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Matrimonio por error

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Blurb

Valeria Salvador, una mujer manipuladora e interesada que solo se mueve y vive por el dinero de su muy bastó y rico esposo, o es así como es considerada ante toda la élite y la gran familia Cornell, como la esposa sustituta que ha venido a ocupar el lugar de una maravillosa mujer, esposa e hija ante los ojos del resto. Una comparación que persigue a Valeria en cada paso que da, una mujer que a puesto su cuerpo en venta por el beneficio de una gran suma satisfactoria para su codiciosa familia, como los describe la gran familia Cornell, quienes aprovechan la oportunidad para conseguir sus propios objetivos, un heredero. Un intercambio justo ante los ojos de la gran familia que desea seguir su linaje y así poder cumplir su mayor deseo que se ha visto afectado pese a la tragedia que rodea a la familia.

Octavio Cornell, hombre venerado, respetable y éxito, el ceo más poderoso de la ciudad de los Chicago, el más deseado por las mujeres ante su belleza y elegancia, un hombre que se podría decir que lo tenía todo, una hermosa y maravillosa esposa a la que amaba y la esperanza de formar una familia. Pero todo no es color de rosas, la vida tiene sus vueltas y el destino sus jugadas. Octavio es testigo de que la felicidad nunca es completa. En la cúspide con 8 años de relación y 1 año de casados, la mujer que consideraba el amor de su vida, sufre un fatal accidente que la sumerge en un profundo coma derrumbando por completo el mundo de Octavio. Con las esperanzas perdidas y 3 años en coma, la ilusión de un nuevo despertar se desvanece con el tiempo, lo que lleva a la familia Cornell a tomar una gran decisión, llevando a Octavio a la vida de Valeria. Un nuevo matrimonio sin amor, tiene como fin un acuerdo mutuo que satisfaga las necesidades del otro, ella por necesidad y él por la esperanza de concebir lo que más anhela, un heredero. El amor no estaba establecido en el contra, ambos sabían lo que tenían que hacer, él sería su banco para los tratamientos médicos de su padre y ella se convertiría en la esposa abnegada que representaría a su marido y se concentraría en un solo fin, darle herederos, ¿Quién iba a pensar que después de establecerse en un matrimonio formal y concentrarse en sus objetivos, ella despertaría a reclamar lo que considera es suyo. El regreso de Kelly pondrá todo de cabeza, solo el tiempo y el destino decidirán cual será el rumbo de esta historia.

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Capitulo 1. Intentos.
Intentos. Valeria Salvador camina en pasos cortos y preciosos a la habitación principal, luciendo un sexi pijama color rojo, siendo el color favorito de su esposo, aunque poco lo conoce, sabe que este tipo de lencerías lo ponen duro en segundos y es lo que ella espera para así poder terminar con la misión a la que ha venido sin robarle mucho tiempo a su ocupado esposo. En el fondo de la gran habitación principal se encuentra Octavio Cornell, recién duchado revisando algunos documentos para ocupar su mente de los pensamientos que invadieron su cabeza por la mañana, está distraído cuando el sonido de la puerta de su habitación llama su atención, mira el reloj de pared frente a su cama con seriedad y hace los documentos aún lado. Ese toque de la puerta a esta hora de la noche solo tiene un propósito, se levanta de la cama y camina hacia ella para abrirla, al instante en el que la abre su mirada recorre a su muy hermosa y sensual esposa, desde las piernas hasta su mirada que lo enfoca con seriedad ante este intenso momento. — Estoy ovulando.— Expulsa sin más Valeria en la espera de que la deje entrar. Octavio se hace a un lado y le cede el paso permitiendo que entre a la habitación. Ella espera que él cierre la puerta y lo mira un poco inquieta, han sido muchos encuentros como este y aún no deja de sentirse nerviosa. Valeria lo espera paciente a qué se desvista, sin besos, ni caricias, lo empuja a la cama y sin pensarlo demasiado se sube sobre él, está vez ella tomara el control. Se acomoda sobre su esposo apoyándose de su pecho y empieza a moverse para él. Ambos lo disfrutan, él la presiona sujetando los muslos de sus piernas, mientras la mira tensando su mandíbula. Ella presiona con sus uñas su pecho, moviéndose como le gusta sin desviarle la mirada. La mirada de Valeria esta llena de muchos sentimientos aunque no lo parezca y solo se refleje una mirada fría que se debilita ante el placer que siente. — ¡Aaahs!— Jadea temblorosa bajando su cabeza, está muy sensible, es imposible no sentir, le aprieta más el pecho causando un poco de dolor que Octavio ignora. Se siente tan bien que él decide tomar el control, le sostiene el trasero y empieza a embestirla causando en ella debilidad, sin poder contenerse ella se abraza a su cuerpo aferrándose a su esposo por esos pocos minutos contados, su piel se eriza, cierra los ojos percibiendo ese exquisito olor que emana de su esposo, al igual que él disfruta de su exquisito aroma. No está desnuda, lleva ese Baby Doll nuevo sin ropa interior, no recuerda la última vez que vio su cuerpo completamente desnudo, fue la petición de Octavio que llevará solo la parte de arriba, así no parecía que era más que sexo para concebir, pensaba que era más fácil para aliviar su conciencia de sentir que engañaba a la mujer que ama. Está noche en particular, Octavio la detalla, ella lo abraza haciéndolo sentir lo presente que está en la realidad, su piel erizada, su hermosa cabellera negra azabache lo deslumbra, sus caricias en su hombro y ese corto beso en su cuello lo alteran, llevándolo a apretar su trasero con más deseo. — Lo siento…— dice en susurros disculpándose por ese beso que le acaba de dar, causando una sensación extraña en él al notar que se aferra a su hombro. Su corazón late muy rápido, puede sentirlo al igual que el suyo, sus jadeos, su respiración, ambos empiezan a sentir esa conexión que intentan ignorar, seguido de aquella presión que siente ante la presencia de su orgasmo. No pueden pensar que al entregarse mes por mes no sentirían nada, la entrega de los cuerpos es como un acto sagrado, así como ese contrato entre los dos, no pueden romperlo aunque ambos quisieran. Se alejan despacio, se miran por un instante más esperando un poco antes de alejarse. — Buenas noches. — Le dice ella levantándose como acostumbra y se marcha sin recibir respuesta cerrando la puerta tras su salida. Valeria se toca el vientre mientras trata de no correr, llega a su habitación y se acomoda sobre la cama subiendo sus piernas sobre la pared mientras ruega que en está ocasión si pueda quedar embarazada, se limpia las lágrimas y acaricia su vientre con esperanza. Por otro lado en la habitación principal, Octavio se ha quedado en la misma posición en la que ella lo dejo, se acomoda apoyando una almohada sobre su nuca y se queda inmóvil volviendo aquellos pensamientos y esa conversación con su doctor de cabecera que no saca de su mente. Flashback. — El conteo es un poco bajo, no se que lo causa, quizás señor, si no solo intentan tener sexo, sino que sea algo más duradero, quizás la primera descarga no sea muy fuerte, pero la segunda puede ser más duradera, en ocasiones suele pasar, un solo intento al mes disminuye las posibilidades, no es ella señor, la hemos evaluado, ella a soportado cada tratamiento que le hemos realizado, no me queda más que decirle que necesitan hacer esto juntos.— Exclama con preocupación. — Entonces usa conmigo ese mismo procedimiento, someterme a esas pruebas. — Ordena firme y seguro de lo que quiere. — ¿Está seguro señor? — ¿Acaso piensas que juego? Haz lo que te ordeno.— Responde firme. — Bien, dígame señor por favor. Octavio es trasladado a una sala de pruebas dónde lo someten a inyecciones dolorosas, pruebas que son insoportables y lo dejan adolorido. — ¿Está bien señor? — Niega vomitando en cada tratamiento que se realiza a escondidas de su esposa. Octavio está tan sorprendido de que ella soporte este tratamiento cada mes, no se queja y ella no llora, esto lo hace pensar en muchas cosas sobre su matrimonio. — Con esto señor, este año conciben un bebé, se lo aseguro. — dice el hombre muy seguro. — Eso espero. *Fin del flashback. — Buenos días señor. — La sirvienta lo recibe alegre para servir el desayuno. — Buenos días Eva, ¿La señora? — Eva guarda silencio muy preocupada, ya que hoy él a despertado más tarde de lo habitual. — Ha salido señor. — responde sin poder mentirle. Las palabras de Eva y su actitud, dan a entender que algo no está bien. — ¿Dijo a dónde? — Niega dejándolo más pensativo. — ¿Ella sale de manera habitual cuando me voy a la empresa? — Eva se pone nerviosa y eso le confirma que si. — Responde. — Ordena. — Se.. señor, ella… Si señor, la señora sale a diario después de que usted se marcha, muy poco desayuna en casa, como no desayunan juntos, ella pide que solo le haga el desayuno a usted. Escuchar eso lo enfurece. — Retírate— ordena. — Permiso señor. — Eva va muy nerviosa, vuelve a la cocina tratando de marcarle a su mejor amiga para que sepa se la situación, su jefe se había tardado en darse cuenta de la ausencia de Valeria, no era un problema hasta ahora, no sabe lo que pueda pasar y teme por Valeria quien no le responde. Octavio se a quedado pensativo, toma su celular y le marca a su hombre de confianza. P: Buenos días señor. O: ¿Has visto salir a Valeria? P: Si señor, se fue muy temprano. O: Quiero que investigues a dónde es que sale todos los días, dime donde se encuentra. P: Voy a investigar señor, pediré que rastreen su auto. O: Bien, prepárate, voy de salida. P: Como ordene. Octavio cuelga la llamada y se levanta de la mesa sin tocar el desayuno, camina por sus cosas ha su habitación y al salir se detiene por unos segundos en la habitación de Valeria a la que nunca a entrado. Octavio entra a la habitación notando lo ordenada que está, todo en su lugar, no sabe que busca, su mente está vacía recorriendo en pasos lentos el lugar hasta que se detiene en su mesita de noche que abre hallando una serie de papeles, una libreta que parece una agenda y varias pruebas de embarazo negativas, ella lleva el control del proceso de manera detallada, cada mes juntos y cada prueba negativa, un año y medio de intentarlo y no parece que ya vayan a cumplir dos años de matrimonio. Octavio analiza sus conclusiones, por cada fallo un puñal se incrusta en su pecho ante sus notas donde se culpa por fallar, Octavio siente que quizás sea su castigo por romper la promesa que alguna vez hizo, no es ella la del problema, es él, ha sido una prueba tras otra en su vida, como todo cambio de ser perfecto, a este duro castigo que le arrebata lo que más anhela, aún heredero que lleve su sangre y la posibilidad de una familia que ella trata de darle usando métodos como subir los pies en la pared y tomar un vaso de huevo crudo como en la antigüedad para concebir. Se siente desecho, no sabe cómo reaccionar, el sonido de su alarma lo despierta de esa pesadilla en la que está y se levanta de la cama dejando todo como lo encontró, notando una hoja de una factura que llama su atención, “Vivir bien, vive feliz, con nuestra asesoría, juntos por un vivir mejor” “Bienes raíces VaOc”. En ese instante algo lo hace pensar que ya sabe dónde está Valeria. Octavio toma la hoja y cierra la gaveta, saliendo de la habitación hacia su coche, dónde Pablo lo recibe con entusiasmo. — Buenos días señor. — Le abre la puerta del auto. — Buenos días. Ya no tienes que investigar nada más, llévame a esta dirección.— Le entrega el documento y pablo mira la dirección haciéndose una idea de lo que pasa. — De inmediato señor. Pablo cierra la puerta y se sube al coche de prisa, conduce por 30 minutos por la hermosa ciudad de Chicago, hasta llegar a una pequeña tienda, una pequeña oficina de cinco compartimientos poco notable, pero muy concurrida, no tiene que esperar demasiado para encontrar lo que busca, puesto que su muy deslumbrante esposa no demora en aparecer con una pareja que salen muy feliz del lugar, ella los despide y en cuento se marchan ella sonríe abrazando a otra mujer y luego a un hombre que la estrecha de tal manera que lo hace tensar la mandíbula. — ¿Se va a bajar señor? — Pregunta Pablo al notar su expresión. — No, averigua quiénes son, que hace ella aquí y de quién es este lugar. — Si señor, haré unas llamadas. — Bien, llévame a la oficina. Un día largo para Octavio, quien tiene tantas cosas en su mente, que le impiden concentrarse, por ello decide volver a casa temprano, donde al llegar presencia una fuerte discusión que proviene de la sala. — Para eso te casaste con mi hijo, no vengas a quejarte ahora después de que le has quitado tanto dinero, él salvó la vida de tu padre y mantiene a tu familia, ¿Qué has hecho tú? Ni siquiera has podido cumplirle con tu parte del trato, si fueras una mujer completa ya le hubieras dado un hijo, no vengas a dártela de santa conmigo, ¿Hasta cuándo piensas chantajear a mi hijo por dinero? — Ya se lo dije señora, no se de qué me habla, desconozco la petición que a hecho mi familia, pero no tiene de que preocuparse, hablaré con ellos. — Más te vale, de nosotros no van a recibir ni un dólar más hasta que no veamos lo que nos prometieron, enfócate en cumplirle a mi hijo, cumplele como su esposa que eres.— Exclama la mujer enfurecida. — Buenas noches…— Las palabras de Octavio llevan a Camil a soltar del brazo a Valeria. — Hijo, mi niño hermoso, bienvenido. Octavio nota la reacción de Valeria, quien se limpia las lágrimas tratando de ocultarse de él. — Permiso.— Pide para retirarse, siendo ignorada por Camil. — Ignorarla hijo, se hace la víctima, ¿Puedes creer que su madre nos ha vuelto a pedir dinero? Se han beneficiado de nosotros como han querido y ni siquiera ha podido cumplirte, se aprovechan de tu bondad. — Ella no es la del problema mamá, soy yo. — ¿Qué dices? No, eso es imposible. — Camil no puede creer lo que su hijo dice y nota la mirada que él le dedica a Valeria. — ¿Te enamoraste de Valeria? ¿por eso es que la estás defendiendo? Octavio se queda en silencio por unos segundos mirándo la silueta de su mujer desaparecer de la sala, camina al sofá y se sienta enfocandose en su madre, quien está muy sorprendida por él cambio de Octavio. — ¿A qué has venido madre?— Pregunta cambiando el tema. — Vine a verte, quería saber cómo estás, ¿Acaso no puedo venir? ¿Por qué no me cuentas como van las cosas en tu empresa? Se quedan conversando por horas hasta que la cena está lista, Valeria debe estar presente aunque su presencia no es del agrado de su suegra, ella cumple con las reglas de Octavio manteniéndose en silencio en toda la velada. En cuanto Camil se marcha, Valeria se retira a su habitación, toma una ducha y se prepara como cada noche que ovula, sacando de una bolsa de compras un nuevo Baby Doll que ella escoge minuciosamente para su esposo. En esta ocasión es uno color blanco muy hermoso con transparencia, cepilla su cabello y se perfuma arrojando la ropa interior sobre una gaveta donde tiene una gran colección sin usar, ya que es la única prenda del Baby Doll que no necesita. Valeria camina a la habitación de su esposo y toca la puerta dos veces, espera unos segundos y él le cede el paso. En esta ocasión ella se acomoda en cuatro boca abajo y lo espera, cada entrega empieza en una posición diferente que fortalezca una penetración más profunda para una eyaculación más eficaz. En cuanto ella lo recibe, cierra los ojos dejándose llevar en la espera de que haga su trabajo. Lo deja tomar el control por varios minutos hasta que lo siente parar, ella espera unos segundos y se levanta como de costumbre. — Buenas noches.— dice moviéndose para bajarse de la cama, siendo detenida por Octavio, quien la asusta por su agarre en su cuello. Ella lo mira sintiendo como él la atrae con intensidad contra sus labios, atacándola con un intenso beso que él detiene por unos segundos. — Aún no he terminado.

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