Entrando en un juego peligroso
(Damián)
De nuevo al entrar al edificio vuelvo a ver esas piernas que caminan delante de mí, no me fijo en más nada porque tanta perfección se roba toda mi atención. Esta vez dejo qué suba primero en el ascensor y yo espero el siguiente turno.
Antes era un “Don nadie” cuando servía los tintos, ahora me tratan con respeto y siento que hasta me tienen miedo. Es que si fuese por cobrar venganza con los que me trataron mal mientras estuve a prueba, ya no quedaría casi nadie en la empresa.
Papá había estado rodeado de mucha gente arrogante, pero el detalle es que eran efectivos y eficientes. Eso cubría un poco esa debilidad, mamá me enseñó a ser humilde y creo que eso permite conseguir muchas cosas.
De todas formas idearé un plan para enseñarlos a tener un po
