A la mañana siguiente Keelan despertó agitado, no podía definir entre realidad y ficción, cuando logro incorporarse, se puso a meditar sobre sus pensamientos y sus sentimientos, eran tantas preguntas ¿Alexey tiene razón?¿Sera este un error? En el momento más inesperado, todos sus pensamientos se disiparon, frente a él solo se encontraba una Gyda imaginaría y solo podía concentrarse en sus ojos vibrantes, esos ojos... eran similares a los de Ellen Windsor, la segunda princesa de Windsor. Ahora todo tenía sentido, el don de Gyda era el mismo que el de su sobrina, se podía meter a su mente y jugar con él, todo lo que le estaba pasando era a causa del efecto de su don, su don era tan intenso que no podía escuchar su voz como en el caso de Ellen, no, no, Gyda tenía un don más fuerte, pero má

