Amor a Segunda Vista

Capitulo 4: Pasan cosas

EMILIA

Atiendo, es Liza.

— Amiguis, ¿ya estás por salir?, quiero que vayamos a comer algo por ahí, ya me cansé de comer como matrimonio de viejos en el hotel, yo te invito— estoy muda, no sé qué responder, sigo con la adrenalina de hace 2 segundos — Emiii, ¿me escuchaste?

— Eee... Sí, si, te escuché — estoy atontada por lo que acaba de pasar.

— ¿Estás bien, nena? Te escuchas rara — pienso antes de contestar.

— Después te cuento bien.— necesito contarle esto porque ya estoy como loca.

— Mmm pasó algo con tu jefecito, seguro.— se ríe, ya sé que me va a torturar.

— ¡Después hablamos! Estoy trabajando, en 30 minutos salgo— la escucho reír del otro lado y corta.

Ayer, cuando le conté lo de la etiqueta del vestido se volvió loca de la emoción, dice que se me está insinuando y que no dude en avanzar. Según ella, a mí me pasa lo mismo, es verdad; me gusta bastante, me genera un calor en el cuerpo que no puedo explicar, nunca me había sentido así, o si, pero fue hace mucho.

Termino de trabajar, no quiero cruzarme a Jeremías porque no sé qué hacer, no sé si está bien hacer las cosas así tan rápido. Liza dice que ya tardé mucho, porque ella ayer cuando se me insinuó lo hubiera besado, Liza se pasa, pero yo no puedo hacer las cosas así, me siento rara.

Estoy saliendo de la oficina, bajo en el ascensor y por suerte no me lo cruzo, salgo y estaba ahí parado a punto de subir a su auto, cuando me ve se frena y se acerca a mí.

— Emilia, creo que estábamos en algo cuando nos interrumpieron — no puedo creer que lo diga así de frente, me pongo roja y mi respiración se acelera un poco, siento que él se acerca pero justo escucho una bocina.

— Amiguis, ¿vamos? — ¡Gracias Liza! te amo, me salvaste.

— Bueno, creo que tendremos que continuar en otro momento — me dice y se dirige tranquilo a su auto.

Subo al auto, Liza se pone a gritar

— ¡No puedo creerlo, casi se besan, wow! — mi amiga está loca, pero sí, tiene razón, casi nos besamos 2 veces en 1 día, ¿cómo pasó esto?

— 2 veces, en la oficina justo cuando me llamaste y ahora — Veo la cara de Liza, ella se da un golpe en la frente.

— ¡Soy la peor amiga, boluda! Te interrumpí 2 veces, si yo fuera vos ya me hubiese enojado, con lo fuerte que está ese bombón. — Me hace sonrojar, no puedo creer la amiga que tengo, igual tiene mucha razón, Jeremías está tremendo, me eriza la piel cuando se insinúa.

— Supongo que mañana le comes la boca a penas se te insinúe— la miro abriendo los ojos

— ¡¡LIZAA!! ¿Qué crees que soy, una cualquiera? yo no hice nada, él fue quien casi me besa — la miro fijo.

— Pero vos no dijiste nada, ni te moviste porque querías ¿o no?— la miro y ruedo los ojos.

— Él me preguntó si estaba mal que se muriera por besarme y no supe qué responder, así que dije "no sé", solo eso. —se empieza a reír.

— Se moría de ganas, me muero muertaa, lo tenés en la palma de la mano… — no sé si lo que dice es verdad, pero noto que parece bastante interesado en mí —¡Vos sos una romántica! seguro fue amor a primera vista como te pasó con Julián. —cuando dice eso me pongo seria, Julián fue mi gran amor; Ocupa un lugar importante en mi corazón.

Todavía recuerdo cuando nos conocimos, fue todo tan rápido creo que apenas lo vi me empezó a atraer y en una semana nos hicimos novios, lo nuestro era muy fuerte.

— Emiii, perdón por nombrarlo es que según lo que me contaste te pasó parecido con él, no quería que te acuerdes de nuevo, pasó hace mucho y eras re pibita no pensaste lo que hacías, ahora claramente no harías lo mismo, así que ya está, no te maquines— ella me conoce, sabe que todavía me siento muy culpable por lo que le hice, yo lo amaba a pesar que lo lastimé tanto.

— Ya lo sé Liz, pero bueno soy tonta, sabes como me pongo, pero es verdad… Ya pasó.— respiro hondo y vuelvo a recordar el calor que recorrió mi cuerpo cuando Jeremías se me acercó en la oficina, no creí que me podía llegar a sentir así, me siento rara.

— Bueno, hablemos del bombón que te quiso besar— Liza me mira levantando las cejas.

— Te juro que aunque el aire estaba encendido y no tenía calor, cuando se acercó; mi cuerpo hervía— muerdo mi labio y me río.

— ¡Tensión s****l, amiga! — se empieza a reír, puede ser, no sé… La verdad creo que tiene razón. Solo de pensar que me bese se me eriza la piel, no soy una persona enamoradiza, así que me siento rara con estas actitudes, en otro momento no avanzaría tan rápido.

— ¡¡Cállate!! — le pego en el hombro y frenamos, llegamos a un lugar de comidas rápidas — ¿Esto era tu cena especial? — me río

—¡¡Yes!! Mi amor, te va a encantar— la miro, piensa que, ¿nunca comí comida rápida? no puedo evitar reírme.

— ¡Te pasas, Liz! — caminamos al restaurante, comemos, reímos, ella me da algunos consejos, ya descubrió que me gusta mucho Jeremías. Siento una atracción como imán hacia él, hay momentos donde se siente tan familiar, y estos juegos que hace, me gustan, aunque me ponga tensa y avergonzada.

....

3 días después.

Ya tuvimos muchos "casi besos" con Jeremías, para ser exacta 5. En uno de ellos nuestros labios se rozaron y no pude evitar lanzar un suspiro, creo que me está provocando demasiado, amo la sonrisa pícara que pone cada vez que se me insinúa, la tensión s****l entre nosotros está muy incrementada, nos cuesta mucho estar en la misma habitación sin mirarnos. Este hombre me está volando la cabeza.

Entro al ascensor, él está ahí también, aunque no lo crean en estos días nunca viajamos en el ascensor juntos, creo que teníamos miedo de no resistir la tentación.

— Buenos días, Jeremías— digo cordialmente esbozando una sonrisa.

— Buenos días, Emi... — Respira profundo, cuando me doy cuenta ya me tiene contra la pared del ascensor y me da un beso muy apasionado , siento como mi cara hierve, nos besamos hasta que sentimos que el ascensor va a llegar. Me arreglo la ropa, el cabello y trato de no respirar agitada. ¡¡Dios mío!! Este beso me dejó sin aire y erizó cada parte de mi cuerpo, no me puede estar pasando esto a mí , me encantó su beso, nunca me habían besado con tanto deseo.

Cuando me suelta; se acomoda el pelo, la camisa y el pantalón, el beso fue mucho y tenemos mucha tensión acumulada que me da miedo soltar, no tengo mucha experiencia en esto, no sé si dejarme llevar o no.

Se abren las puertas del ascensor, él baja y se da vuelta.

—¡Quiero más!— me dice y se va, me quedo ahí sin saber qué hacer ni qué decir.

Voy a la oficina, trabajo durante el día, no lo vi demasiado, no sé si solo me está usando porque es divertido o realmente le intereso, me da miedo que me lastime.

Continuo con mi trabajo y al terminar me preparo para irme.

Estoy subiendo al ascensor y no lo puedo creer, ¡de nuevo está ahí!, me mira de arriba abajo, viajamos 2 de los 6 pisos en silencio, se pueden escuchar nuestras respiraciones aceleradas; él se acerca, pasa su dedo desde mi nuca, por toda la espalda y se detiene en mi cintura, mi respiración se acelera demasiado, me estampilla contra la pared y se acerca, respira profundo para besarme pero... El ascensor hace sonido de que llegó, nos acomodamos, disimulamos y nos vamos cada uno por su lado.

....

Llegando al hotel, no aguanto para contarle a Liza lo que pasó, se va a volver loca.

—¡¡¡Amiga!!! — entro gritando—Te morís muerta, no sabes lo exi.... — me freno al ver una figura masculina, sentado tomando un vaso de agua y Liza me hace cara de preocupada, como queriéndome advertir, no puede ser que esté acá, ¿qué hace?

— Hola, Jeremías. Qué raro verte acá, ¿cómo me encontraste? — lo miro asombrada.

— Bueno, yo tengo que hacer algunas cosas, después nos vemos; un gusto, Jere. — Liza se despide, pasa por mi lado y susurra — Aprovecha.

— Vine para hablar con vos — dice Jeremías, haciéndome seña que me siente.

— Yo también quería hablar con vos, pero no sabía cómo, ya que cada vez que queremos hablar...— me voy acercando a la silla.

— Sí, ya lo sé — me interrumpe — Todo termina desvirtuado por mis impulsos — dice arreglándose el pelo para atrás.

— Jeremías, no quiero salir lastimada, no tengo experiencia en esto y no sé si soy el juguete de turno o en serio estás interesado en mí— lo miro esperando respuesta.

— No soy ese tipo de hombre que va a estar con una y con otra, yo no ando besando chicas que no me gusten solo por diversión— frunce el ceño mostrando su disgusto con mi comentario.

— Bueno, eso me alivia un poco, porque no me gustaría que me hayas estado buscando todos estos días, solo para lastimarme después— lo miro y veo que se para y se acerca, yo retrocedo hasta que siento que atrás mío está la mesada así que no puedo retroceder más .

— Emiii... Te juro que cuando te veo no me puedo controlar, no quiero que me malinterpretes, no quiero ir rápido pero no puedo dejar de pensar en vos — me mira con deseo y posiciona su mirada en mi boca, muerdo mi labio inferior de los nervios, él me mira, sacude su cabeza y me da un beso desesperado, yo pongo mis brazos en su cuello y me pongo de puntitas, me agarra, me sienta en la mesada y nos besamos apasionadamente.

—Olvidé la billete... ra — dice Liza, mientras nos separamos rápidamente, me doy vuelta; me hago la boluda como si hiciera algo, Jere se pone la mano en la boca y se hace el tonto también.

— Yo me voy Emilia, nos vemos mañana en la oficina — asiento con un sonido y él sale disparado de la habitación, Liza se quedó paralizada, mirándome a mí, a él y así hasta que se fue, se sienta y me mira de nuevo.

— Boluda, llegaba 2 minutos tarde y no ibas a tener la ropa puesta— se ríe y sacude la cabeza.

—¡¡Cállate!! No iba a pasar nada, solo nos besamos— me mira haciendo seña que miento.

— ¡Y qué beso! Cuando llegué estaban pegados como garrapatas y vos subida en la mesada, ese beso no era solo un simple beso, era un beso apasionado posta— levanta las cejas.

— Bueno, es que no sé qué me pasa y él se pone así muy intenso, nos besamos hoy en el ascensor y después cuando salía casi nos besamos de nuevo, ahora vino acá y no podemos hablar 2 minutos tranquilos que pasan cosas — ruedo los ojos, me encanta que me bese no voy a mentir, sus besos son tan suaves que siento que me derrito, olvido todo cuando me besa, solo puedo pensar en quedarme así un rato.

— ¡Estás hasta las manos amiga! — sí, estoy hasta las manos, me encanta y no sé si esto está bien, no quiero salir lastimada.