La Otra Vida de Karinna

13

Oscar se quedó en silencio unos segundos, procesando mis palabras, intentando comprender como la persona que amaba se había transformado de forma tan repentina. Luego suspiro y dijo: «está noche moriré de amor si es necesario—me quedé en silencio, asimilando aquel drama—pero por eso mismo mañana renaceré. Espero nunca más volver a toparme contigo». Sus palabras se me incrustaron en el alma, apenas colgó lloré desesperada al día siguiente iba a tener una cara horrible para mi boda pero no me importaba, acababa de perder para siempre a una persona honesta y buena que daba todo por mí, me sentí completamente vacía.

Me quedé profundamente dormida entre sollozos, sintiéndome herida. Yo era como un animal cobarde ocultando su voracidad tras el adiestramiento que le habían dado, una parte de mí, la más salvaje y animal, deseaba revelarse contra aquella imposición: no quería casarme con Grayson aún cuando el bienestar de mi padre dependiera de eso, la otra parte que era la más sensible y humana sabía que esa era la única opción coherente. Saber que había dejado la vida del hombre más importante a la suerte sería algo que no me podría perdonar nunca.

Así que a la mañana siguiente desperté y me dejé llevar, permití que me bañaran, peinaran, maquillaran, vistieran y me transformaran por completo para el gran evento. Mi deprimente aspecto cambió por completo gracias a aquellas manos expertas. Yo no puse traba alguna, ya había aceptado mi trágico destino sin más. Solo debía sonreír, ser amable, fingir que todo estaba bien... En fin actuar con hipocresía, no parecía tan difícil después de todo.

Nuestra boda se celebraría en una enorme capilla, un lugar puro y etereo que sentía que no calzaba para nada con aquella unión artificial. A este punto aún no había tenido la oportunidad de hablar con él, no tenía idea de la razón por la que había puesto la condición de casarse conmigo para ayudar a mi padre, la razón más probable era que habia perdido su buen juicio, sin más. O era un idiota, que más daba saberlo a pesar de que estaba a punto de convertirse en mi esposo no me importaba en lo más mínimo.

Mi madre me abrazó, estábamos a la entrada de la iglesia y papá ya aguardaba para llevarme hasta el altar. Yo estaba un poco nerviosa, no podía negarlo.

—Recuerda ser una buena esposa—dijo sonriendo con lágrimas en sus ojos.

—Prometo hacer mi mejor esfuerzo—dije secamente, no entendía porqué ella pretendía actuar como si hoy fuera un día feliz para mí.

—Así es mi pequeña. Lo que ahora te corresponde cuidar, respetar, adorar, salvaguardar y serle fiel a ese hombre. Recuerda que los dos serán un pilar central en la vida del otro. El matrimonio es algo sagrado así que debes mostrarte un poco más devocional cariño—ella suspiró y acto seguido me acomodó el fleco, era tierna pero muy necia—¿por qué tienes esa carita, corazón?—me sorprendía que fingiera desconocimiento de causa con tanto descaro.

—No es nada mamá—respondí.

—No estés molesta conmigo—dijo entristecida

—No lo estoy—la abracé con sinceridad—gracias por todo, te voy a extrañar y... A mi casa, a todo lo que guardo en ella más allá de lo material. Por sobretodo a ti y a papá.

—Te amo, pequeña—dijo devolviéndome el gesto con firmeza—si algún día necesitas volver a casa recuerda que las puertas están siempre abiertas para ti.

La marcha nupcial comenzó a sonar, caminé del brazo de mi padre hasta donde se encontraba mi prometido rodeado de flores blancas y violetas. Lucía atractivo a más no poder sin embargo al verlo no sentí nada en absoluto. Escuché el sermón del padre en silencio, cuando me tocó decir «acepto» repetí la secuencia sin emoción alguna, automatizada como un robot.

El beso que Grayson depósito en mis labios fue frío como el hielo, se sintió como besar a un muerto viviente. Luego se separó sin decir una sola palabra. Durante la lectura de los votos el dijo algunas cosas a las que no presté atención y yo leí los míos que habían sido escritos por la IA la noche anterior, no habían palabras que dedicarle a aquella unión hueca. Durante toda la noche me mantuve en pie fingiendo ser una novia profundamente enamorada.