Capitulo 5: Sigue siendo la misma

1393 Words
JEREMIAS Cuando vi a Emilia poner esa cara no puede evitar besarla, siento una atracción que no puedo controlar hacia ella, creo que tengo memoria corporal y sentimental. Sí bien, me niego a sentir amor de nuevo, no puedo negar que muchos de los arranques impulsivos son sinceros. Salí de su casa muy rápido, subí al auto, me quedé sentado con las manos sobre el volante y mi cabeza apoyada en el respaldo, creo que esto se me está saliendo de las manos. No esperaba que pasara todo tan rápido, me tiro hacia delante golpeando mi cabeza sobre el volante del auto, creí que Emilia era algo que ya estaba superado, pero estoy empezando a dudar de lo que quiero hacer. Pienso un rato y me vuelve a remover el alma todo lo que sufrí en aquel entonces, me digo a mí mismo mirándome a los ojos en el retrovisor, que no debo titubear, ¡Ella se merece esta venganza! …….. Despierto agotado mentalmente, porque cada vez que pienso en el beso me estremezco, en mi vida estuve con varias mujeres y besé a muchas más, pero nunca me había sentido así antes, como con ella. Suspiro cansado, sacudo mi cabeza, me pongo a desayunar y prepararme para ir a trabajar. Llegando a la empresa, la veo bajar de su auto; tiene un jean azul, unas sandalias y una musculosa blanca súper delicada, realmente es muy hermosa esta mujer, ya recuerdo porque estaba tan loco por ella hace 6 años, camino a su lado para entrar, nos metemos en el ascensor. — Emi... No miento cuando digo que me gustas y mucho — ella me mira sin saber que responder. — Jere, yo ya sufrí una vez y la pasé muy mal, en serio; me gustas también, pero siento que es raro que esto vaya tan apresurado — me mira con los ojos vidriosos, ¿Qué le pasa? No creo que hable de nuestra relación anterior, seguro habla de su ultimo novio. — A veces el tiempo en que trascurren las cosas es relativo, no hay un tiempo estipulado para conocer a alguien, lo que nos pasa es fuerte, no podés luchar contra eso — No estoy mintiendo esto es algo en lo que creo realmente. — Por ahí tenés razón — me mira con una sonrisa — Te juro que no me había sentido así en mucho tiempo —¿Por qué tiene que decirme esas cosas que me hacen titubear? Se ven tan dulce y buena, ¿Dónde estaba esa parte de ella cuando me engañó hace 6 años? Entramos a la oficina y charlamos como buenos amigos, es simpática y muy inteligente, se puede hablar de todo con ella, ya entiendo porqué se ve tan madura con mi edad, pensando un poco, somos bastante parecidos, con una corta edad somos expertos en nuestras áreas y nadie nos toma en serio por ser muy jóvenes. De un momento a otro se corta la electricidad y nos quedamos a oscuras. — Voy a buscar mi celular, así prendo la linterna— se levanta y se va, la sigo por inercia, escucho un ruido, me asusto, pienso que se lastimó y me apuro. — ¡¡Auch!! — la golpeo contra el escritorio sin querer. — Perdón, pensé que te habías lastimado — ella se da vuelta y me mira, no logro ver demasiado porque recién se está ajustando mi vista a la oscuridad. — Estoy bien, gracias por preocuparte— ¿Puede ser más linda esta mujer? Suspiro y la beso para que ya no me siga endulzando el oído. Nos besamos apasionadamente otra vez, y la oscuridad suma un toque de adrenalina, la subo al escritorio y nos besamos mucho, le beso el cuello, luego los labios otra vez, intento meter mi mano dentro de su remera y noto que está muy agitada. — Espera… Por favor, ¡Quiero que sea especial!— La miro raro, no entiendo, creo que ella se da cuenta, me abraza el cuello y se acerca a mi oído— Es que… nunca lo hice antes. — noto la timidez en su voz y también que está asustada. En ese momento me paralizo ya no sé qué hacer, esto realmente no lo esperaba. —¿En serio? — pregunto. — Es largo de explicar, si querés te puedo contar, pero es verdad — no siento que mienta y eso me hace sentir mal, me siento el peor por haber preguntado si era verdad. Me siento una basura porque estuve todo este tiempo queriendo vengarme de ella, sin darme cuenta que sigue siendo tan tímida y buena como siempre. ¿Qué voy hacer con Emilia? Me siento tenso y confuso no sé qué hacer, si sigo con esto me voy a volver a enamorar de ella. Aunque es probable que ya me haya enamorado. El transcurso que me encuentro pensativo, son unos segundos, vuelve la luz y la veo apoyada en el escritorio mordiéndose las uñas y mirando hacia abajo. Me mira y veo que tiene los ojos llenos de lágrimas, en ese instante siento que se me parte el corazón. Me acerco y ella me aparta. — Ey... Ey... Ey. — le digo queriendo agarrarla mientras ella llora y me aparta. — ¡No! déjame, sos igual que todos, cuando descubren eso se alejan y se ponen raros — llora y no me deja agarrarla hasta que la presiono abrazándola y deja de resistirse — No soy de cristal, simplemente estoy esperando alguien que me entienda. No sé qué hacer, ¡Me siento culpable! Todo iba perfecto hasta que me entero de esto, no quiero ser un idiota. — Ey, Emilia, mírame — me mira con sus ojos verdes llorosos— ¿Me ves? No voy a ningún lado, además hay muchas cosas que podemos hacer, o me vas a negar qué, ¿No disfrutamos nuestros besos apasionados?— me mira y asiente con la cabeza — Bueno, entonces cálmate, cuando sea el momento lo vas a saber y seguiremos adelante. Es la misma de hace 6 años que no estaba lista para estar conmigo, ¿Por qué en aquel entonces me engañó? Esto es algo que me genera duda pero en este momento solo puedo estar con ella, me duele demasiado verla mal, no quedan dudas que aún ocupa un lugar en mi corazón. La veo mirarme con timidez mientras estoy pensativo, se ve tan linda que no puedo evitar besarla, la beso con desesperación porque realmente me despierta todos los sentidos. Ella me sigue la corriente y nos besamos y acariciamos por un rato. Quiero contarle quién soy pero no sé cómo lo tomará, no sé si es el momento indicado ahora, pero tarde o temprano tendré que hacerlo. — Jere, no está bien que hagamos esto en la oficina, tengo miedo que se enteren y malinterpreten mi puesto acá, con mi edad suelen subestimarme y quitarme profesionalismo— Sé que tiene razón y también pienso igual, van a pensar cualquier cosa si se enteran que me ando besando con la gestora en mi oficina. — Sí, es verdad, tenés razón, vamos a tratar de evitar hacerlo acá, podemos vernos fuera del trabajo — La miro y asiente con la cabeza. Un poco sé que es mentira, ¿Qué nunca más la voy a besar en el trabajo? Lo dudo, pero voy a intentarlo. Salimos de la oficina disimulando, ella me comparte una sonrisa y nos hacemos los tontos. .... Llego a mi casa y no puede dejar de pensar en ella, nos empezamos a mensajear, hablamos de trivialidades, color favorito, boludeces como esas, me siento como si tuviera 15 años chateando con la chica que me gusta. Temo que lo de mi nombre salga a la luz y esto termine mal, empecé queriendo lastimarla pero ahora ya no quiero. Mientras mensajeamos: Emilia: Mi amiga Liza, se fue a una fiesta ¡Está loca! Un día de semana. Quería que fuera, me quedé porque estoy muy cansada ;p. Jeremías: Te vas a aburrir sola, te puedo hacer compañía. Pasado un tiempo y perdiendo la esperanza que me responda suena el celular. Emilia: Bueno, si :D Me preparo muy rápido, compro cosas para comer, bebidas y bueno por las dudas películas, no quiero parecer un desesperado que la está apurando para que se acueste conmigo.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD