2

1139 Words
La mañana siguiente abrí los ojos con dificultad, el sueño todavía estaba presente en mi cara, pero me sorprendí al verme sola en una cama, tarde unos segundos en recordar que había pasado la noche anterior, así que busqué con mi mirada algún rastro del hombre, pero lo único que pude encontrar fue una nota en la mesita de noche. La noche anterior fue perfecta, me hubiera gustado estar ahí para despertar a tu lado, pero tengo trabajo que hacer, te dejo para que pidas un taxi y regresas a tu casa, nos volveremos a ver, te lo prometo S.S PD: más pronto de lo que parece. Que sorprendida al ver su letra, me parecía que ya la había visto en algún lado, pero no lograba recordar donde la había visto antes, pero eso no me importaba ahora, ya que hoy tenia que ir a trabajar, asi que no me podía dar el lujo de quedarme a pensar sobre lo que paso la noche anterior o arrepentirme de entregarle mi virginidad a un desconocido. Me puse mi ropa y sali de ese hotel, me monte en un taxi que iba pasando y lo pague cuando me llevo a mi casa, me baje para bañarme rápidamente y volver a salir en dirección a la empresa, afortunadamente no había trancón y alcance a llegar a tiempo, asi que cuando llegue a mi piso me encontré con Patricia la secretaria suplente del gerente de ventas sentada, me había acercado a ella cuando el otro ascensor se abrió dejando ver a mi jefe y a su cuñado entrar, mi cuerpo se congelo cuando la cara de mi jefe apareció en el recuerdo de anoche. «mierdas, díganme que yo no le entregue mi virginidad a mi jefe». Musite mientras lo veía caminar hasta su oficina. Ya había pasado una semana desde aquella desastrosa noche, bueno no fue desastrosa, pero si un poco vergonzosa, podía culpar al alcohol por mí comportamiento, pero al menos mi jefe no había dicho nada al respecto, ni siguiera mostró intención de sacar el tema a flote, puede y piense que yo no me acuerde de nada, aunque para mí era difícil tener que trabajar con el, me costaba demasiado mirarle a los ojos sin pensar en lo que pasó y eso no me agradaba para nada, sencillamente me avergonzaba un poco e intentaba encontrar la manera de salir de su oficina lo más rápido posible, aunque el plan nunca me salía como yo quería. El teléfono empezó a sonar y yo conteste como acostumbraba hacerlo. —Oficina del señor Seymour—Mencione apenas descolgué. No sabía quién venía a molestar en estos momentos, pero debía ser muy educada, lo suficiente para no ser despedida por faltarle el respeto a las personas que llaman. —Buenas tarde, señorita. Ahogue un grito cuando escuché la voz de mi jefe del otro lado del teléfono, no sabía para que me llamaba pero de seguro era para enviarme a buscar algún papel. —Buenas tardes, señor—Mi tono de voz era un poco calmado, aunque sentía angustia extrema, esperaba que no me mandará a llamar, prefiera que me pidiera hacer un papel para otros persona o buscarlo, pero no entrar en su oficina. —Señorita Hall, a mi oficina en este momento—Respondio. Antes de que pudiera responder algo, el corto la llamada dejandome con la palabra en la boca, no sabía que quería, pero no me podía dar el lujo de hacerlo esperar, simplemente no quería buscar un trabajo nuevo, solo porque este hombre estaba algo molesto. Me levanté con un poco de nervios, miré en dirección a Patricia y ella estaba sumida en sus papeles, siempre tan callada y trabajadora, por otro lado, Lesley estaba hablando por teléfono muy animadamente, como si ese fuera su trabajo, pero no tiene porqué preocuparse de nada, si la secretaria de presidencia soy yo, no ella. Toque la puerta por respeto, no pensaba ser una maleducada en lo absoluto, me había criado con algunos valores y los pensaba relucir siempre—"Adelante"—Escuche del otro lado de la puerta, así que decidí entrar sin tener ningún miedo o eso quería aparentar yo, pero era casi imposible no aparentar lo cuando se sentia en carne propia. Abrí la puerta y mis ojos se posaron en la mirada sería de Mario Seymour, el joven y atractivo jefe, sin olvidar serio y un poco arrogante, pero lo trae por tamaños iguales, luego descubrir la mirada de su mejor amigo, últimamente estaba mucho tiempo juntos y eso a mí no me afectaba en lo absoluto, si eran hasta cuñados. —Cierre la puerta y sientese—Dijo serio. Yo cerré la puerta y me adentre en la habitación, estaba un poco nerviosa, demasiado nerviosa para el gusto de cualquiera, pero intente parecer lo más tranquila y calmada posible sentándome con un poco de seguridad. —Digame, señor, ¿Que necesita?—Mencione. Que no tenga nada que ver con la semana pasada, que no tenga nada que ver con la semana pasada, no sabría que responder si lo mencionaba, sería muy vergonzoso. —Señorita Hall, usted cuando vino a solicitar trabajo pidió el de diseñadora, pero no lo obtuvo, pero si consiguió el de secretaria, ¿Usted sabe porque?—Menciono. ¿Que si sabía porque?, Claro que sabía, fue por su culpa, porque tuvo el descaro de decirme que mis capacidades para diseñar eran nulas, que serviría mejor como una secretaria, que como diseñadora. —Porque usted me negó el trabajo—Respondi en un susurro. —Exacto, pero, ¿Sabe usted el motivo por el cual lo hice? Porque estaba molesto o la señorita Rincón era su amante y le tenía prometido ese puesto, por eso no lo hizo, bueno no lo podía asegurar, el solo se se porto algo grosero y nada más. —No. No tenía intensión de decirle que sospechaba que la señorita Rincón era su amante, no quería ni verle la cara de tipo mega malgeniado por algún tiempo. —Todo este tiempo y todavía no lo sabe, déjeme decirle que usted tenía muchas más capacidades de secretaria, que como diseñadora—Respondio. —¿Cómo sabe usted eso, ni siguiera me dio una oportunidad de ver lo que podía hacer?—Cuestione. —¿Podia?, Señorita, si usted de verdad tuviera vocación para diseñadora, no usaría ese término—Contesto. Puede que tenga un poco de razón, mis diseños nunca se compararon con los de ella, los míos eran más simples, pero luego de tanto me acostumbré a trabajar para el, a veces es un poco o divertido, pero otras no tanto. —Bueno, tal vez tenga un poco de razon—Admiti. —Bueno, señorita, si no quiere que encuentre un motivo para despedirla pues deberá casarse conmigo.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD