diciendo peligroso. — — No se si tu lo seas, pero la mayoría de los hombres ricos y poderosos puede que si. — Zafiro no podía ocultar que estaba nerviosa, esa pantalla de ser una mujer muy experimentada y segura de si misma solo es parte de su papel. Subimos al piso 5 y buscamos la habitación numero 13. — Esta es la habitación. — La puerta tenia una ranura para ingresar la tarjeta y al insertarla una luz led cambia de color de rojo a verde indicando que haz ingresado la tarjeta correcta. Y las luces de la habitación se encendieron automáticamente cuando la puerta se abrió. — Cuanta tecnología señor Alessandro. — — Solo la suficiente, adelante después de ti. — Dije abriendo la puerta con la mano izquierda y haciéndome a un lado para que Zafiro entrara. Me miro y entro a la habitación, por fin era mía. Admire su caminar y con cada movimiento de su cadera imaginaba la manera en que la haría mía. — Muy bonita la habitación y sobre todo lujosa, pero yo no vine aquí a admirar la habitación, el tiempo es dinero Alessandro. — Dijo Zafiro y bajo su mini falda y se retiro la blusa dejándolas caer suavemente al suelo. Lo primero que llamo mi atención fueron sus piernas largas y blancas, desnudas los músculos se marcaban considerablemente, la parte que no todos los hombres se fijan son los pies, para mi gusto deben ser bonitos y estéticos, y los pies de Zafiro eran perfectos, los pies pueden llegar a excitarme mas que un par de glúteos. La ropa interior de hilo dental que no alcanzaba a cubrir todo su sexo dejaba a la vista una pequeña parte que me resultaba exquisito. El vientre plano con un poco de estrías, dejaba ver que ya era madre. Los senos eran muy grandes, yo calculo que era copa 34C pero algo caídos para mi gusto. Las clavículas muy marcadas sinónimo de que su peso esa el correcto , el cuello largo y delgado. Y el rostro que fue lo que me llevo hasta ella, la simetría de sus ojos, boca, nariz eran casi perfectas, rasgos muy parecidos a los de Laurence, era de rostro delgado, mentón angosto, boca mediana y labios gruesos, nariz afilada y ojos pequeños y ligeramente rasgados con un brillo fuera de lo común . Parece absurdo que busco una experiencia diferente pero las mujeres que tienen un parecido con Laurence son las que mas me atraen de manera inexplicable. Su cabello largo color Espresso Brown llegaba hasta la cintura, exactamente el mismo color que Laurence. — ¿Vas a quedarte mirando nada mas?. — — Defecto o virtud me encanta admirar, no vine solo a tener relaciones sexuales contigo. — Tome el teléfono de la habitación y pedí una botella de Moet Imperial y dos copas. — ¿Que es Moet?. — — Es una marca de champaña. — — Me creerás que nunca eh tomado champaña. — — ¿Que sueles tomar?. — Zafiro se sentó en la cama recargada sobre su brazo izquierdo. — Casi no tomo. — — No tienes frió, ¿Quieres una bata?. — — Que atento, pero no gracias estoy bien así. Te incomoda que este casi desnuda. — — No es que me incomode, pero me resulta complicado entablar una conversación con semejante distracción. — — Que bueno que lo dices, entonces si respondes incoherencias ya sabre porque motivo. — Dijo Zafiro riéndose. La moet llego a la habitación y camine a la puerta por ella para que el camarero no tuviera que entrar y dejar la botella en el bar o en el comedor. — No me preocupa que me vean desnuda no te preocupes. — Dijo Zafiro con voz anodina. — Pero a mi no me gustaría que vean desnuda a la persona con la que voy a tener relaciones sexuales en unos momentos. — — A caso son celos. — — No creo que sean celos pero me gusta cuidar lo que es mio. — — Ja, ja, ja, entonces yo soy tuya. — — Aún no, esta a punto. — Descorche la botella de moet y serví 2 copas, una para mi y una para Zafiro. Por un momento me sentí incomodo porque pensé de nueva cuenta en Laurence, hasta hoy era la única mujer con la que había compartido una botella de moet. Zafiro bebió todo el contenido de la copa de un solo sorbo. — ¿Me puede servir mas señor Alessandro?, espero que usted este tan delicioso como esta copa de champaña. — — Estoy aun mejor. — — Ja, ja, ja, empiezo a tener mis dudas. — Me levante de nueva cuenta de la cama y serví otra copa a Zafiro. — Aquí tienes, pero no la bebas tan rápido porque te quiero hacer mía en tus 5 sentidos. — — Sera aun mejor. — Antes de que Zafiro pudiera beber de su copa me acerque a su rostro lo suficiente para comenzar a besar sus labios apasionadamente, ella tomo mi rostro con la mano que quedaba libre y empezó a gemir muy despacio. Me aparto y dijo: — Primero deja que termine mi copa. — — Al diablo con tu copa. — La tome del brazo arrebate su copa y bebí todo el contenido hasta no dejar ni una gota. — Listo. — Zafiro se levanto y rodeo con sus brazos mi cuello comenzando a besarme aun mas apasionadamente y sus pequeños gemidos comenzaron a ser mas constantes. La tome de la cintura y restregué mi sexo contra el suyo hasta que tenia la firmeza suficiente para comenzar el acto. — ¿Como lo quieres p**i?. — Pregunto Zafiro mientras desataba con desesperación la corbata y desabrochaba los botones de la camisa y comenzando besar mi cuello de arriba hacia abajo, bajando por mi marcado abdomen. — Hueles delicioso Alessandro. — No tenia palabras para decir, Zafiro me besaba de manera exquisita por todo el torso. Desabrocho el cinturón y el botón del pantalón de vestir dejándolos caer al suelo para después bajar mi ropa interior y al hacerlo mi m*****o salto con un largo resorte. Zafiro parecía mas desesperada que yo, y si esto era parte de su trabajo sabia actuar muy bien. Tomo con ambas manos mis testículos y comenzó a hacer sexo oral, empezando con su lengua desde la punta hasta la base, lamiendo como si fuera una larga paleta de hielo. Ahora sabia el problema de erección solo estaba ocurriendo con Laurence, aunque el motivo lo desconozco. Zafiro paso de usar solo su lengua a usar toda su boca, introduciendo mi m*****o en su boca hasta llegar a su garganta, haciendo unos movimientos que me gustaban pero no me hacían llegar a mi máximo punto de excitación. En cambio ella parecía volverse loca, no paraba ni un instante hasta que se puso de pie y me tomo de la mano para llevarme a la cama, en donde se volteo y se coloco en la posición de furor salvaje o mejor conocida como la de "perrito" e hizo a un lado su ropa interior. — Mételo Alessandro. — Por un momento pensé en hacerlo sin condón pero algo me decía que no podía arriesgarme. — No traigo condón. — — Toma uno de mi bolsa, rápido que ya estoy muy excitada. — Hice caso y tome uno de su bolso que se encontraba sobre la cama. — Si puedes o quieres que te lo ponga con la boca. — Dijo Zafiro. — Ahora que lo dices, no estaría nada mal. — Zafiro se dio la vuelta y arrebato el condón de mis manos y lo metió en su boca para después ponerlo en mi m*****o, y volver a ponerse en la misma posición. Esta vez sin nada que me detuviera entre en ella pero no por donde esperaba, sin avisarle cumplí una de mis fantasías al hacer sexo anal, cosa que Laurence jamás me hubiera permitido. En ese momento ya no pude detenerme, hice repetidos movimientos una y otra vez segado por la lujuria. — Espera, me lástimas. — Dijo Zafiro en tono suave, yo no hice caso y seguí pero esta vez con más fuerza, tomándola de la cadera y apretando sus glúteos de manera brusca y salvaje. Sus gemidos cada vez eran mas fuertes, no sabia si gemía de dolor o de placer aunque era algo que me daba igual. — Es todo lo que tiene el señor Alessandro. — La tome de su cabello y seguí con los movimientos fuertes y rápidos, tanto tiempo sin tener sexo estaba haciendo que terminara muy rápido y estaba a punto de hacerlo. Saque mi m*****o de ella, la tome de la cintura para girarla y recostarla en la cama, arranque el condón y me masturbe hasta terminar en su vientre, pero esta vez el que gimió fui yo. Sin embargo no fue lo que yo esperaba, logre satisfacer mi deseo y una de mis fantasías, mas sin embargo ahora me siento vació e incomodo, quisiera salir corriendo de esta habitación. Me senté en la cama y recargue mi frente sobre mis manos. — ¿Que pasa?, creí que durarías mas. — — Tenia mucho tiempo de no tener intimidad. — — ¿Enserio?, no se supone que eres casado. — — Lo soy pero eso no significa que vas a tener sexo todos los días, de hecho creo que es cuando menos veces tienes sexo. Digamos que estamos atravesando un mal momento de pareja. — — Te entiendo, tranquilo. — Dijo Zafiro. — Estoy bien, solo que esperaba que esto llenara ese vació y sigue ahí. Mi deseo no esta en ti. — — No entiendo, que quieres decir con eso. Para ti solo fue sexo y lo entiendo, para mi no fue diferente. La pase muy bien, pero nada mas, creo que lo único que hice contigo que no suelo hacerlo con otros clientes es besarte y eso si salio espontáneo , me deje llevar por el momento. — — Creo que tienes que irte. — Me puse de pie y busque la chequera en mi saco, escribí un cheque por cuarenta mil pesos mexicanos. — ¿Cual es tu verdadero nombre?. — — Sofia Carmona es mi verdadero nombre. — Escribí en el cheque su nombre y lo entregue en sus manos. — Gracias por todo Zafiro.— — No hay de que, puedes llamarme Sofia. — Zafiro se puse de pie y entro al baño.
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