Tal vez, si vuelvo a renacer.

Han pasado cuatro años desde ese día, el aire soplaba y las hojas de los árboles caían en sintonía y, ahí estaba él, parado fuera de la cafetería; era la misma persona, pero algo en él había cambiado.   Capitulo 1. Riiing!!!! Riiing!! Suena la campana, ya es hora de volver a clases. Mis expectativas de hoy es como en los días anteriores, aburrido, las clases son más largas cada vez y todo se vuelve tan monótono; los mismos maestros, las mismas asignaturas, los mismos compañeros, siempre es lo mismo o, eso creía, no sabía que ese día se volvería tan significativo para mí, ¿Por qué? Buena pregunta, porque ese fue el día que lo conocí. ¡Clap¡, ¡clap!, el profesor aplaude intentando llamar la atención de los alumnos, dará un discurso como siempre, pero hay algo distinto, alguien se encuentra parado a su lado casi escondido detrás de él, ¿Quién será? Me recuesto en mi butaca mientras el profesor comienza a hablar - ¡Buenos días!, Espero que hayan hecho las tareas asignadas, se que es algo inusual que pase esto, pero hoy tenemos un nuevo compañero, preséntate. -Mi... Mi nombre es Hokano Ritsu, soy de Corea de sur y recién me mudo aquí, espero que nos llevemos bien. ¡Ja! Un recién llegado, vaya que si es inusual, él es un poco extraño, de tes blanca, ojos y cabello gris, lo hacen parecer vulnerable, ¡Jaja! Creo que me divertiré un poco este año - Ritsu, ve a sentarte, hay un lugar vacío junto a la ventana. -Si profesor. Comienza a caminar mientras todos lo miran, es raro tener a un a******o por aquí, las chicas ¡todas quedaron encantadas! es un tipo muy atractivo a decir verdad. El tiempo transcurre, y las clases pasan y pasan - tengo hambre, ¿cuánto falta para que toquen la campana? Yato. - pregunté – ¿Eh? Ya deberían a ver tocado. – Que mal, ¡me muero de hambre! Y como si lo hubiera llamado, la campana suena y todos comienzan a correr por el almuerzo, todos a excepción de él, lo miro de reojo, el está tan tranquilo, como si sólo su cuerpo estuviera aquí, mira por la ventana contemplando el paisaje, me da lastima, tal vez debería acercarme. – ¡Hey! Tú - grité para llamar su atención. – ¿Eh? - respondió desconcertado. – Qué ¿Estás sordo? Te estoy hablando. – lo siento, no te escuché ¿Se te ofrece algo? – ¿Qué si se me ofrece algo? Jaja, que divertido, no tienes que ser tan formal, vamos, no alcanzarás el almuerzo si no te mueves.  – Yo, yo estoy bien, no conozco a nadie aquí así que sería muy incómodo para mí, ir. – ¿Entonces no comerás apartir de hoy? - en verdad el es muy raro, me genera una extraña sensación de incomodidad, pero no es que pueda dejarlo aquí solo - si no tienes con quien pasar el descanso ven conmigo, estoy seguro que a mis amigos les caerás bien ¡Vamos! – ¿Ah? - respondió como si no hubiese entendido nada de lo que dije. – ¿Qué? ¿No quieres? – ¿Eh? Um, yo, ah... Iré. Nos movemos entre los pasillos de la escuela, caminado a su ritmo; ya lo había dicho antes y lo reafirmo, parece como si únicamente su cuerpo estuviese aquí, siempre parece estar en las nubes. A lo lejos, veo a mis amigos sentados hablando como siempre, están todos; Ray, Rica, Yato, Sam y Lewis, se ven tan divertidos como siempre. – ¡Hey! Chicos, traigo algo interesante. – ¿Ah? ¿Quién es el Julián? - pregunto la chica de cabello ondulado, Rica era su nombre, una se mis amigas. – Rica, chicos, el es un nuevo compañero recién transferido, es de Corea de Sur. – ¡¿Corea del Sur?! - lo olvidé, Rica es amante de los coreanos, ve K-Dramas, y lee muchos manhwas - ¡Genial! Nunca había conocido a un coreano. – Calma Rica, lo vas a asustar - intercede el chico cuyo cabello es blanco igual que la nieve, él es Lewis - Mucho gusto, em... – Ritsu, Hokano Ritsu - respondió. – ¡Oh! Mucho gusto Ritsu. – Déjame presentarlos, ellas son Rica y Sam, ambas van en la misma clase, son del salón seis clase B - comencé. – Mucho gusto Ristu - dicen al unísono. – Ellos son: Ray y Lewis, van en clases diferentes, Ray es del salón siete clase C y Lewis es del salón ocho, clase D. – Mucho gusto Ritsu - suena con una voz tranquila y grave, pero dulce, la voz de Ray. – Y por último, está Yato, ya debes conocerlo, el está en nuestra clase. – Es un gusto Ritsu. – oh, um, mucho gusto a todos, espero nos llevemos bien, soy nuevo aquí y casi no conozco a nadie; todo aquí es muy diferente a Corea jeje - se muestra muy nervioso. – ¡Hey!, vamos siéntate, ahora todos somos amigos, ¿No es así chicos? - dice Lewis, tan considerado como siempre. – ¡Ey! Ten cuidado con Julián, a veces Sato puede ser un brabucón, no dejes que esa cara atractiva te engañe, en realidad el es muy malo - siento como mi nervio ocular salta ante las palabras de Yato. – ¡Ya cállate Yato! Tendrá una mala impresión de mi - refunfuñe – No le tomes tanta importancia, a veces Julián puede ser impulsivo y un poco desagradable, pero en el fondo es muy tierno - la chica de cabello castaño y lacio, recogido en una coleta de caballo, habló. Sam. – ¡Gracias Sam! - dije con entusiasmo. Pero una sensación entristecía el ambiente... – Ray, estás muy callado ¿Qué te pasa? - preguntó Lewis. – ..... - sólo hubo silencio. – Ray, ¡Ray! – ¿Ah? Um, lo siento jeje, estaba pensando ¿Qué pasa Lewis? – ¿Estás bien Ray? – preguntó el peliblanco de nuevo. – oh si, estoy bien, no sé preocupen chicos. – Si tú lo dices, está bien, comamos rápido que se acaba el tiempo del descanso. – ¡Si! - todos se apresuran a comer, incluso Ritsu que no había comprado su almuerzo terminó comiendo ya que los chicos dieron un poco de su almuerzo para juntar otro plato, vaya que les cayó bien. . . El descanso terminó y todos volvimos a nuestras aulas, el resto de las horas de clase Ritsu estaba como alma en pena, distraído como si cada vez estuviera más y más profundo en sus pensamientos. La campana sonó al fin, la clases acabaron y todos salimos, nos encontramos con los chicos en la salida, Ristu no vino conmigo, no pude encontrarlo en el salón, creo que se fue antes o por la multitud lo perdí, eso pensaba hasta que al voltear, estaba ahí parado, solo, el viento soplaba en ese momento, era otoño y los colores de las hojas que caían combinaban perfectamente con él. – ¡Hey! ¡¡Julián!! – ¿A? – ¡¿A?! Te estoy hablando, - el golpe en mi cabeza me hace reaccionar - ¿En qué estás pensando? - Yato aparece de repente. – Lo siento, no escuché. – Te pregunté por qué no vino Ritsu, dijiste que es nuevo aquí, ¿No? ¿Sabe cómo volver? – Yato tiene razón, Julián ¿Estará bien? - intercede Sam. – eh, si, iré por él, acabo de verlo parado ahí. – ¿Eh? ¿Dónde? - todos lo buscan entre la multitud. – ¡Ahí está! ¡¡¡HEEEEY!!! ¡¡¡RITSUUUUU, POR AQU... - Rica grita como si no hubiese un mañana. – Shhh, baja la voz Rica - Sam intercede en medio del grito y le tapa la boca - todos nos están mirando, se más discreta. – Mo sendo (Lo siento) - dijo con dificultad ante la mano que obstruia su habla. Ritsu voltea y saluda, pero no se acerca, los chicos le hacen señas para que venga hacia nosotros, parece entender ya que después viene en una caminata lenta, tranquila y elegante a la vez. – Ritsu, ¿sabes cómo regresar a tu casa? - pregunté. – um, eso creo. – Julián, ¿Por qué no lo acompañas? - Dice Ray mientras se aleja con Lewis - Ritsu, lo siento, Lewis y yo tenemos un compromiso demaciado urgente, nos vemos el Lunes, hasta luego. - Ray y Lewis se alejan. – um, Julián, lo siento, Rica y yo tenemos tarea pendiente para enviar hoy, ya nos tenemos que ir, acompañalo Sato, Yato tu también. – ehhhhhh, ¿Por qué yo también? - Sam le tira una mirada fulminante a Yato que parece que le hará un agujero en la cara - está bien está bien. – Lamento causarles inconvenientes - Ritsu hace una pequeña reverencia, vaya, no estoy acostumbrado a esto. Durante todo el camino Yato no dejó de hablar sobre sus amoríos y trucos para conquistar chicas, porsupuesto que Ritsu parecía escuchar pero en realidad debe haberlo ignorado, no parece el tipo de persona que tenga amores. Y así pasaron los minutos, mientras Ritsu nos explicaba la ubicación de su casa; después de un tiempo llegamos, a decir verdad es una casa bastante grande, un poco al estilo coreano, se podría decir, pero es bonita. . . No sé si sólo fui yo quien lo sintió, pero al despedirse Ritsu, hubo un poco de tristeza y soledad reflejada en su cara, como si nadie lo estuviese esperando en casa, pero ¿Cómo sería posible que una persona de 16 años venga a vivir a un país extranjero totalmente sólo? Pensé en ese momento, era algo ilógico, sin embargo, nadie salió a resivirlo.