El regreso…pero no como lo recuerdo.

415 Words
No todos los demonios rugen. Algunos susurran tu nombre mientras te hacen arder por dentro." Los días transcurrieron como sueños rotos. Elaine despertaba cada mañana con una sensación extraña entre las piernas y un vacío en el pecho. No eran simples sueños lo que la mantenía despierta. Era la certeza de que él estaba allí, incluso cuando no lo veía. Desde aquel beso en la frente, Azael no se había vuelto a manifestar... físicamente. Pero su presencia era constante. Un aliento frío en la nuca. Un roce que nadie más sentía. Una voz que no escuchaba con los oídos... sino con el alma. Ella no sabía si estaba enloqueciendo, o si el amor más oscuro simplemente ya vivía dentro de ella. ⸻ Una tarde, al volver del pueblo, se encontró con Caleb en la cocina. Lo observó detenidamente. Era como si la muerte lo hubiera devuelto... más vivo que nunca. —¿Me estás viendo o imaginando? —preguntó él, con una sonrisa ladeada. —Te estoy viendo. Aunque... no sé si realmente eres tú. —A veces, yo tampoco lo sé —susurró Caleb, bajando la mirada con una expresión que ella no entendió. —— La noche cayó con una tormenta. Los truenos golpeaban el cielo como tambores de guerra. Elaine salió al patio, incapaz de dormir. Algo dentro de su pecho ardía como si fuera llamado. Entre los árboles. Mojado por la lluvia. Apoyado en una roca como si el tiempo se hubiera detenido sólo para él. Azael. El cabello pegado al rostro. Las ropas negras ceñidas a su cuerpo de mármol. Su mirada carmesí la rasgó desde dentro. —¿Hola, pequeña? —su voz no era un saludo. Era una sentencia. —¿Por qué estás aquí? —Porque tú me trajiste. ¿Crees que puedes romperme el alma y no pagar el precio? Elaine quiso hablar, pero no pudo. Él se acercó. La tomó del mentón. Y su aliento, más caliente que el infierno, le tocó los labios. —Aún no te beso, ¿sabes por qué? Ella negó, temblando. —Porque cuando lo haga, dejarás de ser humana. Y serás solo mía. Y se marchó. No voló. No caminó. Simplemente... desapareció. Elaine se quedó de rodillas, con el corazón latiendo como si se partiera en dos. Y ese fue el momento exacto en que supo... no estaba enamorada de Azael. Estaba maldita con desearlo. ⸻ "Estoy cayendo. No hacia él. Sino hacia mí misma... y no me reconozco."
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD