CAPÍTULO 2: El viaje

1259 Words
Mi hermana siempre ha sido mi mayor confidente y apoyo, por lo que ella fue la primera persona a la que pedí ayuda para poder ir a la premiere después de varios intentos en los que la respuesta que había obtenido era: "ya te dije que no, no insistas más". Entre las dos, junto con su novio, Marco y Kalel y Sebastián, tratamos de armar un buen argumento para convencerla. –Le puedes decir que es posible que encuentres al amor de tu vida mientras estés allá– dijo Kalel, rindiéndose, ya que no encontrábamos nada que nos convenciera a los cinco. –Ja, ja. Todos sabemos que eso no va a funcionar, Clark– contesté, ganándome una mirada de "odio" de parte de mi amigo, ya que odia que lo llamen así, pero, ¡hey!, yo no tengo la culpa de que su papá ame a Superman y él lo odie. –¿Por qué no hablo yo, a solas, con ella a ver qué pasa?– se ofreció Gianna, a lo que Marco la secundo con un: "apoyo eso" y los demás asentimos–. Bien, voy de una vez. Una vez que salió de su habitación para dirigirse a la de mamá, Sebastián empezó a fantasear, de nuevo, sobre que yo le presentaría a alguien del elenco de Los Vengadores, solo que, a diferencia de la vez pasada, la afortunada en esta ocasión fue Elizabeth Olsen. –Mira– comenzó mi cuñado–, en caso de que llegue a ir, creo que logre acercarse a ella. Pero, en un caso muy, pero muy hipotético de que eso pase, podría traernos algo firmado ¿verdad, Mermie?– dijo recalcando el segundo "muy". –No– contesté, rodando los ojos ya que no me gustaba que me llamaran así, pero ya me había resignado a eso. –Bueno– intervino Sebastián–, algo firmado por Tom sería más fácil de conseguir ¿no?, digo, vas a pasar con él tres días. –A lo mejor eso sí– contesté al tiempo que mi hermana abría la puerta del cuarto–. ¿Y...?– pregunté una vez que estuvo dentro. –Quiere que vayas– señaló a sus espaldas. –Oh, oh. Eso es malo– susurró Sebastián para sí pero, como estábamos demasiado cerca, logré escucharlo. Me levanté y fui a donde estaba mi mamá. –Hola– dije, recargándome en el marco de la puerta. –Hola, hija, tenemos que hablar– dijo seria. Me acerqué al pequeño sillón que estaba al lado de su cama y me senté en él–. ¿De verdad quieres ir a esa premiere?– asentí–, pero si es solo ver una película que después vas a querer ir a ver al cine. –No es solo eso, ma. También es convivir con los actores y directores, incluso podría conocer al mismísimo Stan Lee– dije mientras subía a Fluffy, el gato, a mis piernas. –Pero nunca has salido del país tú sola. –No importa, en algún momento tenía que pasar ¿verdad, Fluffy?– contesté mientras movía la cabeza del gato, asintiendo. –¿Puedes dejar en paz al pobre gato?– reprimió ella–. El punto es que tengo miedo de que te pase algo mientras estés allá. –Prometo que voy a estar bien– contesté rápidamente–, si quieres te puedo mensajear cada cinco minutos, pero, por favor, déjame ir. –¡Vaya! Sabía que querías ir, pero no pensé que fuera para tanto. –¿Eso es un sí?– pregunté cautelosa. –Sí, con esa condición que tú misma pusiste. –Trato– contesté con una sonrisa de oreja a oreja.  o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o El viernes antes del viaje, llegué de la escuela y mi hermana y mamá estaban preparando todo para comer, cuando nos sentamos, Gianna me preguntó si tenía algo que ponerme para la premiere. –¡Demonios! Lo olvidé– contesté con algo de pánico. –Sabes qué, al rato vamos a comprarte un vestido que también te sirva para tu graduación– dijo mamá. Cuatro horas más tarde, íbamos en camino al centro comercial tratando de definir el tipo de vestido que queríamos comprar. –De casualidad, ¿no sabes de qué color va a ser el traje de Chris Evans?– soltó mi hermana de repente–, digo para combinar el color de tu vestido con el de su traje. –Gianna, ese hombre es demasiado viejo para ustedes– respondió mamá. –Pero es un papucho– respondió la aludida–, su cara parece tallada por los mismos ángeles– continuó, imitando el meme de Shrek, para después soltar un suspiro muy dramático. Mamá rodó sus ojos. –Bueno, en realidad, no tengo porqué saber de qué color es el traje de Chris cuando voy a ir con Tom. –¿Con quién?– preguntó mi hermana. –Tom Holland– contesté y vi su cara de confusión–, Peter Parker– eso solo hizo que la confusión en su rostro aumentara–. ¿Spider-Man?– pregunté en un último intento de que supiera quién era. –¿Spider-Man es de Marvel?– siguió con la misma confusión. "¡Dios! Hay tanto que explicarle a esta niña". –Bueno, si vas a ir con ese tal Hombre Araña, ¿por qué no buscamos un vestido que tenga sus colores?– sugirió mamá, lo que nos pareció buena idea. Una vez que llegamos a nuestro destino, empezamos a buscar vestidos rojos con azul marino y, con suerte, algo de dorado. Buscamos y buscamos pero no encontrábamos algo que nos convenciera con esos colores, hasta que nos topamos con un vestido rosa, corto a medio muslo, con las mangas caídas, un bonito detalle de rosas en la parte del pecho, una falda plisada y un pequeño listón rojo en la cintura. Ese vestido era, simplemente, hermoso. Ya que pagamos por el vestido, fuimos a dejarlo en el carro e iniciamos la búsqueda de los zapatos y accesorios. Para el final del día, habíamos comprado unos zapatos de tacón rosa, un poco más claro que el vestido, no tan altos, un collar con detalles rosas, unos aretes en forma de rosa y un pequeño tocado para el cabello. Al terminar las compras, regresamos a casa y, junto con mi hermana, empezamos a planear mi peinado y maquillaje para que todo estuviera perfecto el día de la premiere.  o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o Mis fines de semana no suelen ser muy atareados, por lo que el sábado me dediqué a hacer los deberes que tenía para la escuela y no atrasarme demasiado en esos días que no iba a ir; además, asistí a mi partido de volleyball que tenía ese mismo día. El domingo fue bastante tranquilo pero yo empezaba a sentirme nerviosa, porque ya había captado todo lo que iba a pasar en los próximos días: IBA A CONOCER A TOM HOLLAND aka el amor de mi vida y, no solo lo iba a conocer, sino que, también, iba a pasar demasiado tiempo con él. Quería causar una buena impresión, por lo que le pedí a mi hermana que me ayudara a armar mi maleta. En total metimos cinco cambios (por si las dudas), dos pares de zapatos, unos tenis, sandalias, pijama, el vestido, maquillaje y lo esencial para la higiene. Una vez terminada la maleta, nos fuimos a dormir (eran casi las ocho de la noche), ya que teníamos que estar en el aeropuerto a las cuatro de la mañana. Me desperté por el sonido de la alarma que había puesto y me cambié a ropa cómoda pero presentable para el vuelo. Al salir de mi habitación, me despedí de mis mascotas y me reuní con mi familia en la sala de estar para irnos rumbo al aeropuerto. Mis dos acompañantes esperaron hasta que mi vuelo fue nombrado por las bocinas. –Recuerda avisarme cuando aterrices– dijo mi mamá mientras me abrazaba–. Y trata de dormir un poco, te ves muy cansada. –Lo haré. –Me traes una foto de Chris–dijo mi hermana mientras hacía lo mismo que nuestra progenitora–. O, mejor aún, al mismísimo Chris Evans. –Trataré, pero no prometo nada. Una vez que abordé el avión, busqué mi asiento, me acomodé, escuché los regimientos de seguridad que estaba diciendo una azafata y comenzó el vuelo. Vengadores... Tom Holland, aquí vamos.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD