Casada con el jefe de mi padre

Eva Hoy es la cena de aniversario de mis padres, más de veinte años de casados y siguen igual de enamorados. Espero en algún momento ser yo la que esté celebrando mi aniversario con él, estar enamorada es poco, definitivamente él es el amor de mi vida, y es con la persona que quiero pasar cada segundo de mi existencia. Termino de arreglar mi vestido, me miro en el espejo y sonrió. Escucho que tocan en la puerta, rápidamente abro y veo a mi madre dando una pequeña vuelta en su puesto, mostrando su vestido, es realmente hermosa. Nos parecemos mucho, las dos con ojos verdes, piel blanca y cabello avellana. Agradezco al universo que me parezco a ella y no a mi padre. —Estás realmente hermosa —le dije dándole un beso en la frente—. Mi papá de verdad es demasiado afortunado. —No digas esas cosas. Los afortunados somos los dos… hija quise venir antes de que llegaran los invitados para hablar contigo, en realidad hay una cosa que tengo que pedirte. —Claro, tú solo dime y te prometo que haré todo lo que esté a mi alcance. —Estoy que me muero de la vergüenza, pero necesito que hagas algo por nosotros, tu papá le debe mucho dinero a su jefe, es demasiado y la verdad no sé como lo vamos a pagar. Estamos en la ruina, cada vez vamos más abajo, no veo la forma de salir de esto. —Pero… no creí que estábamos tan mal. ¿Por qué esperaste hasta hoy para decirlo? —Me levanto y paso los dedos por mis cabellos. —Tu padre me pidió no decir nada, pero el hecho de que ese hombre venga hoy, es con solo un propósito y es cobrarnos de cualquier manera el dinero… Pero ahora siento que estamos contra la espada y la pared, es demasiado dinero el que debemos; ni siquiera vendiendo la casa y quedándonos sin una sola prenda alcanzaríamos a pagarle. —¡No puedo creer lo que me estás diciendo! No estoy de acuerdo que me hayan ocultado algo tan importante como esto, pero los ayudaré a salir de eso, hablaré con ese hombre y le trabajaré si es necesario. —Tu debes terminar los últimos semestres de la universidad y trabajar con él quizá hará que pierdas las oportunidades. —¿Entonces qué propones mamá? Estoy buscando una solución algo que posiblemente ustedes no han hecho. Mamá no me importa tener que aplazar un poco mis estudios con tal de pagarle ese dinero a ese hombre. —Hija, por eso estoy aquí. Él encontró una solución para que podamos saldar la deuda. —Bueno, hubieras empezado por eso. ¿Cuál es la dichosa solución? Puedo ver como mi mamá toma aire, guarda un poco de silencio y mueve sus dedos buscando la manera perfecta para poder decir las cosas, buscando las palabras correctas. —¿Tan mala es la solución? —la incitó para que ella responda puedo notar como se quiebra y la imagen alegre de mi madre entrando por esa puerta simplemente se desvanece—. Mamá habla, porque en verdad me estás preocupando. —Hija, ese hombre quiere casarse contigo —musita mi madre. Parpadeo un par de veces intentando procesar lo que ella acaba de decir y me es inevitable no soltar una gran carcajada. —Lo siento, creo que no te escuché bien por estar pensando en otras cosas… podrías repetirme por favor lo que acabas de decir. —Él quiere casarse contigo y de esa forma la deuda quedaría un poco saltada. Mi rostro en estos momentos es todo un poema, no tengo claro exactamente que expresión estoy mostrándole a ella, pero lo único que sí puedo decir con certeza es que no sé cual de los tres está más loco: si mi madre, mi padre o el tipo ese. —¿Me imagino que supiste que responder cuando él propuso aquella bestialidad? —cuestiono, ella baja su mirada dejándome claro que no fue así—. Mamá, dime ¿Qué le dijeron exactamente? —Hija, ¿Qué querías que le dijéramos? Él nos ha tendido mucho la mano, nos ayudó cuando me diagnosticaron la enfermedad prestándonos dinero y no solo eso, él ha cubierto en gran parte tu universidad con los préstamos que tu padre le ha hecho. —¿Y por qué no hablaron conmigo? Yo hubiera trabajado, hubiera aplazado la universidad. Ahora le estamos debiendo dinero a un hombre que su solución es casarse conmigo. ¿Si escuchas lo loco que suena eso? —alcé mi voz y es que me sentía realmente ofuscada, completamente burlada por parte de ellos. —Hija… —No mamá. Lo siento, pero no. Yo les agradezco demasiado que hayan hecho todo lo posible para que no nos faltara dinero pero esa no es la forma, hablaré con ese hombre y me encargaré de pagarle hasta el último centavo, pero te pido que no tomes decisiones por mí. —Hija, entiendo que estés demasiado molesta. —No solo estoy molesta —la interrumpí—. También estoy dolida por la manera en la que prácticamente me quieren hacer venderme para él. —Eva, nunca en la vida te pediría que te vendieras para un hombre. Pero esta puede ser la oportunidad que necesitas para salir de esta maldita pobreza. Él es un hombre que tiene mucho dinero y te puede dar el futuro que necesitas. —No quiero casarme con alguien solo por interés… tengo novio —mi voz sale entrecortada—. Estoy enamorada de él y tengo planes de hacer mi vida con él. —Eso solo es un amor pasajero, si te lo propones Andrew Thomson puede ser el amor de tu vida —ella dice mostrando seriedad, comienzo a reír y me asomo colocando mi cuerpo cerca de la ventana. —Por mi, Andrew Thompson y su dinero se pueden ir al infierno. No voy a aceptar, no voy a dejar al hombre que amo por un desconocido. —Mi madre se pone de pie e intenta acercarse, pero mi mano la detiene—. Es mi última decisión. —¿Por qué tienes que hacer que esto sea tan difícil? Eva tu padre y yo estamos cansados, estamos viejos y no queremos que tengas un mal futuro y sí… fue un error de tu padre pedir tanto dinero y no saberlo manejar, fue culpa mía no haberme dado cuenta de todo esto antes. Sin embargo, ahora puedo remediarlo. —¿Remediarlo mamá? Mi respuesta es no. Me voy a terminar de arreglar, no quiero que se arruine todo esto que se preparó para ustedes. Vete de mi habitación. Ella baja su rostro y sale, limpio rápidamente la lágrima que cae por mi mejilla. No puedo creerlo… no puedo ni siquiera procesar todo lo que escuché. Miré la hora, faltaban unos cuantos minutos para bajar y ya podía escuchar las risas de las personas en la planta de abajo. No importaba lo que fuera a pasar, pero le dejaría claro a ese hombre que de mí no va a obtener absolutamente nada más que su dinero. Bajé las escaleras y pude ver a algunos familiares, esos que solo aparecían cuando alguna ocasión especial lo ameritaba. De reojo pude ver como mis papás saludaban y estaban tomados de las manos. También fue inevitable verlo… el amor de mi vida allí. Le di una cálida sonrisa, sé el esfuerzo que está haciendo por estar en este momento aquí, pues es claro que mis padres no lo quieren y que seguramente no fue fácil pedir permiso en su trabajo, pero una vez más me demuestra que él es el indicado. Camino hasta donde él, con total seguridad, puedo notar su mirada cargada de amor, esa que siempre me da y que me hace sentir mariposas en el estómago. Antes de llegar hasta donde él, mi cuerpo se estrella contra un torso bastante fuerte. Levanté mi rostro y allí lo vi… el jefe de mi padre.