Una vez dentro del palacio, el medico y médico mágico llegaron de manera inmediata para revisar a Gyda.
-Su pulso es muy bajo, no esta muerta.- lo dijo el medico mágico mientras ocupaba sus poderes para impulsar su corazón a latir más fuerte.
-Majestad, la doncella estará bien, tuvo una falla cardíaca por que esta demasiado débil, es preocupante su nivel de desnutrición, su cerebro también puede comenzar a fallar, la comida es fuente de energía para el cerebro- dijo el médico mientras recogía sus cosas.
-Lo entiendo, gracias por venir de manera presurosa.- dijo Keelan.
Los médicos salieron de la habitación, Keelan no había visto da Gyda bajo la luz natural, era extraño pues en el celda se veía diferente, ahora podía notar lo enferma que se encontraba.
Su piel es tan pálida que puede ver las venas de su rostro, esta desnutrida, se pueden ver los huesos a través de su piel, era como piel de papel seco, esta deshidratada.
Keelan salió, encontradose con el mayordomo.
-Atento a que despierte, cuando sea eso traigale agua y comida modesta.- Ordeno Keelen
-Si, majestad- contesto el mayordomo
-Esto es un secreto entre nosotros dos ¿Entiendes?
-Si, majestad, yo mismo preparare todo sin que los sirvientes se enteren.
-Otra cosa, prepara un baño para ella y manténme informada de todo, desde el momento que despierte ve y avisame de manera personal.
-Si, majestad.
Keelan ahora sí creía muy posible la versión de Gyde, aunque aún había incógnitas por resolver ¿Por qué su padre la tenía en esas condiciones? ¿Por que no se iniciado un rescate para salvarla?
La cabeza de Keelan, le daba tantas vueltas, no entendía por que un ser tan indefenso como el que tenía enfrente había provocado semejantes leyendas, tampoco entendía que les pasadaba a sus guardias y su insistencia con su debilidad, pero para prevenir accidentes, puso a Gyda en un cuarto en la parte más solitaria del castillo, era una zona que nadie frecuentaba, solo los días de limpieza, pues era la parte fría sin áreas recreativas o comedores del palacio.
Keelan no podía irse sin obtener respuestas y no sabía si era buena idea confiar en que al estar tan débil de salud no los atacaría.
-Al final, algo debiste hacer para merecer el trato que te dan ¿No?- dijo el principe al viento, creyendo que nadie lo escuchaba.
-Se equivoca, mi único delito fue nacer siendo yo.- dijo Gyda, con la voz cortada, sin mucho aire en sus pulmones.
Gyda volvio a quedar en completo desmayo, era como si fuera una muerta viviente y el príncipe sintió cierta lastima por ella.
Cuando Keelen se encontraba ya en su estudió, llego Lord Alexey, colega y mejor amigo del príncipe.
-Vaya, su majestad, lo veo muy ocupado.- Dijo Alexey.
-Alexey, es un gusto verte aquí, necesitaba algo de distracción, no encuentro solución al siguente movimiento que debemos dar.- dijo Keelan.
-Ahora que lo mencionas ¿No te parece extraña esta calma? el rey Tyrone no ha movido un solo dedo desde que atacaste su reino.
-En efecto, me extraña bastante esta situación.
-Igual podría ser que simplemente esta a punto de rendirse.
Alexey siempre era relajado, parecía una persona floja, sin preocupaciones y siempre con la esperanza de que ya se fuera a terminar esa guerra. Era el opuesto de Keelan y eso los convertía en una excelente dupla, apesar de todo esto, Keelan estaba dudoso entre confiarle el secreto de que tenía a Gyda, pero al final termino por seder y esperaba que recibir otro punto de vista le sería de gran ayuda, tal vez había algo obvio que él no lograba ver.
-Alexey, sabes que eres como el hermano que nunca tuve y confío plenamente en ti.
-Por favor, Keelan, no me vas a convencer de volver a ser consejero, es un trabajo horrible por que tú eres un cabeza dura.
-Eres un estúpido.- Dijo entre risas Keelan.
-A ver hermano, que no es de sangre, cuéntame ¿Que te esta atormentando ahora?
-Tengo a una doncella encerrada en un cuarto escondido del palacio.- dijo muy serio Keelan.
-Tu, amigo, tienes maneras extrañas de enamorar.
-Hace unos días cuando se ataco el palacio de Windsor, trajeron a una doncella que pensaron era prisionera y cuando despertó le pregunté ¿Quien era?
-¿Pero por que la tienes en el palacio?
-Después de interrogarla por días la torture con alimento, no comió por cuatro días y se desmayo, la traje al palacio para que no muriera.
-Entiendo, pero ¿Por qué en el palacio?
-Dice ser Gyda, hija del rey Tyrone, princesa de Windsor.
-Pero eso es imposible, el rey Tyrone solo tiene un hijo, el infeliz príncipe Bastián, aunque ahora que lo pienso...
-¿Qué?.- Dijo algo exaltado el príncipe.
-Creo recordar que cuando eramos niños, ese reino estuvo de luto... tendriamos unos 8 años.
-No entiendo, Alexey.
-Creo recordar a mi padre decir que el rey de Windsor había perdido a su reina y a su hija menor en un accidente, pero que era un rey hermético y jamás hizo público el luto, lo recuerdo por que mi padre comerciaba por la ruta del reino.
-Es imposible, por que entonces estaría muerta, a menos que fuera mentira y si escondiera a su hija.
El principe se mareo un poco, todo era tan confuso.
-Keelan, respira, sabes que ese rey es un mentiroso y vendería a sus hijos por algo de tierra.
Justo en ese momento entro el mayordomo, miro a ambos y dijo:
-Majestad ¿Me permite un Segundo?
-Habla, Alexey lo sabe, esta bien si hablas frente a él.- Dijo Keelan.
-La joven a despertado, ya le he llevado comida.
-Gracias, sigue al tanto.
-Si, majestad.
En cuanto salió el mayordomo, Alexey y Keelan se miraron.
-Necesito que la veas, Alexey, se mi consejero una vez más.
-¿Cómo vivirías sin mi?- Dijo Alexey, después de un largo suspiro.
Ambos fueron a ver a Gyda.