Narra Elizabeth
¿Casada?¿Una hija? eso es algo que no sonaba bien dentro de mi cabeza, no recordar lo que ha pasado durante tu vida es más frustraste de lo que algunos pueden pensar, no recordar a tu hija o a tu esposo son cosas que no me esperaba cuando cuando me desperté sobre esa cama, debo admitir que la niña es muy hermosa y siento dentro de mi algo especial que no sabría decir qué es, pero al verlo a él no siento nada y se que puede sonar mal por que es mi esposo pero ni siquiera siento cariño hacia él, seguramente me case con él amándolo que no le veo otra explicación, pero ahora que lo veo no siento ese amor que debería sentir. Solté un suspiro, cuando termine de bañarme salí de la ducha, me seque el cuerpo y después empecé a cambiarme. Cuando estuve lista sali de esa habitacion, no sabia hacia donde ir, empecé a caminar hasta llegar al barandal de las escaleras, mire hacia abajo y no había nadie. Solté otro suspiro y empecé a bajar las escaleras muy lentamente, cuando llegue hasta el final de las escaleras me sentía cansada y un poco fatigada, y en ese momento apareció una mujer mayor de edad.
—Mi señora, ¿se encuentra bien?
—Si, solo un poco fatigada, ¿me podría decir en donde se encuentra Sebastian?
—Claro que sí, mi señora, venga que yo la acompaño.
—Muchas gracias. ¿Cual es su nombre?
—Me llamo Miryam, soy la ama de llave de la casa y la nana de Nerea.
—Es una niña muy hermosa, y por lo poco que vi es muy hiperactiva.
—Si, es muy hiperactiva e inteligente, debo decir que desde que el señor Sebastian le mostro que usted se encontraba como la bella durmiente , no ha dejado ir a su habitación, todos los dibujos que estaban en su habitacion son de ella.
—Me gustaría verlos cuando tengas tiempo.
—Con mucho gusto, mi señora.
—No me digas asi, solo dime Liz, por favor.
—Como diga.
Me dijo con una sonrisa, y justo en ese momento llegamos al jardín, ahí estaban la niña y ese hombre que dice ser mi esposo, sentados y al parecer me estaban esperando para desayunar. Cuando la niña me vio volvio a gritar de alegria.
—Mami, llegaste.
Dijo se abrazo a mi pierna, menos mal que Miryam me estaba sosteniendo por que sino me hubiera caido.
—Princesa más despacio con mamá, ella aún está débil, debemos cuidar de ella.
—Si papi, ven mami yo te ayudo.
Me dijo nuevamente con una sonrisa, la sujete de la mano y con ayuda de ella y de Miryam llegue hasta la mesa.
—Gracias Miryam.
—De nada Liz.
Me dijo con una sonrisa pero en ese momento se escucho el grito de ese señor.
—¡¿Por qué demonios llamas asi a mi esposa?!
Le dijo muy enojado y yo lo mire con el ceño fruncido, mientras que ella había perdido el color de su rostro.
—Yo le dije que me llamara así, no debes gritarle de esa manera.
Le dije muy seria poniéndome frente a el, para resguardar a Miryam, ella solo estaba haciendo lo que yo le había dicho. Cuando él me vio, soltó un suspiro y al parecer se estaba calmando un poco.
—Lo siento, no fue mi intención alterarrme así, ven vamos a desayunar, debes comer bien para recuperar las fuerzas.
Me dijo mientras me agarraba de la mano, yo no dije nada mas y nos sentamos con la niña a desayunar.
—Mami, ¿después podemos ver las películas de las princesas?
—Claro que si preciosa, todas las que tu quieras.
Le dije con una sonrisa, ella salto de la silla y se fue corriendo hacia dentro dejándome a solas con mi esposo.
—No deberías exaltarte de esa manera enfrente de la niña y mas por una estupidez.
—No es una estupidez, todos ellos solo son sirvientes y te deben lealtad y respeto.
—Que sean las personas que trabajan aqui no significa que sean sirvientes, no vuelvas a exaltarte asi y menos por una estupidez.
—No me digas lo que dejo o no hacer yo aquí soy el que…
—Me importa una mierda si eres el dueño de esta casa, vas a respetar a todos aqui por que son personas al igual que tu y yo.
—No me vuelvas a comparar con los sirvientes de esta casa, soy un billonarios y ellos solo son unos criados que deben limpiar por donde voy pasando.
—A mi no me vengas con esas mierdas, en mi presencia vas a respetar a todos, ¿me entendiste?
—¿Y si no quiero entender que vas a hacer?
—Vas a estar solo porque yo no pienso desayunar con un hombre que se cree más que los demás solo por el dinero que posee.
Le dije enojada, tire la servilleta a la mesa y salí de ahí antes de que dijera algo más pero como aun estoy algo débil no pude llegar tan lejos porque sentí que me agarró del brazo bruscamente y me giro para que lo mirara.
—Liz, no quiero discutir contigo hoy y menos sabiendo que recien te despiertas un coma, lamento haberme exaltado asi, por favor.
Dijo mirándome a los ojos, había algo en el que no me hacía confiar plenamente, no se si era mi intuición o por que recién me despertaba de un coma y mi mente era un completo caos. Como puede le sonreí y él hizo lo mismo con la única diferencia que la de el se sintió un poco mas real que la mia, el se acerco a mi y me abrazo, yo por inercia o para que no sospechara nada agarre y correspondí el abrazo, luego del abrazo me volvio a sonreir y medio un suave beso, luego me agarro la mano y volvimos a la mesa, me ayudo a sentarme en mi lugar y él se sentó enfrente a mi, la gran mayoría del desayuno fue en silencio hasta que yo decidí romperlo, estoy llena de preguntas y me supongo que el tiene las respuestas.
—¿Donde nos conocimos?
Pregunte rompiendo ese tetrico silencio, el me miro y cuando termino de tragar su comida, sol.to un suspiro me respondió.
—Sabia que tenias preguntas que necesitan respuestas, pero no creí que fueran tan pronto.
—Entonces…¿creiste que me quedaría callada sin saber nada por un tiempo?
—No, no creí eso, solo que esperaba que te tomaras un tiempo para asumir todo lo que está a tu alrededor.
—Ya lo asumí y el veredicto final es que no se nada y como dices ser mi esposo, supongo que tu tienes la mayoría de las respuestas a mis preguntas.
—No te lo digo por si, lo digo por que es la verdad.
—Entonces dime, ¿en dónde nos conocimos?
—Nos conocimos en Londres, trabajabas en una empresa e hicimos un proyecto juntos, y desde ahi empezamos a ser amigos, luego nos pusimos de novios y bueno terminamos casados y con una hija de ahora casi tres años.
—¿Y mi familia o amigos?
—Eras ...bueno siempre fuiste hija única, pero cuando tenías diecinueve años tus padres murieron en una accidente de auto, tus amigas con el tiempo fueron haciendo su vida y casi nunca se ven.
—Osea que… ¿solo somos tú y yo?¿y tu no tienes amigos o familia?
—No tampoco, mi hermano gemelo murió junto a mis padres cuando tenía dieciocho años, tuve el apoyo de mi abuela pero bueno ella murió cuando tenía veinticinco años.
—¿Y cuál es mi nombre completo?
—Te llamas Elizabeth Brown, pero cuando nos casamos tomaste mi apellido. Así que ahora te llamas Elizabeth Baker.
—Entiendo, ¿y cómo sucedió mi accidente?
—Salimos a comprar, un idiota ebrio cruzo en rojo nos embistió, yo recibí un par de golpes y lastimaduras, pero tu sacaste la peor parte ya que te golpeaste la cabeza muy fuerte dejandote en coma, Nerea no salio lastimada pero por tu condicion cuando cumpliste los ocho meses de embarazo tuvieron que hacerte una cesarea para salvarlas a ambas.
—¿Y cómo es que estoy aquí y no en un hospital como debía ser?
—Por que cuando estuviste estable y me dejaron trasladarte así con los mejores cuidados, la gran mayoría de tus heridas habían sanado así que no había ningún riesgo para el traslado. Tienes que entender que jamás pondría tu vida o la de nuestra hija en peligro, es un riesgo que no estoy dispuesto a correr.
Me dijo mirándome a los ojos mientras me sujetaba la mano, hacia algo en el que no me convencía del todo, había algo en su mirada que no me hacía sentirme segura, por más que él se viera amigable o la casa en la que estábamos parecía una maldita fortaleza. Necesito ir recordando algo o toda mi vida por completo por que algo no va bien y con todo el caos que es mi cabeza no se en que confiar o en quien no.