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En mi vida pasada elegí a Grayson por sobretodas las cosas a cambio de su desprecio e indiferencia, a cambio de que luego de mi muerte se casará con Alicia Donovan solo tres días después y que cuando papá, el hombre que lo había ayudado a posicionarse en donde estaba, enfermó este le diera la espalda... Ahora las cosas habían cambiado, nunca más lo elegiría.
Había regresado a ese día en que obligué a mi papá a que forzara a Grayson a llevarme al baile inaugural de "AGNES" el proyecto de inteligencia artificial en el que ambos estaban trabajando. Ese mismo día mi amigo de toda la vida Oscar me había invitado a jugar video-juegos, recuerdo que lo rechacé cruelmente diciéndole que era demasiado aburrido y que no me molestará más, por suerte había cambiado.
Suponía que todo aquello había sido solo un sueño demasiado largo aunque a decir verdad no se sentía como tal, así que fuera lo que fuera estaba dispuesta a que ese destino fatídico no se repitiera nunca más.
Mi padre entró a la habitación, llevaba en sus manos el hermoso vestido plateado que habíamos comprado para esa ocasión. Recordé lo ilusionada que estaba, el secuestro de la amígdala me llevó a revivir aquellos momentos antes de la tragedia.
—¿Estás lista?
—Papá no iré—murmuré—lo siento.
—Ahh—contestó él con tristeza—¿por qué no, bonita?—aquel hombre era la persona más buena del mundo, no merecía lo que Grayson le hizo en la otra vida.
—Porque ese chico con el que he estado obsesionada ama a otra mujer, creo que no debería inmiscuirme—mi padre frunció el entrecejo sorprendido—no es correcto, además prefiero pasar la tarde con mi amigo Oscar. La verdad es que entre más lo pienso más entro en consciencia de que no tengo nada en común con tu adepto—sonreí—así que tranquilo, dile que lleve a su chica.
—Me alegra ver que hayas madurado tan repentinamente, no quería decírtelo pero la verdad estoy seguro de que el amor no se puede forzar. Serás más feliz cuando existan sentimientos recíprocos.
—Lo sé papá, tranquilo... Usaré el vestido en otra ocasión—el me apretó las mejillas con ternura—suerte con el proyecto.
—Gracias cariño, estudia bien para tus exámenes ya casi vas a ser una gran bióloga—me dio un beso en la frente y salió del cuarto campante.
En mi vida pasada abandoné mi carrera para intentar llamar la atención de aquel sujeto que siempre decía que le gustaban las mujeres tradicionales, amas de casa y encargadas de las labores de crianza. Ahora entendía que el éxito femenino lo intimidaba, en esta vida quería continuar mis estudios: graduarme, hacer varias carreras, sacar una maestría e incluso un doctorado. Quería celebrarme a mí misma, como dijo en aquel momento el famoso escritor.
Me alisté rápidamente y salí disparada a ver a Oscar. Antes el no me había gustado por su aura inocente, su ternura y bondad. Siempre estaba tranquilo, con sus lentes bien puestos y un libro en mano. Era un geek, medio nerd obsesionado con el gimnasio demasiado torpe socialmente. Yo lo ignoraba y pasaba de él, ahora me preguntaba como podía ser tan pero tan bruta.
En cuanto mi amigo abrió la puerta me le colgué del cuello y lo abracé con fuerza, el me miró sorprendido. Sus mejillas se tornaron de color carmín lo cual me enterneció, era demasiado lindo. Fuimos adentro, Oscar provenía de una excelente familia a diferencia de Grayson. El había preparado café y galletas de todo tipo para mí, sabía que era una adicta a ese tipo de cosas.
Estábamos tomando café y charlando cuando mi celular comenzó a timbrar como loco, lo ignoré hasta que fue tanto que creí que sucedía alguna emergencia: «20 llamadas perdidas de Grayson».