
Benjamin Benson ha sido mi debilidad desde que tenía dieciseis años. Hace dos años regresé a mi ciudad natal. Empece un negocio, compre una casa, comencé a practicar yoga y dejé de tener citas. En pocas palabras la vida es buena, y si nunca tuviera que ver a Ben seria perfecta.
Después de todo, mi historia con mi exnovio no es nada simple. Nos ha llevado años, pero finalmene hemos aprendido a vivir en el mismo pueblo sin matarnos el uno al otro.
¿Existe un elaborado conjunto de reglas que gobiernan cada una de nuestras interacciones casuales? La respuesta es si.
¿Sigo manteniendo pensamientos sucios y prohibidos cada vez que lo veo comprando manzanas en el supermercado? Por su puesto. Solo soy humano, y Ben y yo somos prácticamente expertos en dos cosas: Pelear y.... Dormir juntos. Aún así, no las estamos arreglando bien. Pero. Aparece en la boda de mi hermana. El hombre con traje parece puro sexo, guapo como el mismísimo demonio y dos veces mas encantador. Peor aún, dice que es mi cita. Coqueteamos, bailamos, nos la pasamos bien.
Rompemos cada una de nuestras reglas cuidadosamente elaboradas y deberiamos detenernos. Lastima que estoy pasando el mejor momento de mi vida. Se que debería terminar con esto. Después de toda la angustia, el dolor y la ira, no podemos ser más que enemigos.
Pero Ben me pide una noche más. Solo una noche. Entonces, volveremos a ser virtuales extraños entre nosotros. Se que debería rechazarlo. Se que esto terminará con mi corazón hecho añicos en un millón de pedazos. Se que la locura es hacer lo mismo una y otra vez y esperar resultados diferentes.
Pero siempre he sido mala resistiendo una debilidad.

