Dominic
Me arregle para ir a la empresa, trabajar en la empresa de mi padre no era algo que me emocionara, acepte hacerlo con una condición y esa era que ya no me pidieran casarme con Támara o alguna otra mujer, se suponía que Támara era mi novia pero desde que la vi no quise acercarme a ella, mi madre insistía tanto pero no me veía con Támara tampoco la quería y eso era extraño pues yo decía amarla, creo que junto con los recuerdos se fueron mis sentimientos.
—Buenos días, nana —la salude pues ella servía el desayuno, mi nana me cuidaba desde que era un bebé, recuerdo que mi madre se ponía celosa de ella, pero es que mi nana siempre ha estado para mi.
—Buenos días mi niño ¿Cómo te sientes? —preguntó.
—Muy bien nada, volví a tener el mismo sueño —le susurré.
—¿El del campo de flores? —asentí —es muy difícil que lo encuentres, hay muchos campos en el mundo, no te esfuerces demasiado.
—No lo hago nada, pues aunque me esfuerce eso no sirve de nada, han sido años llenos de incertidumbre, nana anhelo tanto recordar que cuando lo intento mi corazón duele, una tristeza me embarga, dicen que solo viaje durante esos años pero yo siento que he perdido algo muy importante —ella me miró con tristeza, acarició mi mejilla.
—Mi niño, como quisiera poder ayudarte, pero tu te fuiste y yo no supe más de ti —asentí comprendiendo, quisiera pistas de esos años, pues siento un vacío en mi.
—¡Dominic! —grito mi madre —¿Qué significa esto? —preguntó furiosa arrojando una de las revistas a la mesa.
—¿Una revista?....
—Si y tu sales en ella, debías mantener un perfil bajo, tu mismo dijiste que no te gustaba la fama ni nada de eso y mira sales en la portada, no comprendo como a tu padre se le pasó esto —se masajeo la sien, estaba muy molesta y a la vez un poco nerviosa.
—Mamá tranquila, solo es una foto y eso fue hace meses, no tienen más fotos de mi y querían hacer publicidad a la nueva campaña, ves dicen que será un éxito —miró la foto que fue tomada en aquella gala a la asistí con Alena.
—Es que eso no debía salir Dominic, peor que sales con una mujer cualquiera —la mire molesto por su comentario.
—Es una de nuestras modelos, una empleada y es una buena mujer —dije, ella solo negó, rodé los ojos al ver su exagerado drama.
—¿Qué sucede mujer? ¿Por que estas así? — preguntó mi padre.
—Sucede que Dominic salió en una revista el día de ayer —señaló mi madre molesta, los mire extrañados ¿por qué les preocupa tanto? —¿Por qué lo permitiste? —le preguntó mi mamá.
—Estuve ocupado, no creo que una sola foto haga la diferencia, es solo una no te preocupes por eso —le aseguro mi padre, mi madre lo miro con frialdad. Al parecer se comunicaron entre miradas. Tomé mi desayuno y luego salí a la empresa, me esperaba un día ocupado y cansado, todo debía estar listo para el lanzamiento de los nuevos zapatos…
Emily
Julián arreglo todo para poder viajar, no se como le hizo pero consiguió los dos boletos para Italia, saldríamos temprano pero necesitaba despedirme de mi pequeño, esta seria la primera vez que me alejaría de el.
—Buenos días príncipe —me acerque a mi hijo quien aun tenía su pijama puesta.
—Buenos días mami —me saludo y dejo un beso en mi mejilla.
—Mi amor, mamá deberá viajar por algunos días —tome sus manos entre las mías —prometo volver pronto, obedece a tus abuelos, te llamare todos los días.
—¿Vas muy lejos? —preguntó.
—Un poco, pero prometo volver pronto, te voy a extrañar mucho —lo abracé, mis ojos ardieron pero no lloraría frente a mí hijo.
—También te voy a extrañar mami, vuelve pronto por favor —pidió.
—Lo haré mí amor, te amo mi príncipe —deje un beso en su frente.
—Te amo mami —mi madre lo tomo en brazos, me partía el corazón ver la tristeza en sus ojos, pero debía hacer esto y no puedo exponerlo a el, pues no se con que me encuentre en Italia.
…
Estando en el avión miraba por la ventana, durante tantos años creí que el nos cuidaba desde el cielo, que tonta fui. A pesar de todo me sentía emocionada por volver a verlo, en la foto se notaba que había cambiado un poco, mordí mi labio tratando de no llorar, la mano de mi hermano se coloco sobre la mía, me sonrió con calidez.
—Se que te emociona verlo, pero debes estar tranquila y preparada para todo —aconsejo el, y lo estaba, me sentía preparada para todo, al menos eso creía yo…
…
Dos horas después estábamos en el hotel donde nos hospedaríamos el tiempo que sea necesario, la ansiedad se apoderaba de mi, quería salir corriendo a buscarlo y que me explicara qué que era lo que estaba pasando.
—Emily, necesito que te quedes aquí, tratare de investigar algunas cosas, se que estas ansiosa y te entiendo pero por ahora descansa, necesitas estar fuerte, no sabemos que pasará, vendré por ti en un par de horas, espérame Emily —pidió.
—Julián pero…
—Por favor Emily, ya estamos en Italia hermana, un par de horas más no hará la diferencia ¿entendido? —asentí, el dejo un beso en mi frente y se marchó.
Perdón Julián pero no creo poder esperar mucho, he pasado años creyendo que estaba muerto y quiero verle ahora…
Julián
Salí del hotel, tomé un taxi y busque un lugar donde pudiera rentar un auto para los días que estaríamos aquí. Aquí había algo extraño, pero siento que Dominic no es el culpable de esto. He estado pensado en todo lo que pasó ese día, los padre de el exigieron su cuerpo y luego no dejaron que nadie pudiera verlo. Ellos no parecían afectados por su hijo, solo querían sepultarlo e irse.
Busque la ubicación de la empresa en que se supone trabaja Dominic, más bien tengo entendido que es la empresa de su padre.
En cuanto llego no se si entrar y pedir verlo o esperar a que salga, lo cual veo difícil ya que es seguro que debe salir directamente del estacionamiento. Así que me voy por mi primera opción, entro a la empresa y me acerco a la recepcionista.
—Hola, disculpe podría decirme.. ¿donde puedo encontrar a Dominic Bellini? —ella me miró y me sonrió.
—El señor Bellini se encuentra muy ocupado, esta en una reunión —me informo.
—Lo puedo esperar por eso no tengo problema —dije.
—Lo siento pero el tendrá otra reunión después de esta…
—Señorita… solo soy un viejo amigo, dígale que lo busca Julián, si el no sale yo iré a buscarlo, por favor comuníquese con el —le pedí ya un poco irritado, necesitaba verlo ahora antes de que Emily viniera a buscarlo. En ese momento lo vi pasar junto a un grupo de hombres, me aleje de la recepción ignorando las quejas de la mujer —¡Dominic! —le grité, el se giró y me miró confundido —Que bueno que te encuentro.
—Señor disculpe le dije que no podía pasar y el insistió —se disculpó la recepcionista.
—No te preocupes yo me encargo —le dijo el. Estaba tan tranquilo como si mi presencia no le importunara, me miró fijamente —¿En que le puedo ayudar? —preguntó con amabilidad, lo mire extrañado.
—Quiero hablar contigo —dije, el frunció en entrecejo.
—Disculpe pero en este momento no dispongo de mucho tiempo —dijo mirando su reloj.
—¿Por qué te comportas como idiota? —pregunté ya molesto por su actitud.
—¿Disculpe?.
—¡Por Dios! Deja de fingir que no me conoces —le exigí, pues el me trataba y me miraba como si yo fuera un completo desconocido.
—Es que no te conozco ¿Quién eres? —preguntó.
—No juegues imbécil, fingiendo que no me recuerdas no arreglaras nada, pagaras por su sufrimiento— intente acercarme a él pero un hombre me detuvo.
—Disculpa pero en verdad no te recuerdo —dijo sincero, lo mire incrédulo.
—¿No sabes mi nombre? ¿No sabes quien soy? —interrogue. El negó totalmente confundido, parecía buscar en su memoria.
—Señor Bellini, lo están esperando —lo llamo una mujer.
—Debo irme ¿puedes buscarme mañana? —inquirió. Había cierta desconfianza en el.
—Esta bien —respondí, aun no podia procesar el hecho de que él estuviera vivo y ahora resulta que no recuerda nada ¿es eso posible? ¿Eso no sucede solo en las películas? Creo que debo investigar mucho más antes de verlo. Salí de aquel lugar con mi mente confundida, no se que pensara Emily de esto, debo hablar con ella pronto.
Llegue al hotel y al estar en la habitación la busque por todos lados y ella no estaba. Emily me matará de un ataque al corazón, salí con mi móvil en mano llamándola, pero no responde, mi padre me matará…
Emily
No pude más, necesito verlo, necesito comprobar que es real, quiero tenerlo frente a mí y que sus ojos conecten con los míos una vez más…
Durante el trayecto mi corazón golpeaba mi pecho, mis manos y mis piernas temblaban, en internet busque un poco sobre la empresa de los Bellini, pero de Dominic no se hablaba nada.
Mire el edifico frente a mí, mi corazón martillaba mi pecho, el debe de estar dentro, la hora de salida ya se acercaba, entre al lugar observando a todos lados, la recepción estaba vacía, un vigilante se acercaba y apresure mis pasos hacia los ascensores, no sabía a que lugar dirigirme, una mujer bajo del ascensor.
—Hola, disculpe ¿podría decirme en que piso puedo encontrar al señor Bellini? —pregunté ella me miró sonriente.
—Hola, si claro, es el séptimo piso —respondió.
—Muchísimas gracias —subí ascensor. Vamos Emily relájate —me decía.
Subí al piso qué ella me indico, salí del ascensor observando todo el lugar, estaba nerviosa pues prácticamente me había colado, parecía un ladrón pero yo solo quería ver a mi Domi.
Mi móvil comenzó a sonar y lo saque de mi bolso, no quería responder pero sonaba con tanta insistencia, respondí y seguí caminando.
—Emily.. ¿Dónde estas? Te dije que esperaras aquí… —me regaño.
—Lo siento. No podía esperar más, quiero verlo Julián —en ese momento lo vi salir de una oficina, mi mundo se detuvo y se quedo ahí de pie frente a su oficina revisando algo en su móvil, me acerque a él, mis ojos se llenaron de lágrimas.
—Emily… ¡Emily! —me llamo Julián.
—Lo estoy viendo Julián. Es él —dije con emoción.
—¡Joder, Emily! Escúchame, hermana el no recuerda nada —me detuve en seco.
—¿Qué? —pregunté casi sin aliento, en ese momento, el levanto su vista, frunció el ceño, se acercó a mí…
—Al parecer ha perdido sus recuerdos, el no nos recuerda Emily —aquellas palabras fueron una puñalada a mi corazón pero lo siguiente me dolería aun más, aleje el móvil de mi oído, el estaba frente a mí. Quería abrazarlo y besarle, decirle que lo extrañe demasiado, un nudo se formó en mi garganta al ver como sus ojos me miraban con extrañes.
—Dominic… —mi voz salió muy suave como un susurro.
—¿La conozco? —Y aquellas palabras fueron una verdadera puñalada en mi pecho, el aire escapo de mis pulmones, mis ojos llenos de lágrimas, soy solo una desconocida para mi esposo…