bc

Mi Segunda Oportunidad

book_age16+
1.7K
FOLLOW
15.9K
READ
revenge
love-triangle
HE
powerful
heir/heiress
bxg
kicking
campus
soul-swap
lonely
actor
model
seductive
like
intro-logo
Blurb

Tras superar la muerte de su madre, Jia Reagan cree haber encontrado finalmente la felicidad al lado de Naeem, el amor de su vida. Sin embargo, cuando Jia lo salva de ser atropellado por un auto, lo que debería haber sido un hecho heroico se convierte en una pesadilla cuando es golpeada por el mismo auto.

Dada por muerta tras el accidente, Jia despierta en el cuerpo de otra chica, Addie Ainsworth, la más odiada del país. Consternada y enojada, busca respuestas para volver a su cuerpo y a su vida anterior. Sin embargo, descubre que su novio la reemplazó con su mejor amiga apenas semanas después de su funeral.

Con el corazón roto y en un cuerpo que no es el suyo, Jia se convierte en un manojo de emociones y solo quiere vengarse, pero su suerte cambia cuando conoce a un chico con cabello castaño que la toma bajo su ala y le ofrece su apoyo incondicional. Él se convierte en su roca y en su nueva razón para vivir en un mundo que ha dado la vuelta y tal vez darle una segunda oportunidad al amor.

Jia Reagan no sabe si es capaz de amar de nuevo... pero está dispuesta a tratar y quizás Chase Edevane pueda enseñarle cómo hacerlo.

chap-preview
Free preview
Prólogo
Parte I Cuando dos destinos se cruzan “Porque cuando el frío invierno esté su punto más helado, dos almas perdidas encontrarán el descanso que tanto necesitaban…” “Por el amor de Naeem soy capaz de dar hasta mi propia vida.” - Jia Reagan. “Disfrutar hasta el último segundo de mi vida es la mejor decisión que he tomado. No importa quién sufra, buscaré la felicidad por mi propia cuenta.” - Addie Ainsworth. Prólogo [Jia] Mientras miro por la ventana, no puedo evitar pensar en lo largo y helado que ha sido este invierno. Para muchos una época triste y solitaria, para otros, llena de recuerdos felices y cálidos… ¿para mí? Una combinación de ambas. El frío invierno me trae recuerdos tristes, melancólicos e incluso llenos de culpa. Ver a mi padre deprimido durante ese tiempo al recordar su aniversario con mamá me hace sentir culpable por haber nacido. Sé que no es mi culpa, pero cuando ves a las personas más importantes de tu vida sufriendo sin poder hacer nada para remediarlo, no te deja otra opción más que pensar que, de alguna manera, es tu culpa. Lo siento, papá… Mamá ahora mismo estaría contigo si yo no hubiera nacido. Quizás si mi intrusa alma no hubiera decidido entrar en el cuerpo de mamá, a pesar de que ella se estaba cuidando, ahora estaría aquí. Si no hubiera decidido adelantar el parto, mamá no habría muerto aquel día… justo después de darme a luz. Perdóname, papá. Te he hecho el hombre más infeliz del mundo. Sé que de alguna manera tampoco fue mi culpa ya que no es algo que pudiera controlar pero… ¿y si la historia fuese otra? Papá aun sería feliz y no estaría debatiéndose en ir al helado cementerio y llorar por millonésima vez la pérdida de su gran amor o bien quedarse en casa bebiendo hasta más no poder. Siempre era lo mismo en aquella época. Quizás por esa razón decidí irme a mis veinte de la casa y comenzar una nueva vida. Pensé que dejar a papá lo ayudaría a no recordar a mamá siempre, ya que físicamente soy una copia de ella, pero no… eso tampoco funcionó. Él solo estará bien el día que vuelva a reencontrarse con mamá, pero eso no será posible, nunca lo será. Al menos no mientras viva. ¡¿Cómo diablos puedo vivir a plenitud si siempre recuerdo su triste mirada?! Otra razón más para encerrarme en el trabajo. Creo que trabajar como asesora de modas en HBP Entertainment fue la mejor decisión que tomé en mi vida. Al principio fue duro y comencé desde abajo como la asistente personal de la diseñadora principal de la empresa. Sin embargo cada esfuerzo, buenas ideas y eternas noches sin dormir, me permitieron ir creciendo poco a poco, hasta lograr el tan anhelado puesto que ostento ahora. Seguro, casi no tengo tiempo para sociabilizar, ni para descansar, pero es un trabajo que me llena de vida, amo trabajar aquí. Después de cuatro años trabajando duro, puedo decir que he crecido tanto a nivel profesional, como a nivel personal y eso me llena de mucho orgullo, pues pensé que nunca lograría nada, que la muerte de mi madre me perseguiría como una enorme sombra, impidiendo con su recuerdo que me permitiera ser feliz por un momento. Y es que a veces me sentía mal con solo vivir. Piénsenlo, el día de mi cumpleaños se celebra la muerte de mi madre. Muy pocas personas tendrían la osadía de ser feliz ese día, y aunque se quisiera ser feliz, sería imposible evitar sentirlo como una mala acción. Así somos los seres humanos. Nunca había podido celebrar mi cumpleaños… Hasta que llegó él. Naeem Kean. El chico que me hizo sonreír sinceramente, sin sentir culpa, ni mirar a mí alrededor. La única persona que se sentó a mi lado por horas y escuchó mi historia, mis sueños y miedos. El hombre que bajo su atenta y oscura mirada, grababa cada una de mis tristes palabras, para luego convertirlas en hermosas fantasías que, sin él, nunca habría sido capaz de lograr. Naeem es la única persona que no me tuvo lastima y que se instaló en mi vida para nunca más salir de ella. Es por esa razón que hemos compartido cuatro años de una hermosa, pero extrema relación. ¿Por qué digo eso? Bueno, Naeem Kean es uno de los actores y modelos más codiciados de este tiempo. El hombre que todas las chicas desean, pero que nadie puede tener puesto que es mío. Claro, eso no es de conocimiento público y así debía ser mantenido, al menos un tiempo, para que así mi carrera no fuese interrumpida debido al escándalo que esto conllevaría. Tengo muy claro que al descubrirse nuestro noviazgo mi vida cambiaría para siempre y estaba dispuesta a correr ese riesgo, pero no ahora. Afortunadamente, hemos sabido llevar nuestra relación a escondidas y somos más que felices así como estamos, ya más adelante nos haríamos cargo de las consecuencias de nuestro secreto. Lo más importante es que, después de tantos años, me siento extremadamente feliz y es gracias a ese chico. Como lo dije anteriormente, el invierno suele ser frío y solitario para algunos, pero para otros cálido y acogedor. Y de eso me doy cuenta cuando un par de manos me abrazan por la cintura, mi espalda chocando contra su pecho. —¿Qué te despierta tan temprano en tu día libre? —Su voz baja y rasposa me hace sonreír. Últimamente compartíamos su departamento. Yo tenía el mío, pero era más complicado para ambos vernos en él, siempre llegaba alguien a molestar. En cambio aquí, estamos solos y así somos felices. —Tengo frío… y está nevando. —Sonrío de nuevo al sentir su agarre mucho más fuerte. —En nuestra cama podría haberte hecho entrar en calor. —Dice con voz lasciva y yo lo empujo levemente soltando una carcajada. —¿Nunca te cansas? Anoche no me dejaste dormir y usted… —Lo señalo de arriba hacia abajo y luego me arrepiento. Está usando únicamente la bata de baño —tiene una sesión fotográfica en dos horas. Naeem bufa al recordarle sus deberes, pero no me hace caso. Al contrario, ahora me levanta y me lleva hacia la habitación. Me quejo repetidas veces, pero él no me suelta en ningún momento. —Solo necesito quince minutos. —Intenta seducirme con su voz y varios besos en mi pecho— Necesito comenzar de buena manera este día… Ámame, Jia. Finalmente, y como casi siempre pasa, soy presa de su cuerpo y me entrego por millonésima vez al hombre del que estoy enamorada y con quien quiero compartir el resto de mi vida. […] —Irás a contarle a tu padre, ¿cierto? —La voz de Milent, mi mejor amiga, me detiene de mis anotaciones. Debo tener todo preparado para el evento de Naeem esta noche, pero su pregunta me deja en silencio. —Amiga… —Basta, Jia… No puedes esconderte de tu padre para siempre. —No me escondo, pero entiende… —Es demasiado difícil para mí volver a esa casa y enfrentar tanta tristeza— No puedo contarle esta noticia ahora. Milent rueda los ojos, toma una enorme caja llena de muestras de telas y se aleja de mí, no sin antes decirme: —¿Acaso le dirás a tu padre que te casarás con Naeem el día de la boda? Ya basta con todo este sufrimiento, sé que tu padre estará feliz por ti, Jia. —Antes de marcharse me regala una pequeña sonrisa reconfortante. Ella sabe lo mucho que me duele ver a mi padre y mucho más en esta época del año. No creo que sea correcto decirle, unos días antes de su aniversario de bodas con mamá, que me voy a casar. Por qué sí, Naeem me propuso hace un mes que fuese su esposa. Y yo, envuelta en el éxtasis que me produce su cuerpo, le dije que sí. Ya son cuatro años compartiendo todo de nosotros, haciendo planes para el futuro y sé lo importante que es para él formar una familia lejos de las luces, las cámaras y los reflectores. Él ha hecho mucho por mí, me ha ayudado a salir de mi depresión, a aceptar un poco que lo que pasó con mi madre no fue mi culpa y aún sigue intentando que vaya y visite a mi padre… ¿Cómo podría negarnos seguir compartiendo una vida juntos? Amo a papá, él y Naeem son lo único que me quedan. Necesito que él también esté a mi lado el día de mi boda, pero no puedo ser tan egoísta como para lanzar mi felicidad encima de su tristeza. Esa no es Jia Reagan. No puedo ser egoísta, no con el dolor de papá. Naeem y yo aún no hemos hablado de la fecha de nuestro casamiento. Sé que quiere hacerlo en privado, sin que nadie lo sepa y realmente espero que me apoye con mi decisión de no contarle nada a papá por ahora. Quizás más adelante, cuando el invierno no siga congelando su débil y muy lastimado corazón. Suspiro y después de verificar cada una de las especificaciones, tomo una de las enormes cajas y salgo de mi pequeña oficina, rumbo a ver a mi futuro esposo. Esta noche debe lucirse en ese desfile de modas. […] Después de cuatro años, es extraño estar aquí… Frente a mi antiguo hogar. Naeem me dijo que era necesario irme acercando a mi padre, que no era sano para mí estar haciendo suposiciones tontas acerca de los sentimientos de papá, que él me necesitaba tanto como yo a él. Así que, después de pensarlo tanto, y aprovechando que Naeem no está en el país, me armo de valor y toco el timbre de mi antiguo hogar. Mientras espero, las manos me sudan, mi corazón se acelera y todo parece darme vuelta. Es duro para mí volver después de tanto, papá nunca fue malo conmigo, jamás me dio una mala mirada, pero a pesar de todo, aun podía ver esa tristeza en sus ojos cada vez que me mirada. Supongo que le duele ver a mi madre en mí y no poder tenerla a su lado. Toco el timbre una segunda vez, y después de un minuto, la puerta se abre dejándome ver a mi padre después de cuatro años. Robert Reagan, aclamado y condecorado ex policía. Su mirada al verme después de tanto tiempo es de sorpresa y admiración. La última vez que me vio no era ni la cuarta parte de lo que soy ahora. Maquillada, ropa cara y estatus un poco alto, pero aun así manteniendo la misma esencia. Nunca me ha gustado creerme más que los demás. —¿Jia? —Su voz es un suspiro, como si aún no se creyese que estoy parada frente a él. Respiro hondo y por primera vez en años le sonrío sinceramente. —Hola, papá. Él simplemente se echa a un lado dándome acceso libre para que entre a la casa, cosa que hago, pero a pasos muy lentos. No es fácil volver, por más que lo intento es imposible que los recuerdos tristes no me invadan. En un instante estamos en la sala. Me tomo la libertad de sentarme en el viejo sofá de mamá y miro a todos lados. Papá definitivamente está perdido y sumido en su dolor, después de veinticuatro años, todo sigue igual. La casa ya no es la misma, no tiene ni un solo rasgo de haber sido limpiada, varias botellas vacías tiradas por todos lados, en fin… El aspecto de mi papá debió haberme dado una idea. ¿Hace cuánto que no corta su cabello o rebaja su barba? ¿Qué pasa contigo, papá? No me gusta verte así… —Jia, estás… diferente. —Su voz rasposa y algo enredada me da una pequeña idea de lo que estaba haciendo antes de que llegara— Qué hermosa estás, pensé que jamás volverías a ver a tu viejo padre. —Papá… Yo, lo lamento… —Mi voz se quiebra al mencionarlo de esa forma en voz alta. Son muchas emociones encontradas— He sido una pésima hija. —Y yo un pésimo padre. —Sus palabras me sorprenden. Su cabeza está gacha, mirando directamente a sus manos— No puedo, Jia… No puedo hacerlo solo. Ya perdí a tu madre… No quiero perderte a ti. Me levanto del sofá y voy directo a él para abrazarlo sin pensarlo mucho. Naeem tiene razón, necesito de mi papá tanto como él a mí. ¿Cómo pude ser tan tonta al abandonarlo? Sí he sido una mala hija. —Calma, papá… —Murmuro mientras él se desmorona en mis brazos— Saldremos de esta, solo déjame ayudarte… Necesitas ayuda, por favor… Él se detiene un momento y me mira brevemente. Su mirada me da algo de miedo al principio, ya que sé su postura acerca de las terapias, pero luego simplemente suspira y asiente poco a poco. Ese simple gesto hace que sonría y llore de emoción al mismo tiempo. Quizás pueda recuperar a mi padre. —Viene un nuevo comienzo para ambos, papá. […] —No fue tan difícil, ¿verdad? —Naeem me abraza por la espalda mientras ambos reposamos de una intensa sesión amorosa— Por cierto, me he enterado que tu padre lleva un mes en rehabilitación y terapia. Me alegro mucho por ustedes, Jia. Sonrío sabiendo que no puede verme y me giro para poder encararlo. —Naeem… ¿no estás molesto porque papá aún no sabe acerca de nuestra boda? —No puedo evitar preguntarle. Hace un mes que papá volvió a entrar en mi vida y aún no he sido capaz de contarle acerca de mi boda con Naeem. No sé, no quiero que piense que de alguna manera este matrimonio me está alejando de él. Sé lo débil que está emocionalmente y esta noticia podría tener consecuencias negativas, así que he callado durante este tiempo. —Molesto, molesto… no. —Frunzo el ceño. Osea que sí le molesta un poco— Estoy desesperado, Jia. Quiero que nos casemos lo más pronto posible. —A veces hablas como si ambos tuviéramos ochenta años. —Me burlo de sus locas palabras— Tenemos todo el tiempo del mundo para ser felices, solo hay que aguantar un poco. Quiero que cuando nos casemos estemos felices, sin ninguna preocupación adicional. Naeem suspira y se acerca a mis labios para darme un largo y profundo beso. —Tengo miedo de perderte, Jia. —Susurra contra mis labios. ¿Perderme? ¿Alejarme de Naeem? ¡Jamás! —Aquí estoy, amor. —Hago que me mire fijamente— No iré a ningún lado. Aquel hermoso chico, que muchas veces se siente inseguro de su propio futuro me levanta un poco y me coloca encima de su cuerpo para luego volverme a besar con pasión desbordante, como si de alguna manera quisiera tatuarme en sus labios. Como si no quisiera olvidarse de este momento. —Te amo tanto, Jia. —Murmura entre besos a la vez que masajea mis pechos— No me dejes nunca. —Naeem, te amo… No iré a ningún lado. Después de esas palabras es poco lo que puedo decir ya que mis gemidos y uno que otro grito reemplazan mi cordura y me permito perderme en el mar de sensaciones que me regala Naeem Kean. […] —¡Apresúrate, Jia! —Exclama Naeem mientras camina por delante de mí— Tengo frío… No sé por qué siempre le hago caso a tus locas ideas. Me río y me tomo mi tiempo para disfrutar del frío clima. La nieve está algo fuerte, pero es un espectáculo digno de ver. Amo ver la nieve caer, a pesar del frío, mi corazón se siente tan cálido. —¡Naeem, mira! —Mi chico se detiene con una expresión cansina y me mira. Él odia el invierno— Tómame una foto… ¡Hay mucha nieve aquí! —Jia, vámonos… —Se queja de nuevo, pero al ver que de ninguna manera me iba a ir sin una foto de este espectáculo, simplemente suspira y saca su teléfono para complacerme— Solo una foto y nos vamos… ¡Ni siquiera se ve, hay mucha nieve! —Ya deja de comportarte como un viejo y toma la foto. —Me burlo y hago mil y una poses para que mi chico capture este hermoso momento. Lo más seguro es que a este punto atrape un resfriado, pero no importa. Amo este clima y muy por encima de todo, amo exasperar a Naeem. Después de muchas fotos y algunos videos románticos entre ambos, seguimos caminando rumbo a nuestro auto. El suelo está algo resbaloso, pero ambos caminamos con extremo cuidado. Naeem está cada vez más estresado por haber tenido que salir con este clima tan malo, pero yo realmente quería comer fuera del departamento, algo diferente y para mí había valido la pena. Sé que para el también, pero a veces su mente de niño consentido le gana. Decido dejarlo en paz y camino a su lado, tomándolo del brazo y sonriéndole agradecida por seguirme en mis locuras. Ese simple gesto basta para que me devuelva la sonrisa y su humor mejore un poco. Él solo estará feliz cuando esté bien calentito en su cama. Estamos por cruzar la calle para llegar a nuestro auto cuando su teléfono suena. Naeem lo saca y frunce el ceño al ver que se trata de su manager, responde y cierra los ojos al oír las primeras palabras. —¿Tienen fotografías nuestras? ¿Desde hace cuánto nos espían? —Escucha lo que le dice en silencio— ¿Cuánto quieren? ¡Ni hablar! Que publiquen lo que quieran, si se atreven los demandaré… Me desconecto de la conversación y le indico que cruzaré la calle para entrar en el auto. A Naeem no le gusta que me quede escuchando sus conversaciones con el manager ya que tiendo a estresarme por tantas amenazas de los reporteros por exponer nuestra relación y casi siempre acabo con dolor de cabeza. Hasta los momentos habíamos logrado mantener el secreto, pero ambos sabíamos que no iba a ser así para siempre. Así que había que estar preparados para ese día. Mi novio asiente y continúa con su conversación. Me acerco al borde de la acera y miro hacia ambos lados. La calle está desierta, pero el asfalto muy resbaloso, tengo que tener cuidado si no quiero que mi culo toque con fuerza el frío y mojado suelo. Ya me puedo imaginar el regaño de Naeem si eso llegase a ocurrir. Cuando cruzo al otro lado, aun puedo verlo hablar y parece bastante afectado por lo que sea que le esté diciendo su manager. Intento hacerle señas para que desactive la alarma del auto, pero no me ve. Se ha puesto de espaldas y está nevando mucho más que antes, incluso le grito, pero tal como suele pasar en estas situaciones, él no tiene cabeza para otra cosa más que para proteger mi identidad. Siempre es igual. Me quedo ahí un momento, soportando el frío y mirando los copos de nieve caer, cuando de pronto unas luces parpadeantes llaman mi atención. Por la carretera viene un auto a baja velocidad que enciende y apaga sus luces constantemente. Frunzo el ceño al ver la situación, pero supongo que el conductor tiene problemas con las luces del auto y es que realmente está bastante oscuro. Aquel vehículo blanco, continúa con su marcha lenta y Naeem sigue distraído con su llamada. Yo me aburro y vuelvo a concentrarme de nuevo en los copos de nieve que caen en mis guantes. De pronto el auto comienza a acelerar con fuerza y se acerca derrapando descontroladamente. Sus luces ya no están encendidas, por lo que es difícil distinguirlo, pero aún se ve y al parecer el conductor ha perdido el control del mismo. Me pongo en alerta al ver que se ha salido de la carretera y va en dirección hacia Naeem quien aún no se ha dado de lo que está pasando y continúa hablando por el teléfono. —Naeem… ¡Naeem! —Le grito en un intento de llamar su atención, pero él no me escucha. El auto continúa zigzagueando sin control por el camino y de un momento a otro aumenta mucho más que antes su velocidad, logrando que mi cerebro entre en pánico y haga que mis pies se muevan hacia adelante sin pensar en nadie más. Corro y me resbalo varias veces intentando llamar la atención de Naeem, pero mientras más corro, el camino lo siento más lejos, es un camino interminable lleno de miedo. —¡Naeem, cuidado! —Le grito con todas mis fuerzas una última vez y él se gira de golpe aun con el teléfono en la mano. Al auto lo tenemos casi encima y él ni siquiera tiene tiempo para mirar hacia los lados, simplemente se me queda viendo mientras me acerco a él. Y en solo cuestión de segundos puedo empujarlo fuertemente con mis manos hacia atrás, alejándolo del peligro para que luego el auto me golpee por el costado, logrando que me eleve un poco y caiga con fuerza, golpeando mi cabeza contra el suelo. —¡Jia! —Apenas y lo escucho porque estoy ocupada mirando el cielo oscuro y con pequeños copos cayendo sobre mí— ¿Estás bien? ¡Jia, háblame! Bajo la mirada y medio puedo ver a mi Naeem resbalarse hasta llegar a mí. Intenta tocarme, pero se detiene en el acto y habla varias veces, pero no puedo entender qué dice. Un pitido inunda mis oídos y no puedo escuchar nada, mi visión tampoco es buena y me está dando mucho sueño. ¿Debería dormir? Sí, quizás eso haga que me sienta mejor… No llores, Naeem. Solo tengo sueño, voy a despertar muy pronto. Decido sonreír un poco y cierro mis ojos confiando que, en unas horas despertaré y disfrutaré de un abrazo de mi hermoso Naeem.

editor-pick
Dreame-Editor's pick

bc

Bajo acuerdo

read
9.8K
bc

La esposa rechazada del ceo

read
168.7K
bc

Navidad con mi ex

read
8.9K
bc

Mi Sexy Vecino [+18]

read
51.9K
bc

Prisionera Entre tus brazos

read
86.8K
bc

Tras Mi Divorcio

read
511.3K
bc

Yo, no soy él

read
88.6K

Scan code to download app

download_iosApp Store
google icon
Google Play
Facebook