-- Podía visualizar su sonrisa mentalmente, esa que me daba paz incluso en medio del caos. Pero el caos, últimamente, era mi pan de cada día.
_ Qué ha pasado con el caso
La voz del otro lado de la línea era tensa, casi un susurro.
_ No hay rastro, desaparecido totalmente. Ahora no aparece por ningún lado, ni siquiera en las grabaciones. Es como si se hubiera esfumado. Y como es un tipo sin rostro, sin una sola imagen clara, estamos a ciegas.
Un escalofrío recorrió mi espalda. Era increíble cómo este fantasma se había obsesionado con Marian. Desde que encontramos su escondite, ese nido de obsesión con fotografías de ella, se había desvanecido como humo. La impotencia me carcomía.
_ Comprendo. En la reunión de esta noche quiero el doble de resguardo. No confío en nadie, y menos sabiendo
