Polos Opuestos

Sentí como sus paredes apretaban deliciosamente mi m*****o, haciéndome jaquear y liberarme dentro del condón. El gimió y se desplomó sobre mi. Sonreí, el era tan bonito, y yo lo amaba mucho. Aunque yo me sentía casi sin fuerzas, alcé mis brazos y rodee su cintura, pero sabia que no le gustaba. Cuando recupero el ritmo normal de su respiración se levantó bruscamente, haciendo que lo soltase, me miró con el ceño fruncido. -Sabes que no me gusta que me abraces, estamos sudados. -Perdón Tom. El negó con la cabeza y entró al baño. Yo me quede en la cama, con el brazo izquierdo encima de mis ojos. Solté aire. ¿Por que no se dejaba querer?  Me quite el condón y lo tire en la basura, acto seguido recogí mi ropa. -Apúrate Williams, sabes que ya llegarán los demás. -¿Quienes vienen?.- pregunte subiendo la cremallera de mi jean. -Mis padres, unos amigos de la universidad y Robert. -¿Por que Robert? Ni siquiera eres cercano a el. -No se Williams, el supo que es mi cumpleaños y quiso venir. Tomas ya estaba arreglado por lo que salio de la habitación. Suspiré y seguí a mi mejor amigo. Le ayude a poner la mesa, la comida y comprar bebidas. A pesar de ser mediodía, a Tomas le encantaba beber, a cualquier hora. -Si viene alguien abre la puerta.- me grito desde las escaleras antes de subir corriendo por ellas. La casa de Tomas era inmensa, el y su familia tenían una gran fortuna, todo lo contrario a mi, que vine a la ciudad para estudiar, luego de que mis padres murieran, y aun con todo el esfuerzo que puse, tuve que dejar la universidad para aceptar un trabajo aparentemente estable; pero fue todo lo contrario, al correr tres meses fui despedido, y luego de eso pase de un trabajo a otro, ninguna con buena paga.  Y ahora estoy sin trabajo, sin casa sin dinero.. Tomas me dejo quedarme aquí, pero muchas veces me di cuenta de que le molesto. Sacudí mi cabeza para salir de esos pensamientos y escuche el timbre. Fui hasta la puerta y me encontré a los padres de Tom. Su padre me sonrió y su madre solo hizo un intento de sonrisa.  Nunca les caí bien, supongo que es porque piensan que yo hice gay a su hijo.. lo que no es verdad, yo ni siquiera había aceptado mi sexualidad cuando el se los dijo. -Pasen.- les dije con una sonrisa y me hice un lado. Ellos pasaron, y cuando estaba por cerrar la puerta vi a un hombre alto, y extremadamente guapo, parecía actor y se bajó de un automóvil muy lujoso. Al comenzar a caminar hacia la puerta, me vio y me sonrió. Una hermosa sonrisa. Cuando por fin llegó a mi me miró de arriba a bajo sin descaro. -¿Esta es la casa de Tomas?.- preguntó, con su voz masculina, tanto que me hizo sonreír. -Si, el esta en su habitación, puedes pasar. -Bien.- entro y se giró.- ¿Y tu eres? -Dunn Williams.- le tendí la mano y con mi voz mas coqueta.- Soy el mejor amigo de Tomas. Sonriendo acepto mi mano y la apretó. -Mi nombre es Edu Adams, soy su compañero de la universidad. Adams, claro que conocía, ese apellido, era muy conocido en el pais. Una de las familias mas ricas. El resto de los invitados llego a los minutos, incluyendo a Robert, el vecino de mi mejor amigo. Yo solo conocía a sus padres, pero estos no me querían, por lo que prácticamente todo el almuerzo comí sin hablar con nadie. Sentado en la misma mesa que todos, pero notablemente apartado. Tomas prácticamente me ignoró. Me sentí mal, Dios! Yo era su mejor amigo, y el sabia que yo no conocía a nadie.. pero ni siquiera hizo por incluirme a su grupo , nada... es mas estaba casi sentado en la piernas de Robert. Sus padres se fueron al terminar de comer; y fue entonces que sacaron al alcohol. -¿Quieres?.- escuche y levante la cabeza, encontrándome con un vaso de cerveza, sostenido por Adams Edu. -Claro.- le dije. Tome el vaso y el se sentó a mi lado en el sofá.  -No eres de hablar mucho, cierto? -Puede ser.- conteste y tome un trago. -Te llevarías bien con mi novio.- me contestó. Ja! Quise reír histericamente, por fin me atraía alguien que ni fuese Tom.. pero tenia novio. -¿Por que no vino?.- pregunte con falsa curiosidad El se encogió los hombros.- No quiero que me haga pasar vergüenza frente de mis nuevos amigos. Abrí y cerré la boca. ¿Es posible que alguien hable así de su pareja? -Oh.. El rió.- Cuéntame Williams ¿Que haces de tu vida? -Pues.. -No hace nada.- grito Tomas desde el otro lado de su habitación.- perdió su trabajo y vive conmigo. Vi a Robert reír, a todos sus amigos reír también.  Mierda. Tomas ya estaba borracho. Me sentí muy mal. -¿En serio?.- preguntó Edu. -Si.- dije con el tono bajo. -Estoy buscando a alguien que trabaje para mi.- dijo y por fin lo mire. -¿En que? -Pues yo casi no tengo tiempo de estar en casa... y ya sabes, necesito alguien que "cuide" a mi novio.- hizo comillas con los dedos. -¿Cuidar?.- entrecerré los ojos. El sonrió.- Ya sabes, estar con el cuando yo no esté, soy un hombre muy conocido, debo cuidar mi imagen y lo menos que quiero es que el meta la pata. -¿Me estas diciendo que lo vigile? -Si lo quieres decir así, pues si. Te voy a pagar bien, ademas te ofrezco una habitación en mi casa. -Ohh y por que tan de repente? Digo, no quiero ser desconfiado, pero recién nos conocemos. -Tomas me habló de ti, y me preguntó si tenia algún trabajo. -Ah. Fruncí el ceño, mierda, estaba decepcionado de Tomas, ¿Tanto estorbo era para el? Lo peor era que yo siempre quise mantener distancia con el, pero de una u otra forma termino en su cama, en sus brazos, en sus labios. Pero lamentablemente nunca en su corazón.. a pesar de que el si está en el mio. -¿Entonces que dices?.- la voz de Edu me sacó de mis pensamientos. -Esta bien.- acepte, pero no tanto por necesidad, lo hice mas solo para complacer a Tomas. -Dame tu numero y yo te llamo mañana para arreglar.- saco su celular y anote. -Gracias. -Gracias a ti, la verdad es difícil encontrar personas que quieren hacer este trabajo. Bueno.- se levanto.- me tengo que ir, ya sabes... mi estúpido novio. -Esta bien.- me levante con el y le tome la mano, antes de que se fuera. Fui al baño y me lave la cara. Tenia ganas de llorar. ¿Por que mierda tenia que estar enamorado de mi mejor amigo? Por que el no me correspondía? Por que solo con el puedo ser dulce? Por que solo con el me sale lo cursi y la amabilidad? Estuve controlando mi llanto un largo tiempo hasta que unos toques en la puerta me hicieron saltar, gire y esta se abrió, mostrándome a mi mejor amigo. -Williams.-susurro acercándose.- Robert ya de fue y tengo un problema. -¿Que problema?.- temblé cuando el se pego a mi cuerpo, puso sus manos en mis hombros. Me hizo notar lo duro que estaba. -Follame Williams, me dejó con ganas. Mire su hermoso rostro y me acerque a sus labios,pero como siempre, aparto su rostro.  Nunca dejó que lo bese, a pesar de que tengo sexo con el desde hace 4 años. Se dio la vuelta, bajo su ropa y se apoyó en en lavamanos. Tambien me baje los pantalones hasta las rodillas, me puse uno de los cientos de condones que había en el baño, me lo puse y entré en el. Gemimos alto, no espere mucho para moverme, pues habíamos tenido sexo hace unas horas, el estaba más que preparado para recibirme. -Oh si ahi Robert.- gimió.- dame más. Le di tan duro como pude hasta que el se corrió. Yo no pude hacerlo y toda la erección se me bajo, cuando el cayo dormido hacia atrás, con su espalda pegada mi pecho. 'Robert' susurraba. Lo tome y como pude lo lavé. No era para nada pesado, por lo que fácilmente lo tome entre brazos y lo llevé hasta su cama.  Lo arropé, mire el reloj y ya eran las 17. Me acerqué a el y le di un beso en la frente. Que hermoso era. Baje y me encontré con sus amigos borrachos, riendo y haciendo tonteras . No valía la pena hablar con ellos en ese estado. Salí de la casa y le mande un mensaje a mi primo "Shane, ire esta noche a tu casa,así que no lleves a ningún hombre" Me subí en el primer bus que vino, cualquiera me llevaba hasta la terminal principal, para poder comprar un boleto a las afueras, al campo.. a mi pequeño pueblo. Me senté en el fondo, para el lado de la ventana, siempre me gustó ese lado, pues me gustaba ver el cielo desde allí. Tome mis auriculares y puse la música a todo volumen. Mis pensamientos fueron a el, a mi mejor amigo, a la única persona que me hace bien, al hombre que amo... al que no me ama. Las lagrimas salieron, y el intento de que la música calle mis pensamientos, fracasó por completo. Y para empeorar comenzó a llover. Y de una u otra manera me sentía contenido por el cielo. No dejaba que yo llore solo. Me quite los auriculares y lo guarde en el bolsillo de la chaqueta. Ya no quería torturarme con música triste. Pero no funcionó, la presión en mi pecho dolía, las lagrimas salían solas, y mi mente no dejaba de gritarme que nunca tendría a Tomas, que el estaba enamorado de Robert  y que una vez que ellos estén juntos, yo quedaría solo. Solo en este cruel mundo, y ya no tendría nada que me aferre a el. La única familia que tengo es Shane pero el solo me presta una cama de vez en cuando, el no dice nada cuando lloro, el no dice nada cuando fumo marihuana, el no dice nada cuando me corto los brazos... el solo se queda en silencio. Mire mis brazos, mis cicatrices.. hacia tanto que no me lastimaba, que casi ni se las veían. Pero sabia que esta noche esto ya no seria así. -Cuando esas lagrimas se sequen van a quedar feas en tu rostro. Gire asustado para mirar al hombre que estaba sentado a mi lado, cosa que nunca me di cuenta. Llevaba una gorra, y una mascara cubriendo su boca, y los ojos no se le veían, pues su cabello caía y los tapaba. Mire su mano y la tenia tendida hacia mi con un pañuelo azul. -¿No vas aceptar mi pañuelo? Por que ya me duele el brazo de tanto tenerlo así. Seguía confundido por ese hombre, pero tome el pañuelo y me sequé las lagrimas. Que ya no querían salir, pues yo estaba sorprendido por el desconocidos. Aquí no es muy común que la gente te hable si no te conoce. -Gracias.- le contesté. El se quitó la mascara y me sonrió.  Era bonito, y quizás tenia 25 años, al igual que yo. -Oh de nada, te vi llorando y mi cuerpo se movió solo para ofrecerte mi pañuelo. Por cierto quedatelo, yo tengo otro. -Bueno. -Ya pasará.- soltó de golpe. -¿Que? -Lo que sea que te hizo llorar, ya pasará, puede que tenga o no solución, pero nada duele para siempre. -No me gusta el optimismo.- contesté serio. El largó una carcajada que me molestó. -¿De que te ríes?.- fruncí el ceño. Me estaba enojando. O quizás yo buscaba cualquier razón para descargarme. -De ti, estas amargado.- miro hacia arriba y llevo su mano a la barbilla como pensando.- Te aconsejo de que te juntes con niños, ellos si te hacen dar ganas de ser feliz. -Eres muy entrometido por lo que veo. -Mucha gente me lo dice.- rió.- Pero hice algo bueno ya hoy. -Que?. -Hice que dejaras de llorar.- se puso la mascara de nuevo y se levanto.- Adiós señor llorón. No le conteste y casi saltando bajo del bus. Lo seguí con la mirada y el camino desde fuera hasta dar con mi ventanilla. El bus arrancó y lo seguí con la mirada. -Llorón!.- gritó y alzó la mano despidiéndose.- Me llamo Augustin! Dunn Augustin!