Amor Bajo Contrato

El ruido monótono de los teclados llenaba el aire en la bulliciosa oficina de Ardent Industries. El reloj marcaba las 8 de la mañana, y Mia Evans, con su cabello recogido en un elegante moño, se movía con gracia entre los cubículos. Con cada paso, sus tacones resonaban en el suelo, marcando un ritmo acelerado que reflejaba su determinación. Mia estaba completamente inmersa en su trabajo, organizando meticulosamente archivos y preparando presentaciones para la próxima reunión ejecutiva. Su eficiencia y dedicación la habían convertido en una pieza clave dentro de la empresa, a pesar de su posición como una simple empleada de nivel medio. En el extremo opuesto de la oficina, la puerta de la imponente oficina del CEO, Ethan Hayes, se abrió de golpe. Ethan, un hombre de negocios conocido por su enfoque feroz y su perfeccionismo, emergió con la mirada fija en un montón de papeles. El destino parecía jugar sus cartas cuando un descuido causó la colisión entre ambos. Mia, con una pila de carpetas en brazos, tropezó con un cable suelto, perdiendo el equilibrio. En un instante, el mundo parecía ralentizarse mientras los papeles caían al suelo, dispersándose como hojas en el viento. Ethan, sin perder su compostura, se agachó rápidamente para ayudarla. Sus miradas chocaron en un instante de sorpresa mutua. Mia se perdió en los ojos avellana de su CEO, mientras que Ethan quedó impresionado por la determinación y la gracia de la joven empleada. —Lo siento muchísimo —, murmuró Mia, tratando de recoger apresuradamente los documentos. —No te preocupes —, respondió Ethan con calma, su voz resonando en una de las habitaciónes de la gran empresa, aparte de tener la oficina a 6 pasillos de donde estaba parada, ella sabía que solo era un pequeño sector, pero ¿De dónde salió este hombre misterioso?. La electricidad entre ellos era innegable, una tensión palpable que desafiaba cualquier lógica. En ese fugaz momento, algo cambió dentro de ambos, una conexión inexplicable que ninguno podía ignorar. Con un gesto rápido, Ethan recogió algunos papeles dispersos y sus manos se rozaron. Un cosquilleo recorrió la espalda de Mia, dejándola sin aliento por un segundo. El encuentro inevitable entre Mia y Ethan, aparentemente un simple accidente, marcó el comienzo de una historia de remolino de sensaciones únicas, que desafearía sus mundos, alterando el curso de sus vidas de una manera que ninguno de los dos podría haber anticipado. El destino había tejido sus hilos, iniciando un juego intrigante entre dos personas cuyos caminos estaban destinados a cruzarse de la manera más inesperada. Este encuentro sería solo el comienzo de un vínculo que transformaría sus vidas de maneras que ni siquiera podrían imaginar. Lo que Mia no sabía era que aquel encuentro fortuito con Ethan Hayes, el carismático y estricto CEO de Ardent Industries, sería solo el preludio de un giro inesperado en su vida. A medida que recogían los papeles esparcidos por el suelo, el silencio entre ellos se llenó de una energía intensa, una corriente eléctrica que parecía fluir cada vez que sus miradas se encontraban. Mia se esforzaba por mantener la compostura, pero su corazón latía con fuerza, traicionando su calma aparente. Ethan, con su típica serenidad, tomó las carpetas adicionales de las manos de Mia. —Permíteme ayudarte —, dijo con una sonrisa leve pero amigable y a su vez sensual. Mia asintió, sin poder evitar sentir un nudo en la garganta. Era la primera vez que se encontraba cara a cara con el hombre que lideraba la empresa en la que ella había dedicado tantos esfuerzos por 5 años. La fuerza magnética entre ellos era innegable, como dos polos opuestos que luchaban por mantenerse separados. A medida que terminaban de recoger los documentos, Mia se disculpó una vez más. —Realmente lo siento mucho—. —No debería haber sido tan torpe —. —No te preocupes, estos accidentes ocurren —, respondió Ethan con calma, devolviéndole una mirada profunda que desató un cosquilleo en la nuca de Mia. Sin embargo, antes de que pudiera decir algo más, la interrupción de una llamada urgente a la línea directa de Ethan rompió el momento mágico que habían compartido. Con una inclinación de cabeza, Ethan se excusó y regresó a su oficina, dejando a Mia con una mezcla de emociones confusas y un misterioso presentimiento en el corazón. Mia se quedó allí, inmóvil por un momento, contemplando el camino por el que se había cruzado con el hombre cuyo nombre resonaba en todos los rincones de la empresa. El encuentro había sido breve pero impactante, creando un remolino de preguntas y emociones en su mente. ¿Qué significaba aquel instante de conexión? ¿Sería simplemente un encuentro casual o algo más profundo y significativo? Con el corazón aún acelerado, Mia regresó a su escritorio, intentando enfocarse en su trabajo mientras su mente se perdía en los misteriosos ojos avellana de Ethan Hayes, un hombre cuyo aura desafiaba las expectativas y cuya presencia había alterado su mundo de manera inesperada. El destino había dado su primer paso, y Mia se encontraba en el epicentro de un camino lleno de sorpresas, desafíos y, tal vez, una aventura de amor bajo un contrato que cambiaría todo lo que conocía hasta ahora. Luego del encuentro con Ethan, Mia luchaba por concentrarse en sus tareas habituales. Las imágenes del instante compartido con el CEO se repetían una y otra vez en su mente, un eco persistente que desviaba su atención del trabajo. El bullicio de la oficina parecía desvanecerse mientras Mia intentaba desentrañar las emociones que aquel encuentro inesperado había despertado en ella. ¿Qué era aquella sensación que la había dejado tan desconcertada y al mismo tiempo llena de curiosidad? Decidida a retomar el control, Mia se sumergió en sus responsabilidades laborales. Sin embargo, cada vez que alzaba la vista, sus ojos inconscientemente buscaban la puerta cerrada de la oficina de Ethan, preguntándose si él también estaría pensando en aquel breve pero impactante momento. Los rumores no se hacían esperar y los chismes sobre el CEO eran habituales en la empresa. Algunos lo describían como un hombre intrépido y centrado únicamente en los negocios, mientras que otros hablaban de una faceta más intrigante y misteriosa que se ocultaba detrás de su fachada profesional. Mia se encontraba en una encrucijada, debatiéndose entre la lógica y la fascinación que sentía hacia aquel hombre cuya presencia había desencadenado una marea de emociones en su interior.